Carlos Le¨®n, una pr¨¢ctica de la pintura
Cuando hace algo m¨¢s de un a?o se empezaron a tener por aqu¨ª las primeras noticias sobre la existencia de un pintor llamado Carlos Le¨®n, y cuando un buen d¨ªa desembarc¨® en Valladolid con sus telas plegadas y diapositivas de sus grandes lienzos sobre tabla, para un reducido n¨²mero de personas, no cupo la menor duda de que, aun encuadr¨¢ndose en una tendencia internacional y manteni¨¦ndose fiel a una cierta ortodoxia, ¨¦ste pintor se encontraba entre los m¨¢s coherentes de nuestra escena art¨ªstica.Ahora tenemos a Carlos Le¨®n exponiendo en la Galer¨ªa Juan M¨¢s sus telas de hace dos a?os y sus cuadros recientes. Apenas est¨¢ representada en la muestra su producci¨®n del a?o pasado -la que entonces expuso en la Galer¨ªa Carmen Durango, de Valladolid-: cuadros de una tela 'bastante rugosa sobre los que el pigmento se aplicaba sin la menor expresividad gestual, recort¨¢ndose las formas sobre el fondo con un recorte preciso y lineal que apenas admit¨ªa referencia pulsional: nada de la libidinalidad colorista de la joven pintura francesa.
Como a sus compa?eros, de tendencia Broto, Grau, Rubio y Tena, se le plantean a Carlos Le¨®n las limitaciones inherentes a una pr¨¢ctica tan directamente derivada de Peinture y de Support/Surface. Aun reconociendo y afirmando la deuda que tiene con la tendencia, se trata para ¨¦l de avanzar y de continuar adelante en la ruptura respecter a las concepciones del arte que ha rechazado. Si en el grupo zaragozano se ha ido a una mayor capacidad t¨¢ctica en la relaci¨®n con el contexto art¨ªstico del momento y a una progresiva conquista de la libertad en la pintura, Carlos Le¨®n, en cambio, parece m¨¢s aferrado que nunca a principios; y no deduzco tal fen¨®meno de sus postulados te¨®ricos, sino de su misma pintura: m¨¢s ¨¢spera, eludiendo todo espacio pl¨¢stico no ya ilusionista (negado desde un principio) sino incluso crom¨¢ticamente fluido, indeterminado. Aqu¨ª todo es no-composicion, o, mejor dicho, composici¨®n derivada de un proceso de producci¨®n materia, pero al haberse limitado el registro a unos movimientos muy cortantes y a unas formas opacas, admiti¨¦ndose solamente el contraste uniforme/ esbozado, acaba emergiendo una calidad pict¨®rica hoy en desuso, como primitiva. No acabamos de decidirnos a interpretarla como voluntaria tosquedad (la que pod¨ªa tener el constructivismo ruso, vanguardia hist¨®rica) o por el contrario como un paso atr¨¢s, hacia la composici¨®n, que significar¨ªa un retroceso respecto a la mayor pureza anterior.
Galer¨ªa Juan M¨¢s.
General Casta?os, 15.
Hasta finales de mayo.
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