El llamado "Pacto Social"
En este pa¨ªs todos hablamos del pacto social. Unos para defenderlo como necesario aqu¨ª y ahora. Otros, como el movimiento obrero, y el propio autor de este art¨ªculo, para rechazarlo. Pero, ?qu¨¦ es el pacto social?, porque me temo que hay tantos conceptos de pacto como grupos de intereses existen.En todo caso, lo que est¨¢ claro es que, en los ¨²ltimos meses, hombres representativos del capitalismo financiero espa?ol, y del capitalismo industrial nacional y multinacional, han proclamado p¨²blicamente la necesidad que el empresariado espa?ol tiene de llegar a un pacto social con los trabajadores. Incluso desde la propia Organizaci¨®n Sindical, Mart¨ªn Sanz y Mart¨ªn Villa, m¨¢ximos exponentes del ?bunker? y del reformismo sindical, se han proclamado partidarios de un pacto social. En esta misma l¨ªnea que, como vemos, concibe el pacto como cuesti¨®n que s¨®lo ata?e como interlocutores a empresarios y trabajadores, hay que situar la posici¨®n de los promotores de las organizaciones patronales en v¨ªas de constituci¨®n. Tal es el caso, por ejemplo, de Rodr¨ªguez Sahag¨²n, que hace poco se?alaba la necesidad del pacto social como algo ?cada d¨ªa m¨¢s urgente para dar a la naci¨®n la estabilidad econ¨®mica indispensable que garantice la viabilidad de la democracia?. En esta l¨ªnea habr¨ªa que situar, por ejemplo, los acuerdos que en Suecia o en Holanda tienen lugar entre las Confederaciones de Trabajadores y de Empresarios.
Para otros el pacto social es cosa que s¨®lo ata?e a los Sindicatos y al Gobierno, y as¨ª, ?La Voz Social?, portavoz de la Organizaci¨®n Sindical vertical, hace pocos d¨ªas llamaba pacto social al acuerdo sobre limitaci¨®n de aumentos salariales y mejora de la fiscalidad suscrito en Inglaterra entre el Gobierno y los Sindicatos. Pero a¨²n hay quien tiene otro concepto del pacto, que excede con mucho del marco estrictamente laboral, para entrar de lleno en el terreno de lo pol¨ªtico. Tal es el caso de Alfonso Osorio, ministro de la Presidencia, que recientemente, en la clausura de la IX Reuni¨®n Bancaria Internacional, se proclam¨® partidario de ?un sistema que permita un gran pacto social entre las distintas fuerzas pol¨ªticas, econ¨®micas o sociales que operan en la realidad pol¨ªtica espa?ola. O el caso de la Comisi¨®n Ejecutiva del PSOE hist¨®rico que acaba de llamar pacto social, para rechazarla, a la propuesta hecha hace d¨ªas por Areilza, que este mismo denomin¨® pacto nacional.
Como el lector podr¨¢ comprobar, aqu¨ª no hay quien se ponga de acuerdo sobre lo que sea el pacto social, aunque los que s¨ª tienen una idea clara de lo que para ellos es el p¨¢cto social, de por qu¨¦ lo necesitan ahora, y de qu¨¦ pretenden con ¨¦l, son los empresarios. Para ellos, el pacto social es el establecido entre los empresarios y trabajadores a fin de fijar los principios y las reglas que han de presidir la evoluci¨®n general de las condiciones de trabajo, y de modo muy especial, la limitaci¨®n, de los aumentos salariales, y la limitaci¨®n de uso de los medios de acci¨®n sindical, especialmente la huelga. Un elemental seguimiento de los pronunciamientos empresariales permite afirmar que las razones que formalmente se alegan a favor del pacto social son el incremento de la conflictividad con millones de horas perdidas en huelgas, incertidumbre que en las expectativas empresariales de inversi¨®n ha introducido el movimiento huelgu¨ªstico, el aumento del paro obrero, la disminuci¨®n de los ingresos por turismo, el desequilibrio de la balanza de pagos, la disminuci¨®n de la productividad, la distorsi¨®n entre legalidad y realidad en la vida laboral y sindical....
La filosof¨ªa empresarial del pacto social es bien simple: la interdependencia que en un sistema capitalista desarrollado se da entre las distintas ramas de la actividad econ¨®mica, da lugar, seg¨²n los expertos econ¨®micos del capitalismo, a que la fijaci¨®n aut¨®noma, por cada sector, de las condiciones de trabajo, pueda repercutir desfavorablemente en la evoluci¨®n de las grandes magnitudes econ¨®micas y, de manera particular, en el ritmo de crecimiento de los precios de las materias primas y de los productos semielaborados. Quede, por tanto, bien claro que, para los empresarios, el pacto sociales un tratado de paz que, fundamentalmente, pretende la congelaci¨®n salarial pactada y la renuncia al uso de la huelga como elemento de lucha de la clase obrera. El objetivo empresarial es, por tanto, utilizar el pacto como instrumento que asegura en las empresas una paz laboral octaviana que garantice la superaci¨®n de la actual crisis econ¨®mica de nuestro pa¨ªs y, en todo caso, la continuidad del sistema econ¨®mico de empresa privada.
Pero el pacto social propugnado por los empresarios tambi¨¦n tiene filosof¨ªa pol¨ªtica, s¨ª es que lo econ¨®mico y lo pol¨ªtico son aspectos separables de la ¨²nica realidad social, que no lo son: la sociedad industrial moderna, dicen, es una sociedad conflictiva, en la, que inevitablemente se dan tensiones, entre capital y trabajo, tensiones que no pueden resolverse en el ¨¢mbito de una empresa o en el de una rama de la actividad econ¨®mica, sino que tienen que abordarse en el conjunto de la econom¨ªa. Los empresarios matizan m¨¢s a¨²n, y afirman que en la actual coyuntura espa?ola lo primero es lograr el pacto social que haga posible la estabilidad econ¨®mica, y una vez lograda ¨¦sta... ?ya hablaremos de la democracia pol¨ªtica?. Pero, sin perjuicio de analizar en pr¨®ximos comentarios cu¨¢l sea la actitud del movimiento obrero organizado ante la oleada de propuestas de pacto social que est¨¢ recibiendo, tengo que se?alar que la defensa empresarial de la idea del pacto est¨¢ adquiriendo entre nosotros matices de refinada sutileza pol¨ªtica. Se dice a los trabajadores que el pacto social es la ¨²nica alternativa frente a la intervenci¨®n estatal, de manera unilateral, en la fijaci¨®n de las condiciones de trabajo, y de modo especial frente al control estatal de los salarios, olvidando que existe otra alternativa, que es la de la libertad sindical. Concretamente, se afirma que los actuales problemas del sistema econ¨®mico espa?ol s¨®lo pueden resolverse, como, hasta ahora con decretos-leyes del Gobierno que fijan topes a los incrementos salariales o que niegan el derecho a la huelga, como el decreto-ley de veintid¨®s de mayo de 1975, o con el pacto social. Se trata por tanto de sustituir el uso del decreto-ley como mecanismo de emergencia, por la congelaci¨®n salarial pactada y por la renuncia pactada al uso de la huelga, sent¨¢ndose trabajadores y empresarios a firmar un pacto en tomo a una mesa, que ser¨ªa la mesa del llamado Consejo Econ¨®mico Social para los defensores de la reforma sindical de Mart¨ªn Villa.
Si algo queda claro creo es que, para los empresarios, el pacto social no es algo que se utiliza excepcionalmente, sino una ortopedia de uso repetitivo. Asimismo queda descartada toda identificaci¨®n empresarial entre pacto social y convenios colectivos al uso entre nosotros. Yo me atrever¨ªa a afirmar que entienden el pacto como un convenio colectivo marco, o convenio cuadro, de ¨¢mbito nacional, al que tendr¨ªa que subordinarse el resto de la negociaci¨®n articulada de ¨¢mbito territorial inferior, posibilidad que contempla la vigente Ley de Convenios Colectivos de 1973, sin que, por razones que se desconocen se haya utilizado hasta la fecha.
Quede para pr¨®ximos an¨¢lisis intentar responder a las dos grandes cuestiones que entre nosotros suscita la repetida invitaci¨®n al pacto social: ?Por qu¨¦ los empresarios piden ahora el pacto social? y ?en qu¨¦ medida un pacto social aqu¨ª y ahora no dar¨ªa al traste con la lucha del pueblo espa?ol por la conquista de las libertades democr¨¢ticas?
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