"Espa?a entrar¨¢ en Europa cuando existan libertades democr¨¢ticas para sus ciudadanos"
El l¨ªder del Partido Social Dem¨®crata de Alemania Federal y principal figura itinerante de la Segunda Internacional, Willy Brandt, declar¨® en entrevista exclusiva para EL PAIS que Espa?a s¨®lo ser¨¢ un igual en la familia europea cuando existan las libertades democr¨¢ticas para sus ciudadanos.
Brandt se encuentra en Caracas con motivo de la reuni¨®n mundial de solidaridad de pa¨ªses social-dem¨®cratas y afines, que empez¨® el dominge y que ha reunido a notables figuras de la pol¨ªtica europea y de Am¨¦rica latina. Espa?a tambi¨¦n est¨¢ representada por el Partido Socialista Obrero Espa?ol de Felipe Gonz¨¢lez y por el PSP de Enrique Tierno Galv¨¢n, que envi¨® como su representante a Ra¨²l Morodo.Brandt accedi¨® a esta entrevista exclusiva previo cuestionario, pero respondi¨® a todas las preguntas. Este es el texto ¨ªntegro del encuentro:
-Se dice que usted intervino ante Kissinger para que Estados Unidos no interfiriera en Portugal, y que hizo lo mismo ante Breznev.
-Ser¨ªa menospreciar la prudencia pol¨ªtica si yo contestara simplemente con un ?s¨ª? o un ?no? a esa pregunta. Tampoco quiero que se me limite s¨®lo a dos capitales. Lo cierto es que era necesario, en una cierta fase, dar a nuestros amigos de Portugal Un fuerte apoyo pol¨ªtico-moral y hacer visible esa solidaridad hacia muchos puntos cardinales en un momento en que algunos hab¨ªan dado por perdido Portugal para Europa y el mundo occidental, y en que otros cre¨ªan que un 12 por 100 de los sufragios del Partido Comunista equivaldr¨ªan a un 100 por 100 del poder.
Seguramente Espa?a ser¨¢ uno de los temas importantes de esta reuni¨®n. ?Podr¨ªa darnos una gu¨ªa sobre la presencia de Espa?a en Europa? ?Qu¨¦ opina de la reforma democr¨¢tica de Fraga Iribarne?
-Empezando por la ¨²ltima parte de su pregunta, comprenda que no quiero repartir p¨²blicamente calificaciones con respecto a la pol¨ªtica de otros gobiernos. Pero s¨ª es seguro que Espa?a s¨®lo puede llegar a ser miembro igualitario de la familia europea en el grado en que les otorgue a sus ciudadanos los derechos de libertad democr¨¢tica, as¨ª como el libre desenvolvimiento de los partidos pol¨ªticos y sindicatos. El per¨ªodo de transici¨®n hacia una Espa?a democr¨¢tica correr¨¢ menos riesgos en tanto los pol¨ªticos responsables tengan el valor de iniciar en¨¦rgicamente el desarrollo hasta ahora siempre postergado.
El ?comunismo humano?
-?Qu¨¦ opina del comunismo con rostro humano de Berlinguer en Italia?
-En primer lugar, se confirma mi opini¨®n de que en el cuadro del comunismo de Europa occidental se inician tendencias interesantes. Sin embargo, no quiero silenciar mi escepticismo con respecto a las afirmaciones de los comunistas de querer mantener la democracia y el pluralismo partidario en el caso de su participaci¨®n en el gobierno. No s¨®lo nosotros, los alemanes, hemos tenido dolorosas experiencias. Por lo dem¨¢s, est¨¢ fuera de duda que la participaci¨®n de los comunistas en un gobierno italiano presentar¨ªa una serie de problemas graves para la Alianza Atl¨¢ntica. A pesar de esto, no quiero repetir la tesis de la ?decadencia de Occidente?. Un cuidadoso an¨¢lisis del proceso pol¨ªtico dentro del bloque comunista demostrar¨ªa que probablemente no se trata, en todos los casos, de consideraciones t¨¢cticas.
-La socialdemocracia parece estar en su mejor momento hist¨®rico, ya que ocupa el poder en m¨¢s de una veintena de naciones, la mayor¨ªa de ellas pr¨®speras, ?cree usted que todav¨ªa hay m¨¢s espacio geogr¨¢fico en el mundo para los socialdem¨®cratas?
-S¨®lo puedo hablar de lo que concierne a mi partido. Pero tengo la impresi¨®n de que muchos partidos y fuerzas pol¨ªticas, no s¨®lo en Europa, participan de las exigencias y de los valores b¨¢sicos de la socialdemocracia -libertad, justicia y solidaridad- y de una pol¨ªtica orientada hacia ellos. Los principios de la autodeterminaci¨®n, de la independencia y del rechazo de cualquier tipo de intervencionismo unen a partidos que yo llamar¨ªa afines, a pesar de que, a veces, por razones hist¨®ricas, no llevan el mismo nombre. Ellos rechazan la llamada ?dictadura del proletariado?, al igual que las formas superadas de un capitalismo ilimitado. Para estas convicciones y esta pol¨ªtica todav¨ªa hay bastante espacio geogr¨¢fico y pol¨ªtico en el mundo.
En M¨¦xico o¨ª decir a un especialista franc¨¦s en medios de comunicaciones sociales, por cierto marxista, que la socialdemocracia europea era ?la izquierda del capitalismo norteamericano?. ?Qu¨¦ opina de esa definici¨®n?
-Pintoresca formulaci¨®n, pero falsa. Aqu¨ª hay que diferenciar entre dos puntos, que son, por una parte, la relaci¨®n entre los Estados, y por otra, las relaciones entre los partidos y movimientos pol¨ªticos. La socialdemocracia europea es una fuerza pol¨ªtica independiente. La historia y la pr¨¢ctica pol¨ªtica lo prueban. Respecto a la relaci¨®n de Europa occidental con los Estados Unidos, Europa no puede prescindir de la colaboraci¨®n de los Estados Unidos, ya que aseguran el equilibrio de la pol¨ªtica mundial. De esto resulta un paralelismo de intereses en muchos campos, naturalmente. Al mismo tiempo hay tambi¨¦n diferencias de intereses. En este sentido habr¨ªa que hablar de una colaboraci¨®n cr¨ªtica, pero al mismo tiempo leal.
El nuevo fascismo americano
La socialdemocracia luch¨® contra el nazismo y, despu¨¦s de haber experimentado la peor persecuci¨®n emergi¨®, en la reconstrucci¨®n en competencia con la democracia cristiana. Habida cuenta de que en Am¨¦rica Latina hay reg¨ªmenes militares de claro corte fascista que est¨¢n limitando todas las libertades sin encontrar soluciones para sus pueblos, ?usted cree que podr¨¢ repetirse la historia, con ambos partidos, teniendo en cuenta tambi¨¦n la situaci¨®n cr¨ªtica de los partidos marxistas?
-La socialdemocracia europea ha sobrevivido al fascismo y ha salido airosa de la disputa con el comunismo, por lo menos en Europa occidental. Pero no se puede comparar Europa con Latinoam¨¦rica, a pesar de que hay muchas tradiciones en com¨²n. Por ello, no estoy seguro de que las experiencias aqu¨ª obtenidas se puedan transferir. esquem¨¢ticamente. Sin embargo, yo espero que, a largo plazo, la gran tradici¨®n literaria de Sudam¨¦rica continuar¨¢ dentro del socialismo democr¨¢tico.
Una carta para los Estados
-En una conversaci¨®n con Kreisky y Palme, usted ha calificado a los pa¨ªses productores de materias primas como ilusos y esquem¨¢ticos. ?Podr¨ªa explicar esta observaci¨®n?
-S¨ª. Recuerdo bien; yo expres¨¦ mi comprensi¨®n de la posici¨®n b¨¢sica que mantienen los pa¨ªses productores de materias primas y abogu¨¦ por una nueva actitud de parte de los pa¨ªses industrializados. En la observaci¨®n a la que usted se refiere, yo quise decir que no hay ning¨²n esquema ideal para la soluci¨®n de los problemas pendientes y que debemos ser cuidadosos en no confundir los modelos ideales, por ¨²tiles que sean, con la realizaci¨®n inmediata de los mismos. En este sentido, yo me alegro de que se haya puesto en marcha ya una b¨²squeda en com¨²n de soluciones y espero que pronto obtengamos ¨¦xitos en los diferentes niveles.
-En la Conferencia Norte-Sur de Par¨ªs, pa¨ªses socialdem¨®cratas, como los que acuden a esta reuni¨®n de confraternidad de Caracas, est¨¢n de uno y otro lado de la mesa de conferencias en diferentes posiciones. ?Usted cree que a trav¨¦s de los contactos pol¨ªticos como ¨¦ste se podr¨¢n alcanzar algunas soluciones?
-Efectivamente lo creo as¨ª. Sobre todo porque una reuni¨®n como la de la capital venezolana, que puede renunciar al r¨ªgido ritual de una conferencia, brinda la oportunidad de intercambiar amplia y libremente opiniones y de aclarar posiciones. Ya durante la detallada discusi¨®n que mantuvimos con nuestros hu¨¦spedes extranjeros al margen de nuestra convenci¨®n de Mannhein, en noviembre de 1975, tuvimos alentadoras experiencias en relaci¨®n a la utilidad de tales reuniones. Una mutua y abierta informaci¨®n, dentro de un clima de confianza, tambi¨¦n facilita la colaboraci¨®n entre uno y otro lado de la mesa de conferencias.
-?Est¨¢ sinceramente decidida la socialdemocracia europea a favorecer un nuevo orden econ¨®mico internacional? ?Apoya un c¨®digo para las empresas transnacionales y la carta de los derechos y deberes econ¨®micos de las naciones?
-A eso yo digo s¨ª, aun sabiendo que los representantes de la Rep¨²blica Federal de Alemania no podr¨ªan consentir en la aprobaci¨®n de la carta de deberes y derechos econ¨®micos de los Estados, ya que ten¨ªan. algunas serias dudas. Pero esto no quiere decir que nosotros en Alemania, y sobre todo nosotros, los socialdem¨®cratas alemanes, rechacemos los esfuerzos dirigidos hacia este objetivo; al contrario, queremos aportar todos nuestros esfuerzos. Adem¨¢s, hay que considerar este tema de una manera diferenciada. El Gobierno federal en ese; entonces pensaba que no pod¨ªa aceptar esa carta, aunque las dudas en Bonn eran relativamente menores, mientras otros pa¨ªses votaban positivamente, aunque sus dudas era relativamente graves. En lo que concierne a nosotros, los socialdem¨®cratas alemanes, somos partidarios de un orden econ¨®mico mundial m¨¢s justo. Esto tambi¨¦n se comprende, sin lugar a dudas, por las resoluciones de nuestra ¨²ltima convenci¨®n de Mannheim.
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