Sobre Montejurra

Quiero felicitarle por la completa informaci¨®n de su diario en torno a los asesinatos de Montejurra. Como es muy completa, puede salvarse alg¨²n desliz en cuanto a la objetividad (si bien de esta consideraci¨®n debe excluirse el art¨ªculo de Ricardo de la Cierva, cuya parcialidad y falta de rigor hist¨®rico son manifiestos).En el asunto de Montejurra caben para el militante carlista muchos interrogantes y abundantes respuestas. De sobra es conocido ya que el Partido Carlista no es una pandilla de ultramontanos; tambi¨¦n todo el mundo se ha dado cuenta que a don Carlos Hugo los pol¨ªticos del sistema le ten¨ªan un miedo atroz, lo que no casa, en manera alguna, con el calificativo que el ministro de la Gobernaci¨®n le ha dado de ?personajillo extranjero?. Si es un personajillo, ?a qu¨¦ preocuparse?; si es extranjero, ?por qu¨¦ el m¨¢s antiguo partido pol¨ªtico espa?ol le tiene por l¨ªder?

En Montejurra, todo el mundo se ha percatado de ello; se ha tratado de eliminar para siempre la expresi¨®n democr¨¢tica del pueblo carlista. Y nada mejor que presentar el testimonio de una lucha fraticida para demostrar a la opini¨®n p¨²blica que el carlismo no tiene remedio. Menos mal que todo el mundo sab¨ªa -pues tan burda ha sido la maniobra- que el carlismo est¨¢ en un solo lado y que todo lo dem¨¢s ha sido una maniobra.