La Feria del Libro, un parlamento
Manuel Gerena cantaba a la libertad en la caseta n¨²mero cuatro del recinto ferial. Eduardo Chamorro pas¨® fugazmente por uno de los stands en el que firmaba sus Delitos y condenas, amplia charla con Victoriano Corral, el Papill¨®n espa?ol, como fue llamado en su d¨ªa, y que en la actualidad se encuentra en la Prisi¨®n Provincial de Carabanchel. Paco Abad hac¨ªa lo propio con su libro La huelga del espect¨¢culo y el espect¨¢culo de la huelga.Esta es una Feria en la que la pol¨ªtica se convierte en la reina del lugar, por m¨¢s que los literatos asuman su condici¨®n de secundones coyunturales. Si la cultura bibliogr¨¢fica no suele ser motivo de cuantificaciones, al menos en teor¨ªa, no por ello los datos son despreciables. Hay que hablar de un triunfador, y ¨¦ste es, sin duda Marcelino Camacho. Firma con frecuencia y en olor de multitudes. No es desusado contemplar slogans agresivos (?Hay que erradicar el anaffiabetismo pol¨ªtico!, ?Antes de votar, ent¨¦rese de a qui¨¦n escoge!) con las consiguientes connotaciones de ventas de marcas acreditadas y un algo de precipitaci¨®n -o quiz¨¢, instinto premonitorio-, pues es lo cierto que, al menos de momento, las elecciones flotan en el ambiente sin ninguna concreci¨®n.
Si la pol¨ªtica es la reina en esta edici¨®n ferial, la pol¨ªtica espa?ola adelanta por n¨²mero de t¨ªtulos a la revoluci¨®n bolchevique -Los diez d¨ªas que estremecieron al mundo, la llam¨® John Reed- e incluso a la de 1848, el programa de Gotha y dem¨¢s an¨¢lisis del mayor de los Marx. La Biblioteca de Divulraci¨®n Pol¨ªtica, de Rosa Reg¨¢s, se ha convertido en la colecci¨®n-vedette de los manuales pol¨ªticos. En la Feria se exiben sus carteles y las calles madrile?as se inundan de las espl¨¦ndidas portadas de Enric Satu¨¦. Una colecci¨®n que a partir de su n¨²mero ocho edita 100.000 ejemplares de cada t¨ªtulo, con una periodicidad semanal.
Entre las reproducciones art¨ªsticas, el Guernica, de Picasso, se lleva la palma de oro de la demanda, y hay que hacer constar que ninguna caseta ha sufrido otros da?os que los propios de la inclemencia clim¨¢tica.
M¨¢s de 200 puestos de venta que la pol¨ªtica y los pol¨ªticos utilizan como tribuna de adhesiones en un ambiente irreal, en el que la producci¨®n parece no tener l¨ªmites.
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