Despu¨¦s de las elecciones generales habr¨¢ una segunda fase de refoma constitucional

El Gobierno no ten¨ªa miedo a la derrota en el reciente debate en las Cortes sobre la ley de asociaciones y sobre la reforma del C¨®digo Penal, seg¨²n ha podido saber EL PA?S en fuentes oficiosas. El debate, seg¨²n dichas fuentes, ha sido un test muy importante para saber la actitud de las Cortes sobre los partidos pol¨ªticos, cuya legalizaci¨®n implica una sustancial reforma constitucional.Las mismas fuentes explican la retirada del proyecto de reforma del C¨®digo Penal en las Cortes el pasado d¨ªa 9 como producto de la confusi¨®n que se origin¨® en el hemiciclo en relaci¨®n con el texto presentado como consecuencia de la falta de claridad de la propia Comisi¨®n y del enmendante. Otro de los motivos que contribuyeron a a?adir confusi¨®n y nerviosismo fue la noticia del atentado contra el jefe local del Movimiento de Basauri.

Una vez retirado el proyecto y devuelto a la Comisi¨®n de Justicia, ¨¦sta reelaborar¨¢ y fijar¨¢ un nuevo Pleno para dentro de seis u ocho d¨ªas con el fin de someter a votaci¨®n el texto. Las mismas fuentes consideran que la reforma constitucional emprendida es irreversible y es seguro que el actual Gobierno perdure por lo menos hasta las elecciones generales, que podr¨ªan convocarse para mediados del a?o 1977. Estas elecciones, seg¨²n las mismas fuentes, ser¨ªan la culminaci¨®n de lo que podr¨ªa denominarse primera fase de la reforma.

A partir de las elecciones generales, seg¨²n las mismas fuentes, es posible prever una segunda fase de reformas para adaptar la legalidad constitucional a la nueva realidad que entra?ar¨ªa la victoria electoral de un partido determinado. En caso de que esta realidad se produzca, es l¨®gico, seg¨²n las citadas fuentes, que el jefe de Gobierno cuente de una forma u otra con el apoyo del partido ganador de las elecciones, lo que exigir¨ªa la puesta en marcha de la citada segunda fase de reformas constitucionales, entre ellas seguramente la del Consejo del Reino.

Respecto a la legalizaci¨®n del Partido Comunista, el Gobierno, seg¨²n las fuentes oficiosas consultadas por EL PA?S, est¨¢ decidido a que no participe en la primera fase de la reforma constitucional. Sin embargo, considera imprescindible para el ¨¦xito de la reforma la participaci¨®n desde ahora de la izquierda socialista, hasta el punto de que el principal problema que tiene ahora la reforma es el retraimiento de las fuerzas pol¨ªticas que se agrupan bajo este signo. Sin embargo, no est¨¢ excluida la presencia legal del Partido Comunista en la segunda fase de la reforma constitucional, despu¨¦s de las elecciones generales previstas a mediados de 1977.