La unidad de los socialistas
Ra¨²l Morodo ha dicho recientemente que el problema de las nacionalidades es el principal obst¨¢culo para la unificaci¨®n del socialismo espa?ol. Voy a tratar de centra un poco el tema.Tres son, hasta ahora, las opciones que se ofrecen para resolver este problema. Felipe Gonz¨¢lez, es decir, el PSOE, plantea una soluci¨®n en dos fases: a) Un Congreso unitario de todos los socialistas a nivel del Estado espa?ol, en el que se definan las grandes l¨ªneas estrat¨¦gicas del socialismo; y b) Asambleas y congresos espec¨ªficos en cada nacionalidad para decidir los problemas espec¨ªficos de ellas.
El PSP, tal como se decidi¨® en el Congreso del ¨²ltimo fin de semana, apoya su f¨®rmula en tres puntos: a) Establecimiento de un comit¨¦ de enlace; b) Acuerdo en los principios b¨¢sicos socialistas, y c) Plataforma electoral com¨²n para las pr¨®ximas elecciones legislativas. De aqu¨ª que su planteamiento, tal como han hecho numerosos peri¨®dicos, se pueda reconducir a la existencia de esta plataforma de partidos. Que por otra parte es lo que ya Tierno y su partido intentaron hacer hace muy pocos meses.
La Federaci¨®n de Partidos Socialistas contrapone su f¨®rmula a los intentos de partido federal. Sus l¨ªneas maestras son la autonom¨ªa, los acuerdos suprapartidistas y la coordinaci¨®n. Y creo que se puede decir que, siendo la suya la f¨®rmula menos r¨ªgida, es la que ha permitido resistir mayores discrepancias e integrar diferencias m¨¢s acusadas.
En cualquier caso, como se puede ver, la diversidad de puntos de vista es notoria. El PSOE niega el acuerdo en la cumbre y patrocina la uni¨®n en la base. El PSP, sin negar el acuerdo en la base, patrocina la alianza o plataforma en la cumbre. La FSP ha llegado ya a un acuerdo a nivel superior que ha integrado a sus respectivas bases en una pol¨ªtica que, no por ser confederal deja de ser urnitaria, y que, no por ser aut¨®noma deja de estar coordinada. Cada opci¨®n, por otra parte, responde a intereses y posiciones bien definidos. El PSOE reconduce el tema a la base porque no consiente se ponga en duda el papel vertebrador que el partido debe tener en el proceso unitario. El PSP auspicia la plataforma porque ello refuerza su posici¨®n a la hora de negociar, de aqu¨ª a fin de a?o, la unidad en la que act¨²a de mediador Mario Soares. La FPS no es dogm¨¢tica en su estructura ni en sus siglas, pero s¨ª en el modelo de organizaci¨®n. Justo es decir, adem¨¢s, que su planteamiento generaliza, al situar el tema a nivel de principios, cuestiones que en la realidad sociol¨®gica son muy diferentes. Hay zonas, por ejemplo, en las que los socialismos nacionales act¨²an en condiciones de clara superioridad sobre los partidos a nivel de Estado. En otras zonas, en cambio, ocurre exactamente al rev¨¦s. Y ello produce dificultades dif¨ªcilmente reconducibles a un lenguaje de n¨²meros y cifras tangibles. Los catalanes le piden al PSOE que se abstenga de actuar en Catalunya, que no produzca perniciosas duplicidades. Y el PSOE, que no tuvo nunca arraigo en Catalunya, lo podr¨ªa entender. Pero Eusko Sozialistak le pide lo mismo respecto del Pa¨ªs Vasco, donde el PSOE tiene tradici¨®n y bases firmes. Es dif¨ªcil, pues, que cualquier soluci¨®n gen¨¦rica permita grandes avances.
La idea de un congreso unitario, por otra parte, es inviable hasta que no se sepa con cu¨¢ntos votos cuenta cada partido. No habr¨ªa manera de establecer la composici¨®n del congreso ni el sistema para la adopci¨®n de acuerdos. Con el agravante, adem¨¢s, de que la convocatoria misma del congreso implicara ya un atisbo de la soluci¨®n que se pudiera adoptar. El problema no es nada f¨¢cil, por consiguiente. Y quiz¨¢s convendr¨ªa forzarlo ensayando con simultaneidad una doble v¨ªa. El di¨¢logo en la cumbre para definir la estrategia global y los acuerdos a nivel de cada nacionalidad para instrumentarlos, definirlos y adaptarlos a programas de convergencia y actuaci¨®n unitaria. Ya ha ocurrido en alguna regi¨®n que la base ha desbordado los escr¨²pulos de las organizaciones y de los dirigentes. Las elecciones, por otra parte, han de propiciar que las plataformas que patrocina el PSP se puedan establecer de forma descentralizada.
De momento, sin embargo, desgraciadamente, el proceso de la unidad socialista se parece mucho a este rompecabezas de v¨ªas ferroviarias inconexas que dibujaba el otro d¨ªa mi admirado amigo M¨¢ximo.
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