Veinte a?os despu¨¦s
A los veinte a?os de su muerte vuelve a las pantallas de toda Europa James Dean, definitivamente convertido en mito, m¨¢s all¨¢ de los estrictos l¨ªmites cienematogr¨¢ficos. Porque a lo largo de sus tres ¨²nicos filmes que le llevaron al ¨¦xito, lo que importa, por encima de su carrera de actor apenas iniciada, es su car¨¢cter de s¨ªmbolo de una generaci¨®n: la de los a?os cincuenta. Todos aquellos j¨®venes nacidos a la sombra del ¨²ltimo conflicto mundial, crecidos bajo la amenaza nuclear aireada, enarbolada, en los duros a?os de la guerra fr¨ªa, ven¨ªan a rebelarse contra un mundo no hecho a su medida, en el que se negaban a participar, que, en cierto modo, desde?aban o aborrec¨ªan. Tal rebeli¨®n frustrada, a¨²n latente hoy, a trav¨¦s de muy diversos planteamientos, es la que da nombre al film m¨¢s importante de James Dean.C¨®mo lleg¨® este actor incipiente a s¨ªmbolo de, tal juventud, de tal rebeli¨®n no realizada, ahogada y muerta en s¨ª misma, es bien conocido a trav¨¦s de ensayos y biograf¨ªas m¨¢s o menos ficticias, Muerta su madre cuando contaba, pocos anos, y abandonado por su padre, la soledad fue su caldo de cultivo, en el que su especial visi¨®n de la sociedad lleg¨® a madurar, asi como su aire indefenso ante esa misma sociedad que le llev¨® a conquistar al p¨²blico femenino de cualquier edad, en tan breve plazo. Inmaduro, irrecuperable, insatisfecho, en la opini¨®n de los que m¨¢s ¨ªntimamente le conocieron, ni el ¨¦xito le llev¨® a alcanzar ese mundo feliz que seguramente a?or¨® desde su infancia.
Rebelde sin causa
Argumento y gui¨®n: Nicholas Ray, Steward-Stern, Irving Shulman. Direcci¨®n: Nicholas Ray. M¨²sica: Leonard Rosenman. Int¨¦rpretes: James Dean, Nathalie Wood, Sal Mineo, Ann Doran, Jim Bakus. EE. UU. Dram¨¢tico. 1955.Locales de proyecci¨®n: Luchana, Torre de Madrid, Richmond.
Realidad o fantas¨ªa
Aut¨¦ntica o no, realidad o fantas¨ªa fabricada, la verdad es que, como en el caso de Marilyn Monroe -otro destino en cierto modo paralelo-, su nombre se halla hoy en la espectacular galer¨ªa de los mitos americanos contempor¨¢neos. Sobre su condici¨®n de actor, Lee Strasber, que lo tuvo como alumno en su Actor's Studio, a¨²n recuerda sus primeros d¨ªas, su debut en la escuela cuando, reci¨¦n llegado, le invit¨® a interpretar su primera escena. Lo hizo tranquilamente, con tal sencillez y eficacia que dej¨® a todos asombrados. ?Parec¨ªa -asegura-, que no hubiera hecho otra cosa en su vida. De no haber truncado la muerte su carrera, podr¨ªa haber llegado a convertirse, con el tiempo, en un actor extraordinario. En su trabajo s¨®lo pudo dar una peque?a parte de s¨ª mismo; la experiencia y los a?os hubieran hecho madurar sus dotes excelentes.?No muy buen estudiante, pero siempre atento, pronto los que le rodeaban, como m¨¢s tarde Kazan o Ray, comprendieron que su personalidad trascend¨ªa m¨¢s all¨¢ de sus propios personajes. Por ello sus tres ¨²nicos films vienen a ser variaciones sobre el tema Dean, sobre la juventud frustrada, dolorida, insatisfecha, adobadas con una buena dosis de romanticismo. Entre tales variaciones se sit¨²a en lugar de honor este Rebelde sin causa, con sus tres estudiantes y susjuegos peligrosos, cuyo ep¨ªlogo final tuvo lugar para la vida real en Paso Roble, Californ¨ªa, el 30 de septiembre de 1955.
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