La marginaci¨®n gitana comienza en las Viviendas
La actuaci¨®n de la Administraci¨®n, a trav¨¦s del Ministerio de la Vivienda y Gerencia Municipal de Urbanismo, es causa de desconcierto y temor entre la poblaci¨®n gitana de Madrid que se ve trasladada indiscriminadamente a barrios en los que se les hacina y se junta a familias tradicionalmente enemigas. Teresa San Rom¨¢n, antrop¨®loga social, y miembro de la Asociaci¨®n de Desarrollo Gitano, contesta a las preguntas de Jos¨¦ Mar¨ªa Baviano sobre este tema.
Hace unos d¨ªas que la Alociaci¨®n de Desarrollo Gitano present¨® una carta ante el alcalde de Madrid y el director general de la Vivienda en la que se expon¨ªan los problemas que, a nivel de viviendas y asentamientos, tienen los gitanos de Madrid. En esta carta se hace una cr¨ªtica del sistema seguido hasta ahora en la forma de distribuci¨®n de casas para este n¨²cleo de poblaci¨®n.La Asociaci¨®n de Desarrollo Gitano naci¨® en el a?o 1971 y realiza programas de desarrollo subvencionados por una comisi¨®n interministerial para elevar el nivel cultural de la poblaci¨®n de siete barrios de Madrid en los que existe una importante cantidad de poblaci¨®n gitana. Estos barrios son La Celsa, poblado de La Alegr¨ªa, Altamira, Hierro y Torregrosa, Pan Bendito, Entrev¨ªas y San Ferm¨ªn.
?Atendemos fundamentalmente aquellos aspectos que dificultan de forma importante la inserci¨®n de estos gitanos en la sociedad espa?ola. La vivienda y su nivel de adaptaci¨®n a un standard actual es uno de los factores decisivos para el desarrollo gitano. Hemos tenido especial inter¨¦s en conocer el futuro y perspectivas de futuro en este problema, pero ha sido imposible obtener de la Delegaci¨®n Provincial de la Vivienda una informaci¨®n clara al respecto en el pasado.
Esta informaci¨®n se nos niega en la actualidad?, dice el informe elaborado por la Asociaci¨®n sobre estos n¨²cleos de poblaci¨®n gitana.
Teresa San Rom¨¢n, antrop¨®loga social, es miembro de esta asociaci¨®n. ?Las Tenencias de Alcald¨ªa de las zonas no saben lo que se est¨¢ determinando sobre estos n¨²cleos. Los organismos a los que hemos acudido no han atendido las solicitudes de audiencia que hemos formulado y han producido el desconcierto de la poblaci¨®n, por lo que se facilitan las actuaciones interesadas de los grupos de poder de los n¨²cleos y por otra parte la conflictividad en la poblaci¨®n gitana?.
Las peleas entre gitanos son en parte consecuencia del aglutinamiento indiscriminado que la Administraci¨®n ejerce con estas familias. ?La pol¨ªtica que se sigue, dice Teresa San Rom¨¢n, es de facilitar piso o casitas bajas a los gitanos que hasta ahora viv¨ªan en chabolas. Cualquiera de las dos alternativas, en la forma que se lleva, provoca la creaci¨®n de ghettos porque no se respeta la idiosincrasia ni la tradici¨®n de los gitanos. Se desconoce, por lo visto, que para los gitanos el n¨²cleo familiares importante, que la rivalidad entre familias existe y ha existido siempre, que juntar a dos de estas familias en una misma casa produce conflictos. Los gitanos, tradicionalmente, tan sido siempre itinerantes y sus ocupaciones son o dedicarse a la venta en la calle o a la comercializaci¨®n de la chatarra. El hecho de darles casas bajas, en las que puedan tener sus carros para dedicarse a la chatarra, parece una buena idea, pero se cae por la base cuando les proh¨ªben constantemente circular con estos carros?.
Chabolas
?Las chabolas, en la mayor¨ªa de las ocasiones, est¨¢n edificadas sobre terreno r¨²stico forestal. El miedo a que los echen de all¨ª es constante, m¨¢xime cuando, como pasa muy a menudo, hay alguien que se encarga de recordarles que est¨¢n en zona prohibida y los van a echar. Estos se?ores son los caciques de las aldeas de las chabolas, personas que cobran dinero por callar o tramitar papeles. Personas respetadas por miedo. Los chabolistas, cuando son trasladados a bloques de pisos, procedentes de diferentes asentamientos, se encuentran en un medio hostil, obligados a vivir entre gente que no conocen o que, por cuestiones familiares, son sus enemigos. ?
-?Como repercute este sistema de aglutinamiento indiscriminado en la delincuencia de los barrios con poblaci¨®n gitana?
-En San Ferm¨ªn, por ejemplo, el ¨ªndice es muy peque?o, los gitanos son respetados y ellos respetan a los payos. Simplemente porque la distribuci¨®n de viviendas fue racional, considerando a los gitanos como personas normales y mezcl¨¢ndolos entre los payos, no se sigui¨® el sistema de todos los otros barrios en los que se junt¨® a todos los gitanos en un par de bloques y se han creado aut¨¦nticos ghettos. Muchos de estos gitanos huyen de las casas porque se encuentran inc¨®modos, vuelven a levantar su chabola en otro barrio y ¨¦sta es una excusa que el Ministerio de la Vivienda ha esgrimido para minusvalorar el problema.
-?Cu¨¢l ser¨ªa la soluci¨®n a este reparto indiscriminado?
-La soluci¨®n ser¨ªa que el Ministerio de la Vivienda integrar¨¢ a los gitanos en la forma que ellos quieren, diseminados como se hizo hace diecis¨¦is a?os en San Ferm¨ªn. Los gitanos no quieren vivir juntos, sino por familias aisladas en una comunidad paya. La estructura gitana est¨¢ hecha para familias, n¨²cleos peque?os. Ante el sistema que se sigue actualmente los gitanos sienten terror por la vida en barrios y pisos, sin embargo quieren una integraci¨®n en la comunidad paya, integraci¨®n no impuesta sino libremente elegida, en la que sean respetados.
Payos
-?Cu¨¢les la postura del gitano ante la sociedad paya y ante la posibilidad de integraci¨®n?
-Creo que la sociedad gitana dados grandes lecciones con sus actitudes. De una parte, el alejamiento del consumismo a que -la sociedad pretende llevarlos y de otra la negativa al trabajo por el trabajo. Se limitan a trabajar cuando lo necesitan y en funci¨®n de lo que necesitan. El gitano pretende coger de la sociedad paya lo que le interesa. Han dejado el nomadismo y quieren convivir pac¨ªficamente y que se les reconozca su trabajo. El compromiso qu¨¦ la sociedad exige de ellos no est¨¢n dispuestos a darlo en la forma que la sociedad quiere. Lo que est¨¢ claro es que, antes o despu¨¦s, van a insertarse y de nosotros depende que esta inserci¨®n sea o no nefasta para el pueblo gitan.
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