Garate, todav¨ªa

Hace unos meses, Jos¨¦ Eulogio G¨¢rate reprendi¨® a su hijo peque?o por una travesura propia de los cuatro a?os. El chaval ejerci¨® el derecho de r¨¦plica y le larg¨® esto a su padre: ?Malo t¨², que llevas tres meses sin meter un gol?. No hubo m¨¢s, porque el ni?o sali¨® disparado para cortar el contraste de pareceres.La actuaci¨®n de G¨¢rate en la presente temporada ha sido irregular a causa de las lesiones. Su rendimiento, efectivamente, ha estado por debajo de lo que en otras campa?as ha sido habitual, pero ni estaba acabado cuando la fortuna, no le acompa?aba, ni hay raz¨®n tampoco ahora para que vuelvan a saludarle los falsos amigos que hab¨ªan comenzado a darle la espalda.

La vida deportiva est¨¢. sujeta a los vaivenes del triunfo y del fracaso, perojugadores como G¨¢rate no pueden perder el prestigio de un d¨ªa para otro, porque al d¨ªa siguiente, son capaces de recuperarlo de un solo golpe. G¨¢rate no puede ser, naturalmente, el mismo de hace unos a?os, pero en ¨¦l queda la clase suficiente para mantenerse en, primera l¨ªnea alg¨²n tiempo m¨¢s. La llegada de Rub¨¦n Cano no tiene que ser forzosamente su retiro. A G¨¢rate le sobran recursos para ser ¨²til a su club.

Yo dir¨ªa que el triunfo del Atl¨¦tico ha servido para que dos hombres vean el futuro con menos temores; Luis, porque ha sido campe¨®n sin los brasile?os y g¨¢rate, porque hasta su hijo volver¨¢ a creer en ¨¦l.