La honestidad en la cr¨ªtica
Unos cuantos se dedican a poner en tela de juicio la honestidad de los cr¨ªticos taurinos. No les acusan -no nos acusan- de soborno sino de venalidad, que pienso es peor. No hay argumentos, no hay pruebas, no hay base. Todo son insinuaciones, medias frases, bastante insidia y mucho mentir.Seguramente la materia gris (o la la materia, simplemente, vil metal, cuentas pagadas) de esta campa?a parte del b¨²nker taurino, pero la hacen propia unos gacetilleros para minar -eso piensan ellos, infelices- el prestigio de la cr¨ªtica. A su vez se sienten cr¨ªticos, qu¨¦ gracia, pero no lo son ni lo ser¨¢n nunca por dos razones: les sobra mal estilo, les faltan lectores.
No conozco a ning¨²n cr¨ªtico aut¨¦ntico, de los de Madrid, que sea deshonesto. Porque honestidad es en esta profesi¨®n no s¨®lo estar limpio de soborno, sino tambi¨¦n conocer la materia de que se trata y no ser tan audaz que, desconoci¨¦ndolo, se acepte la responsabilidad que es inherente a la cr¨ªtica; estar atento al suceso y analizarlo y tomar notas si es necesario, compulsarlas, tener por norma el supremo respeto al lector y a cuanto se somete a juicio; la actitud ha de ser de aprendizaje permanente, por su puesto tambi¨¦n de la competencia, con la humildad precisa para reconocer y corregir el error. Y valor para sostener la verdad, aunque sea en solitario, aunque aconsejaran deformarla demagogias, respetos humanos y otras circunstancias.
A Vicente Zabala le han estado insultando quienes no tiene calidad ni para imitarle; a Alfonso Naval¨®n le han pegado una paliza quienes son incapaces de demostrar su val¨ªa en el terreno donde quisieran destacar; un servidor tambi¨¦n se ha visto en letras de molde, y no para bien, en esa especie de ensaimada que fue revista de calidad y ahora es el bolet¨ªn del b¨²nker. En lo que me concierne de este entramado nada me importa: si acaso, la pena de que quien aquello firma, al cual ten¨ªa por amigo, juegue hoy el triste papel de gregario. Pero para Naval¨®n y Zabala he de manifestar mi solidaridad no s¨®lo por compa?erismo, sino por comuni¨®n de principios. Han hecho una labor irriportante, durante a?os, en provecho del espect¨¢culo taurino, para lo cual apoyaron cuanto merec¨ªa defensa y barrieron todo lo que era nefasto para la fiesta. Bueno, todo no: les quedaron determinados gacetilleros por los rincones. Pero tampoco merec¨ªa la pena molestarse en pegarles ¨¦l escobazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.