Inglaterra quiere explotar sola el petr¨®leo del Mar del Norte

Tres nuevos yacimientos petrol¨ªferos se han descubierto en el mar del Norte. Uno de ellos, seg¨²n el Financial Times, podr¨ªa ser muy prometedor, ya que puede contener unas reservas calculadas entre 600 y 800 millones de barriles. El yacimiento, descubierto por el grupo Philips, se encuentra a unas veinte millas al sur del campo petrol¨ªfero de Brae y ofrece caracter¨ªsticas geol¨®gicas semejantes a este ¨²ltimo, lo que hace pensar que podr¨ªa tratarse de un yacimiento muy importante.

Las reservas petrol¨ªferas del yacimiento de Brae se estiman en m¨¢s de mil millones de barriles de petr¨®leo, y en m¨¢s de mil millones de metros c¨²bicos de gas. Los otros dos yacimientos descubiertos se encuentran a unas siete millas al norte del campo petrol¨ªfero de Thistle y al sur de esta zona. El descubrimiento del grupo Philips, probablemente justificar¨¢ la construcci¨®n de un nuevo oleoducto.El petr¨®leo del mar del Norte puede anular al final de esta d¨¦cada el cr¨®nico d¨¦ficit en la balanza de pagos brit¨¢nica. Para 1980 se prev¨¦ que los beneficios de la explotaci¨®n petrol¨ªfera de las costas escocesas le dar¨¢n al Reino Unido un balance favorable de cerca de seis mil millones de libras (732.000 millones de pesetas). Cinco a?os m¨¢s tarde se triplicar¨¢ la ya importante cantidad. Eso convertir¨¢ al petr¨®leo del mar del Norte en el responsable del tres al cinco por ciento del PNB (Producto Nacional Bruto) de este pa¨ªs. Las perspectivas extremadamente favorables que el mar del Norte le ofrece a la econom¨ªa brit¨¢nica, hace que el Gobierno de Londres se mantenga especialmente cauto a la hora de comentar las demandas de sus aliados europeos y, concretamente, de los restantes miembros del Mercado Com¨²n.

Francia, sobre todo, ha venido exigiendo que Gran Breta?a contemplara la necesidad de abrir las fronteras de aquel mar para la explotaci¨®n com¨²n de todos los pa¨ªses de la CEE.

En la ¨²ltima visita que Giscard hizo a Londres -la primera como presidente del Gobierno franc¨¦s- Callaghan trat¨® de convencer a su colega de que Inglaterra s¨®lo estar¨ªa dispuesta a favorecer tales concesiones en momentos de grave urgencia y de falta notoria de energ¨ªa en los restantes pa¨ªses de la comunidad.

En realidad lo que Gran Breta?a quiere es mantener asegurada aquella fuente de divisas, con la que espera compensar todos sus anteriores desequilibrios econ¨®micos.

Hay otros aspectos de la econom¨ªa inglesa que explican el optimismo con el que los brit¨¢nicos han comenzado el verano. Los empresarios, los trabajadores y el Gobierno han llegado a un acuerdo sobre la estrategia industrial a seguir. Seg¨²n tal estrategia, el Gobierno consolida su intenci¨®n de recortar el gasto p¨²blico para invertir m¨¢s en la industria manufacturera, cuya falta de iniciativas en los ¨²ltimos a?os ha conducido al d¨¦ficit en la balanza de pagos que se intenta reformar gracias a los billones que se esperan obtener del petr¨®leo del mar del Norte.

Para ponerle cifras al optimismo, el ministro brit¨¢nico de Hacienda ha dicho que en los pr¨®ximos a?os el ¨ªndice de crecimiento de la econom¨ªa puede subir en un 5 por 100 y que la necesidad de pedir prestado podr¨¢ acabar muy pronto o reducirse considerablemente. Parece, por tanto, que el periodo de recesi¨®n que ha azotado a Gran Breta?a acaba por fin.

Todas las perspectivas no son igualmente brillantes. Seg¨²n una interpretaci¨®n conservadora, si el Gobierno fracasa en su pol¨ªtica antiinflacionaria, que puede resucitar cuando se acabe el pacto salarial, la libra puede ser equivalente a 1,30 d¨®lares para 1980. Actualmente el ¨ªndice de inflaci¨®n es el doble del que presentan la mayor parte de los pa¨ªses de la CEE.