Jornadas empresariales
PARA HOY y ma?ana, la Organizaci¨®n Sindical ha convocado a un numeroso grupo de empresarios -se espera la presencia de unos 1.300- para unas Jornadas de estudio sobre la empresa y las organizaciones patronales.La n¨®mina de ponentes es importante, y en ella se incluyen representantes de la grande y mediana empresa, de todos los sectores industriales y de servicios, y de todas las regiones espa?olas. Entre ellos tambi¨¦n se encuentran distinguidas personalidades por su protagonismo en el desenganche del sindicalismo oficial.
Desde la ¨®ptica de algunos empresarios, ¨¦sta ser¨¢ una buena ocasi¨®n para plantear una futura organizaci¨®n patronal, inserta en el aparato oficial de una OS que vive la hora del desmontaje y del reparto. Los organizadores de las Jornadas, en efecto, podr¨ªan ofrecer estos d¨ªas a los empresarios el regalo suculento de una sede social a cuenta del patrimonio sindical.
Un sector importante del empresariado, sin embargo, justamente el que viene pugnando desde hace tiempo por el desenganche del sindicalismo oficial, ve en las Jornadas el inicio de una maniobra comprometedora para sus intereses futuros, al pretenderse con ellas una s¨®lida vinculaci¨®n ?in extremis? entre un sector, como el de los empresarios, que forzosamente ha de vivir en la legalidad, y una estructura sindical legal, pero obsoleta.
Estos empresarios consideran que ser¨ªa fatal su identificaci¨®n con la OS, cuando en su vida diaria, para poder trabajar, producir y obtener leg¨ªtimos beneficios han de dialogar constantemente con unas organizaciones de trabajadores cada d¨ªa m¨¢s desvinculadas del sindicalismo oficial.
La iniciativa de estas Jornadas, que no satisface en modo alguno a buena parte del empresariado, sorprende tambi¨¦n al no conllevar otra id¨¦ntica, dirigida al sector de los trabajadores. Ellos han estado en vanguardia a la hora de la creaci¨®n de organizaciones horizontales y de clase y desde hace tiempo constituyeron, en situaci¨®n muy adversa, sindicatos paralelos, que ahora se presentan como organizaciones plurales que tratan de conseguir la unidad de acci¨®n.
Parad¨®jicamente, a los trabajadores la OS no les ha brindado una oportunidad de plantearse el futuro de su organizaci¨®n profesional, cuando desde hace tiempo vienen clamando en tal sentido, y se apresura ahora a nuclear a los empresarios, cuando ¨¦stos ya iniciaban serios intentos de autoorganizarse.
El sindicalismo oficial ha vivido de unas cuotas pagadas directamente por las empresas, aunque siempre incorporadas a los costes salariales. Estas cuotas, m¨¢s que el patrimonio de las viejas organizaciones, nacionalizado al terminar la guerra civil, constituyen la base del activo de la OS, sobre el que se han trazado diversos planes. El nuevo titular en el Gobierno de Relaciones Sindicales deber¨¢ clarificar cuanto antes las l¨ªneas maestras de su pol¨ªtica.
Ahora, la convocatoria del empresariado nos parece fuera de lugar. Y un intento burdo de que los empresarios, al socaire de promesas inconcretas, se organicen en torno a un aparato y bajo la direcci¨®n de personas de claro historial antidemocr¨¢tico. Trabajadores y empresarios son ya mayores de edad en este pa¨ªs. La libertad de asociaci¨®n, en pie de igualdad, para que se organicen en la forma que ellos mismos consideren m¨¢s conveniente, essencial.
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