Del indulto a la amnist¨ªa
?La petici¨®n de libertad para los presos pol¨ªticos y el retorno de los exiliados constituye ya un profundo clamor nacional por una efectiva reconciliaci¨®n de los espa?oles, sobre unas bases de convivencia libre y democr¨¢tica. La hondura y amplitud de este clamor convierten a la amnist¨ªa en un objetivo com¨²n de todos los ciudadanos, cualesquiera que sean sus convicciones pol¨ªticas y creencias religiosas?. As¨ª comenzaba la convocatoria para un acto pro-amnist¨ªa de los muchos que han tenido lugar en los ¨²ltimos tiempos en Espa?a.
Seg¨²n la definici¨®n de Puig Pe?a, recogida en un estudio de Landrove D¨ªaz sobre el tema, la amnist¨ªa, es ?aquella instituci¨®n por virtud de la cual el poder p¨²blico, en razones de alta pol¨ªtica, anula la relevancia penal de ciertos hechos, extinguiendo las responsabilidades punitivas dimanantes de los mismos?. Es decir, la amnist¨ªa extingue por completo la pena y todos sus efectos, mientras que el indulto, la otra modalidad de gracia de nuestro C¨®digo Penal, borra tan s¨®lo la pena. La amnist¨ªa hace desaparecer la inscripci¨®n en los registros de penados y las penas accesorias.La amnist¨ªa, eminentemente pol¨ªtica, tiene lugar por lo general cuando se inicia una nueva etapa hist¨®rica. As¨ª, la concedida el 1 de mayo de 1869, tras el triunfo de la ?GIoriosa?, para delitos pol¨ªticos, o la de 14 de febrero de 1873 tras la proclamaci¨®n de la Primera Rep¨²blica en Espa?a. Y ya, m¨¢s cercanas a nosotros la de 14 de abril de 1931 que inclu¨ªa los delitos de imprenta, los pol¨ªticos y los sociales.
El indulto
A lo largo de 1974, Justicia y Paz inicia un movimiento a favor de la amnist¨ªa con la recogida de m¨¢s de 150.000 firmas con motivo de la celebraci¨®n del A?o Santo de la Reconciliaci¨®n en 1975.La muerte del Jefe del Estado en noviembre ¨²ltimo y la reinstauraci¨®n de la monarqu¨ªa en la persona de Juan Carlos I, se consider¨® el acontecimiento propicio para la concesi¨®n de una amplia amnist¨ªa. En su lugar fue decretado con fecha 22 de noviembre un indulto general que exceptuaba las penas por delitos de terrorismo y conexos, los de propaganda de sentido terrorista y los de pertenencia a asociaciones, grupos y organizaciones comprendidos en la legislaci¨®n sobre terrorismo. Teniendo en cuenta que en ese momento estaba vigente el decreto-ley de 26 de agosto de 1975 sobre Prevenci¨®n del Terrorismo, cuyo art¨ªculo 4? declaraba fuera de la ley: ?los grupos y organizaciones comunistas anarquistas, separatistas y aqu¨¦llos otros que preconicen o empleen la violencia como instrumento de acci¨®n pol¨ªtica o social, los que organizaren o dirigieren estos grupos, los meros afiliados y los que, mediante sus aportaciones en dinero, medios materiales o de cualquier otra manera auxiliaren al grupo u organizaci¨®n?.
El indulto caus¨® una gran desilusi¨®n en la opini¨®n p¨²blica y como consecuencia de ello se aplic¨® con amplitud.
Las manifestaciones en favor de la amnist¨ªa, que ya se hab¨ªan producido el mismo d¨ªa de la proclamaci¨®n del Rey con una concentraci¨®n ante la c¨¢rcel de Carabanchel, continuaron ininterrumpidamente, incrementadas con las peticiones de procuradores en Cortes, ayuntamientos y diputaciones, jerarqu¨ªas eclesi¨¢sticas, colegios profesionales y la oposici¨®n democr¨¢tica en pleno.
Con motivo del comienzo del A?o Santo Compostelano, monse?or Suqu¨ªa, Arzobispo de Santiago de Compostela, declar¨® textualmente: ?Conf¨ªo en que tanto Su Majestad el Rey, como el actual Gobierno de la naci¨®n, en el momento y modo que juzguen m¨¢s prudente dentro de este A?o Santo de Compostela, se har¨¢n eco del sentir cada vez m¨¢s extenso del pueblo espa?ol y de la petici¨®n colegiadamente formulada por la Conferencia Episcopal Espa?ola en su ¨²ltima asamblea plenaria, referente a los detenidos pol¨ªticos y la revisi¨®n de las leyes restrictivas del ejercicio de las libertades c¨ªvicas (...) El indulto y la amnist¨ªa allanar¨¢n los caminos hacia una aut¨¦ntica reconciliaci¨®n entre todos los espa?oles?.
Peticiones de amnist¨ªa
Los Reyes de Espa?a durante su viaje a Catalu?a el pasado mes de febrero, asistieron en Montserrat a una misa oficiada por el Abad del Monasterio, don Cassia Maria Just, que en la homil¨ªa se refiri¨® a los anhelos de reconciliaci¨®n, de amnist¨ªa y de pleno reconocimiento de los derechos del pueblo. A continuaci¨®n, en las preces se rog¨® por la amnist¨ªa, respondiendo los Reyes a la oraci¨®n con la f¨®rmula habitual: ?Te rogamos, ¨®yenos?.El pa¨ªs, que atraviesa una ¨¦poca de acusada tensi¨®n social, es consciente de que la concesi¨®n de la amnist¨ªa constituye un test de credibilidad democr¨¢tica para el Gobierno. En este mismo sentido se pronuncia la mayor¨ªa de la prensa europea occidental y la opini¨®n p¨²blica de estos pa¨ªses.
La campa?a pro-amnist¨ªa culmin¨® el pasado domingo en que finaliz¨® la celebraci¨®n de la ?semana pro-amnist¨ªa? que se desarroll¨® con car¨¢cter nacional tras la convocatoria de los organismos unitarios de la oposici¨®n democr¨¢tica. En esos siete d¨ªas, se suceden los actos y manifestaciones, autorizados o no, en los puntos m¨¢s diversos de Espa?a: Valencia (m¨¢s de cien mil manifestantes), Eibar, Madrid, Barcelona, Santander, M¨¢laga, Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao (ciento cincuenta mil manifestantes), Granada, Santa Cruz de Tenerife, La Coru?a, Gij¨®n, Lugo, Guadalajara, Sabadell, Sevilla, Valladolid, Badajoz y Santurce en donde hubo una v¨ªctima a la salida de un acto pro-amnist¨ªa. Dentro de esta misma semana, la polic¨ªa impide el comienzo de la Martxa de la Ilibertat en Catalu?a, uno de cuyos objetivos era precisamente la petici¨®n de amnist¨ªa.
Fiestas tan tradicionales como los sanfermines de Pamplona se transforman en plataformas en favor de la amnist¨ªa y de las libertades c¨ªvicas.
Sin duda, la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica espa?ola ha influido notablemente en la petici¨®n de amnist¨ªa que el actual Gobierno ha decidido cursar a Su Majestad el Rey.
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