Los festivales de los a?os 60, sentenciados
Las v¨ªas de agua que ha mostrado el reciente Festival de Benidorm, superviviente casi prehist¨®rico de la era de los festivales en la historia de la m¨²sica ligera nos puede servir para recordar y para encontrar los escollos contra los que se ha estrellado, como nuevo Urquiola. En principio, a primera vista, ¨¦stos ¨²ltimos aparecen muy claros: dificultades econ¨®micas en la organizaci¨®n, descuido en las relaciones con la prensa, error en la selecci¨®n del personal colaborador, faltas de bulto en la puesta en escena del espect¨¢culo y en la previsi¨®n de su desarrollo, etc¨¦tera...Por supuesto, que habr¨¢ habido un mayor n¨²mero de equivocaciones achacables a las personas que a la propia din¨¢mica de los festivales en su marcha imparable hacia la desaparici¨®n o hacia las f¨®rmulas v¨¢lidas en los a?os 70, pero a nosotros no nos interesan, en estos momentos, los fallos imputables a los individuos, sino aquellos que provienen directamente de la estructura del mundillo de la m¨²sica ligera y de su presi¨®n sobre este tipo de actividades, por encima y por debajo de las que siempre est¨¢n sus intereses, muchas veces escondidos, pero siempre presentes.
Un poco de historia
Los a?os 50 vieron crecer dos festivales musicales en Italia, con caracter¨ªsticas muy diversas, pero de similar respuesta popular en sus inicios: los festivales de N¨¢poles y San Remo. El festival napolitano se nutr¨ªa b¨¢sicamente de int¨¦rpretes y canciones con una marcada influencia o muy clara procedencia popular, casi folkl¨®rica. El festival de San Remo, por el contrario, tend¨ªa a dejarse llevar por corrientes musicales procedentes del extranjero y que pretend¨ªan una internacionalizaci¨®n de las f¨®rmulas musicales ligeras. Los caminos separados de ambos festivales llevaron a distintas metas. El Festival de N¨¢poles se vino abajo y el de San Remo, que sigui¨® los gustos de la ¨¦poca, se convirti¨® en el m¨¢s importante de los dos continentes que contaban en la m¨²sica ligera: Europa y Am¨¦rica. San Remo fue un modelo, una plataforma, un ejemplo y un gran negocio. San Remo lanz¨® y consumi¨® estrellas. San Remo lleg¨® a tener fuerza hasta en el mercado norteamericano, tan alejado del ambiente musical europeo pop de finales de los 50. Y San Remo, tambi¨¦n, como padre prol¨ªfico, sembr¨® de festivalitos las orillas del Mediterr¨¢neo y las aguas del Atl¨¢ntico. Incluso los pa¨ªses socialistas encontraron sus f¨®rmulas para adaptar el ambiente capitalista de los festivales a las m¨¢s estrictas doctrinas socio-pol¨ªticas.
?Y en Espa?a?
Las dos corrientes: folkl¨®rica y ligera tuvieron en Espa?a sus representantes en espect¨¢culos de tono similar y el mismo nombre. La gran diferencia es que el de Mallorca, Benidorm, Canci¨®n Mediterr¨¢nea, etc¨¦tera..., copiaron al de San Remo, y naci¨® otro, sin referencias posibles con el de N¨¢poles, a no ser por su inter¨¦s folkl¨®rico que fue el Potaje Gitano de Utrera. La importancia de esta celebraci¨®n se comprobar¨ªa en los a?os 60 y 70, cuando cientos de estos festivales populares, en muy diversas modalidades han salvado realmente al flamenco, fomentando la afici¨®n y compitiendo con los tablaos como ¨²nico camino para mantenerse que ten¨ªan los flamencos.La importancia cultural de los otros festivales, los hijos de San Remo, ha sido totalmente opuesta. Estos festivales fueron realmente el noviazgo, las relaciones prematrimoniales entre la industria discogr¨¢fica, que todav¨ªa era una virgen promocional y los varoniles y generosos medios de difusi¨®n que se pusieron al servicio de su dama de forma tan ciega como inocente. Sin pasar mucho tiempo, la t¨ªmida doncella aprendi¨® lo suyo y todos los medios fueron buenos para conseguir los premios; pero autom¨¢ticamente se llevaron su merecido castigo, porque los medios de difusi¨®n llegaron a darse cuenta de que era m¨¢s interesante para ellos esclarecer chanchullos que promocionar canciones e int¨¦rpretes, y as¨ª colaboraron decisivamente a la extinci¨®n del inter¨¦s del gran p¨²blico por los festivales, minando su credibilidad en ellos. San Remo ha resistido, y Benidorm aguanta, pero sus a?os est¨¢n contados porque el gran medio de los 60, la televisi¨®n, ha encontrado nuevas f¨®rmulas para los tiempos que corren.
?Y ahora qu¨¦?
Ahora hay que inclinarse ante las organizaciones internacionales de televisi¨®n (Eurovisi¨®n u OTI), porque s¨®lo ellas tienen el poder de convertir en tres minutos una canci¨®n en un ¨¦xito mundial. La prensa y la radio cumplieron su misi¨®n promocional con aquellos otros festivales y agotaron su potencia, por eso est¨¢n sentenciados y son acosados por los mismos que apoyaron su crecimiento de acuerdo con las estructuras primitivas.Ahora la televisi¨®n tiene en sus manos el futuro de este tipo de manifestaciones, y aunque colabora un poco con las supervivientes que no fueron lanzadas por ella, es m¨¢s que nada para no producir un claro trauma en la opini¨®n p¨²blica. Lo cierto es que ya, en importancia, en repercusi¨®n y difusi¨®n, en... pesetas, solamente OTI y Eurovisi¨®n continuar¨¢n su existencia como festivales con el grado de penetraci¨®n popular que los anteriores tuvieron. Y por muchas vueltas que se le d¨¦, el resto es silencio.
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