Carretera: casi ochenta muertos en el fin de semana

Durante el ¨²ltimo fin de semana murieron 78 personas en las carreteras espa?olas y 56 resultaron heridas de gravedad. En total, 56 accidentes registrados en las carreteras espa?olas. La cantidad,superior en el doble a la de los ¨²ltimos fines de semana, se puede atribuir al intenso tr¨¢fico de salida y entrada de veraneantes.

Pero esa interpretaci¨®n no basta, Nos consta que otros pa¨ªses, con un tr¨¢fico similar o mayor qu¨¦ el espa?ol, tienen menos v¨ªctimas en

las carreteras, al menos en porcentaje relativo, puesto que aunque varios pa¨ªses de la Europa occidental dan mayores cifras de accidentes, el resultado de dividir esa cifra entre el n¨²mero total de veh¨ªculos del pa¨ªs suele dar una menor proporci¨®n de v¨ªctimas por equivalente cantidad de veh¨ªculos.

Puestos al habla con el Ministerio del Interior franc¨¦s y con el Departamento de Tr¨¢fico de Londres, se obtiene la misma respuesta: no es la cifra de v¨ªctimas semanal un dato significativo. Se dan cifras referentes a intervalos de tiempo mayores. El rigor de los controles impide, adem¨¢s, disponer de esas cifras hasta bien entrada la semana.

?Qu¨¦ sucede, pues, en este pa¨ªs con los accidentes de carretera?

?Por qu¨¦ esa accidentalidad? Entre las causas que algunos expertos atribuyen al fen¨®meno se podr¨ªa contar la falta de control de seguridad de los veh¨ªculos. Mientras en los Estados Unidos de Am¨¦rica se est¨¢n retirando continuamente lotes enteros de autom¨®viles con alg¨²n defecto de fabricaci¨®n, en nuestro pa¨ªs puede darse la situaci¨®n de que 300 veh¨ªculos de cierta firma, con la direcci¨®n deteriorada, sigan en circulaci¨®n.

Se facilitan, al parecer, m¨¢s carnets de conducir de los que se debieran. El factor humano tambi¨¦n cuenta. Seg¨²n las cifras oficiales, m¨¢s de un 90 por 100 de los accidentes son debidos a fallos humanos. Un estudio, en el que se incluyesen con rigor los factores geogr¨¢ficos, las condiciones de las carreteras, el control de calidad y seguridad de los veh¨ªculos y medios de control que existen, seguramente bajar¨ªa un poco la responsabilidad del conductor. Pero esta responsabilidad tampoco puede ser negada. La irracionalidad -a juzgar por ciertos estudios de psicolog¨ªa profunda- juega una mala pasada a los ciudadanos y las m¨¢quinas, productos del desarrollo cient¨ªfico y tecnol¨®gico, se convierten en los instrumentos de cierta destrucci¨®n colectiva cada fin de semana.