Sim¨®n S¨¢nchez Montero, en libertad
Ayer, a las nueve de la tarde, salieron de la c¨¢rcel de Carabanchel los dirigentes comunistas Sim¨®n S¨¢nchez Montero, Santiago Alvarez y Jos¨¦ Unan¨²e, beneficiados de la amnist¨ªa decretada hoy. Los tres permanec¨ªan en la prisi¨®n desde hac¨ªa varios meses acusados de asociaci¨®n il¨ªcita.Seg¨²n comunic¨® S¨¢nchez Montero a EL PAIS, el principal problema para su salida estaba en que no se sab¨ªa con certeza. si el decreto entraba hoy en vigor, pero que sus abogados les comunicaron que el presidente del Tribunal de Orden P¨²blico hab¨ªa estado por la ma?ana resolviendo la cuesti¨®n con el ministro de Justicia.
A las siete se les anunci¨® la salida y cuando ¨¦sta se produjo, las sesenta personas que los esperaban los recibieron con vivas muestras de alegr¨ªa, entre los abrazos de sus esposas, que se encontraban entre los que esperaban. S¨¢nchez Montero dijo a los presentes que gracias a vosotros estamos en la calle, mientras se exhib¨ªan pantartas pidiendo amnist¨ªa total. Tambi¨¦n se dieron gritos como S¨ª, s¨ª, s¨ª, Dolores a Madrid.
Miembros de la polic¨ªa armada y del cuerpo general de polic¨ªa vigilaban a distancia al grupo, sin intervenir en ning¨²n momento. Asimismo, estaban presentes numerosos inf¨®rmadores y c¨¢maras de televisi¨®n, nacionales y extranjeras.
?No quiere esto decir -dijo a EL PAIS- que estemos con los m¨¦todos terroristas, pero entiendo que la amnist¨ªa tiene para m¨ª un significado profundo, que es el de amnist¨ªa para todos. Supone cerrar una etapa de la historia de Espa?a y crear las condiciones para una aut¨¦ntica reconciliaci¨®n de todos los espa?oles y el establecimiento de un r¨¦gimen democr¨¢tico.?
Los liberados, que salieron entre las diez y las diez y media de la noche, son Jos¨¦ Manuel Iribarri, Jos¨¦ Ignacio Ortiz, Juan Mar¨ªa Gallastegui, Txomin Letamendi, Vaient¨ªn Gorostola y Jos¨¦ Antonio Be?ar¨¢n.Contin¨²a la huelga de hambre
Treinta y dos presos pol¨ªticos contin¨²an la huelga de hambre que iniciaron en la prisi¨®n de Carabanchel hace tres d¨ªas. Los huelguistas permanecen incomunicados en sus propias celdas.
Se trata en su mayor¨ªa de m Ilitantes de ETA, de la rama pol¨ªtico-militar, adem¨¢s de otros del FRAP. Tambi¨¦n se hallaban en huelga de hambre algunos de los que se prev¨¦ que salgan. Otros 20 reclusos, pertenecientes a los milis de ETA, no participaban en ella.
Sim¨®n S¨¢nchez Montero, despu¨¦s de salir, comunic¨® que ellos aceptaban la huelga, aunque no hab¨ªan participado.
Alcance militar de la amnist¨ªa
En el plano de lo concreto debe resaltarse que el decreto-ley es mucho m¨¢s generoso en lo que afecta al ¨¢mbito civil que en lo que concierne al campo de lo militar. Los motivos de estas diferencias no siempre son comprensibles, porque parecen estar en funci¨®n de unas exigencias de escalaf¨®n representativas de intereses particular, muy respetables pero que debieron ceder ante el gesto de reconciliaci¨®n que la amnist¨ªa implica.
En principio, en la esfera de aplicaci¨®n del C¨®digo Penal y de las leyes penales especiales, excepci¨®n hecha de las militares, se amnist¨ªan todos los delitos y faltas de intencionalidad pol¨ªtica, salvo que hayan lesionado la vida, la integridad de las personas o el patrimonio econ¨®mico de la naci¨®n a trav¨¦s del contrabando. Se amnist¨ªan igualmente las infracciones administrativas de la misma intencionalidad y se prev¨¦ la reincorporaci¨®n al servicio activo de los funcionarios civiles que, por tales infracciones, hubiesen sido separados, comput¨¢ndoseles el tiempo de separaci¨®n a todos los efectos de antig¨¹edad.
Por el contrario, en el ¨¢mbito militar se amnist¨ªan ¨²nicamente los delitos de rebeli¨®n y sedici¨®n tipificados en el C¨®digo de Justicia Militar. La amnist¨ªa alcanza a los objetores de conciencia, pero en tanto no se modifique la legislaci¨®n sobre el servicio militar, podr¨¢n ser nuevamente juzgados y condenados.
Los militares a los que se extiende la amnist¨ªa no son reintegrados en sus empleos ni carreras cuando hubiesen sido condenados a penas que producen la p¨¦rdida de empleo o la separaci¨®n del servicio. Es el caso, entre otros, de los miembros de la UMD recientemente condenados a penas de m¨¢s de tres a?os de prisi¨®n. Es el caso tambi¨¦n, probablemente, de aquellos militares republicanos que fueron condenados por tribunales de guerra en el inmediato per¨ªodo posb¨¦lico.
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