Una t¨¢ctica para el teatro
Lo peor que puede ocurrirle a un libro: es nacer a destiempo y el Teatro de barrio, teatro campesino, de Jer¨®nimo L¨®pez Mozo, padece esta contingencia. Quiere ser una aportaci¨®n pol¨¦mica y un manifiesto por unas formas teatrales en declive, tal y como el autor las formula, dado que tanto el desarrollo hist¨®rico como el teatral han sufrido aceleraciones y cambios en los ¨²ltimos tiempos que han renovado los planteamientos de la cuesti¨®n. Un libro como ¨¦ste que intenta nada menos que ofrecer una t¨¢ctica espec¨ªfica al problema de un teatro popular, que no es sino marginalmente balance de un per¨ªodo, s¨®lo tiene sentido si est¨¢ ligado coyunturalmente a la ola ascendente de unas propuestas por muy err¨®neas e idealistas que sean. En otro caso, el desfase se deja sentir pesadamente. La editorial, tardando el tiempo que se vislumbra en publicar el texto de L¨®pez Mozo, le ha hecho un flaco servicio.El autor aborda, con evidente honestidad, toda una serie de aspectos esc¨¦nicos generales, que van desde la noci¨®n del colectivo teatral hasta la de espacio esc¨¦nico o el teatro pol¨ªtico. Sus an¨¢lisis en la mayor¨ªa de los casos son muy superficiales, dado el nivel de la discusi¨®n actual en Europa o la bibliograf¨ªa con que contamos. Es curioso que el tono radical de sus propuestas se apoye en citas de Rouch¨¦ o Baty, por no citar sino a dos que pertenecen a la corriente idealista del teatro europeo.
Teatro de barrio campesino,
de Jer¨®nimo L¨®pez Mozo, Madrid. Editorial ? Z ?, 1976.
Otra buena parte del libro est¨¢ dedicada a estudiar las formas posibles de organizaci¨®n, desarrollo y funcionamiento de estos hipot¨¦ticos grupos de barriada o de pueblo. Evidentemente el prontuario es s¨®lo un compendio de posibilidades o de las escasas experiencias realizadas. Lo que a mi modo de ver no queda n¨ªtidamente separado es el ¨¢rea de acci¨®n de los teatros independientes y la de estos grupos. Aunque sociol¨®gicamente est¨¦n definidos en un principio, la confusi¨®n surge despu¨¦s con frecuencia. Como surgen a la hora de pone ejemplos, en demasiadas ocasiones, los grandes espect¨¢culos internacionales. (Alguno de ellos perfectamente desarraigado de la vida de su pueblo y con una ¨²nica meta festivalera y mercantil), en franca contradicci¨®n con los postulados que se defienden a lo largo del libro.
Coherencia
No me sorprende que L¨®pez Mozo, dramaturgo al Fin y al cabo, analice con mucha coherencia el papel del autor en el teatro contempor¨¢neo. Por eso no entiendo que intente hacer de estos grupos de barrio y de pueblo una alternativa global al problema del teatro espa?ol. Me parece desorbitar la funci¨®n el alcance y la responsabilidad de estas compa?¨ªas de amateurs -en el mejor sentido de la palabra-, cuyo desarrollo hay que propiciar para que junto a los profesionales conscientes formen un gran frente teatral. No comprendo a quienes pretenden enfrentar ambos sectores u olvidarse de uno en perjuicio de otro.L¨®pez Mozo afirma que ?si no hay calidad, no hay arte, y si aquella no se puede alcanzar es mejor renunciar al teatro como veh¨ªculo de ideas?. Nada m¨¢s justo. S¨®lo que la calidad se consigue con trabajo, y el trabajo presupone dedicaci¨®n, y por tanto, poder subsistir de ese oficio. Eso nos conduce a los problemas de organizaci¨®n y financiaci¨®n del hecho teatral, que es la cuesti¨®n palpitante en estos momentos. Las v¨ªas anunciadas por el autor en este sentido han mostrado sus cortas posibilidades y s¨®lo en ocasiones han funcionado m¨ªnimamente. Algunos de los ejemplos que cita, desde el Teatro de C¨¢mara de Zaragoza al Lebrijano, murieron en buena parte por esta raz¨®n, y son ya s¨®lo un recuerdo, todo lo heroico que se quiera, pero s¨®lo recuerdo de nuestro reciente pasado.
Pienso que el teatro de un pueblo hist¨®ricamente adulto ser¨¢ humanista, cient¨ªfico, materialista, imaginativo, t¨¦cnicamente desarrollado... Por eso sospecho que por muy radicales y honestas que sean las palabras, no servir¨¢n de mucho si s¨®lo ejemplifican la irracionalidad o son un ramillete de nostalgias. El libro tiene un indudable inter¨¦s, lamento que el espacio me impida hacer un an¨¢lisis m¨¢s a fondo.
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