Esperanzadora presentaci¨®n de Lorenzo Manuel Villalta

El se?or Rodr¨ªguez (don Francisco), empresario de la plaza de Alcal¨¢ de Henares, no ten¨ªa toros -o¨ªmos decir- para la feria de triste recuerdo celebrada a medias hace pocas fechas, y es una pena. Pena, sobre todo, que no se diera una vuelta por diversas ganader¨ªas para encontrarlos, entre ellas la de Garc¨ªa Romero hermanos, quienes mandaron el domingo a Las Ventas unos novillos -?atenci¨®n!, s¨®lo novillos- cuyo trap¨ªo, cabezas incluidas, superaba con mucho al del ganado visto y no visto en el coso alcala¨ªno. No digamos ya del cuarto, un gal¨¢n cornal¨®n y astifino, con cuajo y seriedad, sino que cualquiera de los seis, incluido el terciado sexto, superaba en presentaci¨®n, casta y pujanza a todos los productos de no se d¨®nde a los que tan tremendas figuras como Palomo y Alcalde no acertaron a hacerles faenas de mediana calidad. Como si fueran novilleros, igualito que los del domingo, con la diferencia de que a estos les disculpa su falta de veteran¨ªa, su condici¨®n de aprendices. Hab¨ªa un debutante, que se trajo detr¨¢s de s¨ª a medio Socu¨¦llamos, su ciudad natal.. Los paisanos le jaleaban: ??Como Villalta, no hay ninguno ... !?. ??Ra, ra, ra, Villalta y nadie m¨¢s! ?. Pancartas. Villalta correspondi¨® a estos est¨ªmulos como un valiente, se arrim¨® al m¨¢ximo, intent¨® hacer el toreo. Ya es algo, y algo importante, que un novillero de estos tiempos intente hacer el toreo tal como mandan los c¨¢nones, tan olvidados. Su forma de citar al natural, medio de frente, reposado, la muleta cogida por el centro del estoquillador para presentarla en rectitud, es algo m¨¢s que un detalle; es toda una manifestaci¨®n de prop¨®sitos, un aldabonazo fuerte a la atenci¨®n de cuantos estamos deseando que surjan nuevos valores que empujen a la masa de coletudos de la vulgaridad y que renueven los aires espesos de la fiesta. Esta forma de concebir el toreo, unas ver¨®nicas de comp¨¢s abierto (quiz¨¢ excesivamente abierto), el valor y el aplomo, es cuanto de bueno y esperanzador mostr¨® Villalta en su presentaci¨®n ante el p¨²blico de Las Ventas. Que no es poco aunque a la postre les hizo a dos de los mejores novillos de la tarde dos faenitas s¨®lo aseadas, sin brillantez, sin apenas registros de calidad, y que si fueron premiadas con oreja fue m¨¢s por la presi¨®n vociferante del paisanaje y por la benevolencia de que gratuitamente hace gala el se?or Mantec¨®n, que por los valores contrastados de ambos trasteos.El sexto novillo tom¨® un gran puyazo. Se arranc¨® de muy largo, en rectitud total, y recarg¨® con absoluta fijeza. En la muleta tarde¨® un poco, quiz¨¢ porque no ten¨ªa fuerzas, pero fue bueno. Muy notable tambi¨¦n result¨® el tercero, que recarg¨® en una vara. El resto cumpli¨® en todos los tercios, con las variantes l¨®gicas que presenta el toro de lidia. As¨ª el primero, codicioso en buenas ver¨®nicas de Giraldo, el cual ganaba terreno en cada lance, acab¨® con poco recorrido y la faena fue de medios pases con alg¨²n achuch¨®n. La nobleza del segundo la desaprovech¨® Antonio Poveda, quien toreaba envarado, sin despegar los brazos, de forma que en los remates se echaba al novillo encima, y por este motivo sufri¨® dos volteretas. El cuarto, que era el de m¨¢s trap¨ªo, se encogi¨® en un puyazo y embisti¨® pegajoso, incluso revoltoso; y como el espada no mandaba, se sucedieron los enganchones de muleta en una faena carente de inter¨¦s.

El quinto recarg¨® con fijeza en un puyazo y calamoche¨® en otro y fue el que present¨® m¨¢s dificultades. Se revolv¨ªa. Poveda no acertaba a dominarle, perdi¨® los papeles y sobrevino el revolc¨®n. A partir de aqu¨ª, el novillo se hizo el amo, fue desarrollando sentido y termin¨® por no admitir un pase. La falta de destreza del torero empeor¨® las condiciones del animal..

El domingo pr¨®ximo repite Villalta y debuta el sevillano Antonio Lozano. El ganado ser¨¢ de Diego Romero. Tiene inter¨¦s esta nueva etapa de la temporada madrile?a.