"Nuestra ¨²nica forma de protestar en la c¨¢rcel era la huelga de hambre"
?Me avisaron hora y media antes de soltarme. ?Vas a salir! ?Enhorabuena! La verdad es que esperaba ese momento desde hac¨ªa mes y medio. Me dieron una cartilla con lo que hab¨ªa ahorrado durante mi estancia en la c¨¢rcel —algo m¨¢s de cien pesetas—, pero no me dieron dinero para el viaje. Cuando me acercaba al callej¨®n de salida dieron la voz: ?Un pol¨ªtico! Luego pas¨¦ entre dos filas de guardias civiles y me v¨ª en la calle. No me lo cre¨ªa.?
Jos¨¦ Ram¨®n Arrieta Arrieta lleva ya dos d¨ªas en San Sebasti¨¢n, en casa. Ayer comi¨® y cen¨® con su familia despu¨¦s de muchos meses de c¨¢rcel. Ten¨ªa diecinueve a?os cuando fue juzgado y condenado a seis a?os y un d¨ªa de prisi¨®n por un delito de pertenencia a ETA y tenencia de armas. No ha llegado a cumplir media condena, ya que en la c¨¢rcel de Ja¨¦n, en donde pagaba su condena, recibi¨® la noticia de que la amnist¨ªa hab¨ªa llegado para ¨¦l.
En San Sebasti¨¢n, en el despacho de su abogado, cont¨® su experiencia en las c¨¢rceles espa?olas, la situaci¨®n de los presos pol¨ªticos vascos y, en general, el ambiente creado por el decreto de amnist¨ªa.
?La verdad es que, por lo menos en mi penal, hay una terrible desesperanza y pesimismo ante la aplicaci¨®n de la amnist¨ªa; la gente no cree en ella. Para colmo, las condiciones en las c¨¢rceles han ido deterior¨¢ndose progresivamente para los pol¨ªticos, y m¨¢s concretamente para los vascos.?
A Jos¨¦ Ram¨®n Arrieta le han concedido la amnist¨ªa un mes y medio despu¨¦s de haber rellenado una instancia solicitando la revisi¨®n de su caso. En la capital donostiarra ha referido a los informadores vascos detalles sobre su vida en Ja¨¦n.
?Las condiciones de nuestro penal no eran buenas y se complicaron todav¨ªa m¨¢s con la llegada del nuevo director. Adem¨¢s de la falta de higiene, ten¨ªamos ausencia de otras muchas cosas.?
Y Jos¨¦ Ram¨®n Arrieta cuenta que la noticia de su amnist¨ªa lleg¨® precisamente cuando se encontraba internado en una celda de castigo por haber iniciado tres d¨ªas antes una huelga de hambre para protestar por las condiciones de vida del centro penitenciario.
A la ya citada huelga de hambre que se realiza en Ja¨¦n, hay que a?adir las llevadas a cabo en Puerto de Santa Mar¨ªa —11 reclusos de los 18 pol¨ªticos—, Burgos —11 vascos— y en las ¨²ltimas veinticuatro horas, al parecer, hay que sumar las de Cartagena, C¨¢ceres y Zamora.
Pero quiz¨¢ sea en estos momentos el caso de la c¨¢rcel de Burgos el que m¨¢s interesa en el Pa¨ªs Vasco. Las denuncias contra su director, Prudencio Lafuente y los funcionarios Arce, Santillana y Francisco crecen d¨ªa a d¨ªa. El martes mismo publicaba EL PAIS una informaci¨®n recogiendo las gestiones que las madres de los presos vascos Wilson, Goitia, Apala y Ezquerra realizaron en Madrid entrevist¨¢ndose con el director general de Instituciones Penitenciarias y el subsecretario del Ministerio de Justicia.
Tras denunciar la situaci¨®n en la que viven sus hijos, estas cuatro mujeres, con el resto de las madres de los presos vascos en Burgos, hicieron p¨²blico un comunicado en el que reproducen la carta que han enviado al ministro de Justicia d¨¢ndole cuenta de una serie de hechos que ellas juzgan como humillaci¨®n, provocaci¨®n y agresi¨®n sicol¨®gica para sus hijos.
El escrito termina solicitando de la Administraci¨®n espa?ola la adopci¨®n de medidas tales como el traslado del director, una investigaci¨®n sobre los sucesos que han provocado la situaci¨®n actual, la condonaci¨®n de las sanciones impuestas por los mismos y el reagrupamiento de todos los presos pol¨ªticos vascos en una ¨²nica prisi¨®n que deber¨ªa estar situada en una de las cuatro provincias vascas.
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