Pol¨¦mica en Zaragoza sobre las fiestas del Pilar

Se abre una nueva fricci¨®n a la luz p¨²blica entre el Ayuntamiento de Zaragoza y el Colegio de Arquitectos de Arag¨®n y Rioja, en esta ocasi¨®n con motivo del tema de las fiestas del Pilar.

El pasado viernes el Colegio de Arquitectos hac¨ªa p¨²blico un comunicado, fruto de una reciente sesi¨®n de la Junta de Gobierno de dicha entidad, en el que se se?alaba la falta de participaci¨®n popular en los festejos organizados por el Ayuntamiento de Zaragoza con motivo de los actos patronales del Pilar. El citado Colegio acusaba de despilfarros econ¨®micos al Ayuntamiento en festejos orientados casi exclusivamente a la diversi¨®n de unos pocos, concretamente de una aristocracia ciudadana.El comunicado del Colegio de Arquitectos insist¨ªa en la necesidad de orientar algunos de los capitales invertidos en unas fiestas para pocos en otros cap¨ªtulos de la acci¨®n municipal encaminada hacia los barrios perif¨¦ricos de la ciudad, necesitados de una serie de servicios primarios.

En tono casi jocoso, seg¨²n ciertas observaciones, la nota oficial del Colegio de Arquitectos ha sido motivo para una reacci¨®n, tambi¨¦n oficial, del Ayuntamiento de Zaragoza, que ha tenido lugar en la tarde del lunes, v¨ªspera del Pilar, a trav¨¦s de una comunicaci¨®n de la delegaci¨®n municipal de festejos.

Los arquitectos dec¨ªan en su nota, entre otras cosas, que produc¨ªan una mezcla de tristeza, risa y depresi¨®n ?todas estas costosas rutinas festeras en que el excelent¨ªsimo Ayuntamiento de Zaragoza, a?o tras a?o persevera, consistentes, entre otras, en el colgaje de la tramoya de alambres cursis, de dise?o rampl¨®n, tratando de decorar con reprobable barroquismo ferial el paseo de la Independencia y algunas otras calles del centro, y en la manida celebraci¨®n en la Lonja de anticuadas fiestas ?sociales? con majas, m¨¢s o menos gachupinescas -m¨¢s bien m¨¢s-, que, aparte de mover los corazones de papis, mam¨¢s, damitas casaderas y especies similares del entorno ecol¨®gico, no encuentran hoy ning¨²n eco social favorable, excepci¨®n hecha de la peque?a pantalla de nuestra repelente televisi¨®n ?.

Despu¨¦s de otras consideraciones sobre la aristocracia festera de Zaragoza, la nota del Colegio de Arquitectos termina haciendo votos por un futuro Ayuntamiento democr¨¢tico.

Deseos ciudadanos

Por su parte, el Ayuntamiento, ha respondido a trav¨¦s de una en¨¦rgica nota diciendo que agradecen a los arquitectos zaragozanos sus llamadas telef¨®nicas a la delegaci¨®n de festejos para manifestar su disconformidad con los actos programados para este a?o. ?Admitimos de buena fe -dice la nota municipal- que la fiesta de la Lonja no sea un acto popular, pero nos negamos a calificarlo de aristocr¨¢tico y discriminatorio, puesto que la entrada es p¨²blica y el acceso cuesta aproximadamente igual que una localidad modesta para presenciar ¨¢ un encuentro de f¨²tbol?.?Respetamos -sigue la nota- la opini¨®n de la junta de gobierno del Colegio de Arquitectos en el sentido de que las luces ornamentales no son de su gusto. Se trata de un criterio est¨¦tico. Pero lo que consideramos un error o un argumento demag¨®gico es afirmar que la instalaci¨®n de bombillas presupone el abandono de las necesidades de iluminaci¨®n en los barrios?. ?Es posible que no hayamos acertado plenamente para conseguir unas fiestas populares, aunque no lo creamos as¨ª. Pero ni la junta de gobierno del Colegio de Arquitectos, aparte de sus ataques, ofrece soluciones, ni tampoco creemos que est¨¢ en posesi¨®n de la verdad o sea int¨¦rprete absoluto de los deseos ciudadanos?.

Digamos que los roces entre el Ayuntamiento y el Colegio de Arquitectos datan desde la entrada en el decanato de dicha entidad del doctor Santiago Lagunas, a ra¨ªz de lo cual el citado Colegio opt¨® por oponerse abiertamente a que uno de sus miembros figurara al mismo tiempo como concejal del Ayuntamiento de Zaragoza -el se?or Descart¨ªn Cristellys- y como directivo del Club Real Zaragoza, por considerar que exist¨ªan serias incompatibilidades.

Posteriormente en repetidas ocasiones el Colegio de Arquitectos de Arag¨®n y Rioja ha estado presente en varios temas pol¨¦micos de ¨ªndole municipal en Zaragoza, el ¨²ltimo de ellos reprobando las decisiones administrativas que permitieron el derribo de la finca n¨²mero 54 de la calle del General Mola, cuyos restos de derribo acaban de ser declarados monumento nacional d¨¦ Inter¨¦s art¨ªstico por el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia.