La reducci¨®n de tropas francesas en Alemania, o la "belle ¨¦poque" al rev¨¦s
La decisi¨®n que acaba de adoptar el Gobierno de Par¨ªs, en el sentido de retirar 10.000 hombres -sobre un total de 150.000- de las fuerzas que en este momento mantiene en Alemania Federal, ha vuelto a provocar una serie de tensiones entre los dos pa¨ªses, que vienen a agregarse a las registradas a comienzos de este a?o a prop¨®sito de unas declaraciones bastante cr¨ªticas del se?or Schmidt sobre el gaullismo, origen de una llamada a Par¨ªs del embajador franc¨¦s en Bonn y de una respuesta muy agria por parte del se?or Chirac. Alemania y Francia volvieron entonces a ense?arse los dientes, como en la belle epoque, y hoy no parece que las dificultades hayan sido superadas.El se?or Bourges, ministro franc¨¦s de Defensa, dice que la retirada de tropas de suelo alem¨¢n obedece a un plan de reestructuraci¨®n del ej¨¦rcito, por el cual se reducir¨¢ en 15.000, durante una ?primera etapa? el n¨²mero total de efectivos de las tres armas. Ya durante el verano, pasado, tres regimientos de artiller¨ªa -unos 3.000 soldados- fueron repatriados. Estas medidas se justifican, aparentemente, por la crisis econ¨®mica que pesa sobre Francia. Pero lo cierto es que las discusiones que precedieron a esa repatriaci¨®n, y tambi¨¦n a la de terminaci¨®n de ahora, centradas en la colaboraci¨®n financiera de la RFA para el sostenimiento de las tropas francesas, no se desarrollaron, precisamente, en t¨¦rminos muy amistosos, y la prensa francesa progubernamental lleg¨® incluso a acusar a Bonn de querer eludir sus obligaciones. Seg¨²n Par¨ªs, las autoridades militares alemanas tratan a los soldados franceses como a verdaderos pordioseros, y en ese aspecto recuerda que la cuarta parte de los cuarteles que se le ha asignado a su ?arm¨¦e? en Alemania son anteriores a la guerra de 1914, y m¨¢s de la mitad a la de 1939. Par¨ªs sostiene, adem¨¢s, que Bonn se niega sistem¨¢ticamente a pagar los gastos de mantenimiento y alimentaci¨®n.
Por su lado, el Gobierno del se?or Schmidt asegura que, en cualquier caso, no son esas las razones reales de la retirada francesa y en los ¨²ltimos d¨ªas ha hecho llegar a Par¨ªs un memor¨¢ndum, en el que hace, entre otras, las siguientes preguntas: ?Se compensar¨¢ la reducci¨®n de fuerzas con material de guerra m¨¢s moderno? ?Se propone Par¨ªs dejar sin efecto el plan de ampliar su cooperaci¨®n militar con la RFA, anunciando en marzo por el propio presidente Giscard d'Estaing y por el general Mery, Jefe del Estado Mayor, y ratificado, a fines de la ¨²ltima primavera, por el se?or Bourges y su colega Leber? ?Pondr¨¢ Par¨ªs en entredicho, a ra¨ªz de esta reducci¨®n, el principio de su presencia militar en Alemania? Desde que Francia se alej¨®, en la ¨¦poca de De Gaulle, del esquema militar de la OTAN, tal presencia se apoya ¨²nicamente en dos cartas reversales sabre ?defensa mutua?, de Brandt y Couve de Murville. Lo que hoy, en realidad, Bon est¨¢ temiendo es que el Gobierno de Giscard d'Estaing, presionado por el gaullismo y acuciado por perspectivas electorales poco prometedoras quiera, no s¨®lo ahorrarse algunos millones de francos, sino prescindir por completo del entramado pol¨ªtico-estrat¨¦gico en el que se basa el acuerdo de ?defensa m¨²tua?, con lo cual -se?al¨® Leber- ser¨ªa todo el aparato militar de la OTAN en Europa central el que se encontrar¨ªa en situaci¨®n muy comprometida frente al poder¨ªo creciente del Pacto de Varsovia. Esta inquietud ha sido, incluso, expuesta la semana pasada por un portavoz de la Alianza, quien al ser consultado sobre la reducci¨®n de tropas francesas en Alemania expres¨® sus dudas acerca de la ?coherencia interna? de la pol¨ªtica militar francesa.
Por lo dem¨¢s, en todo esto se observa un hecho curioso, y hasta parad¨®jico. Durante m¨¢s de cien a?os Francia y Alemania se han hecho la guerra para evitar que los soldados de una u otra se instalasen definitivamente en sus territorios: ahora disputan porque quieren irse, o para impedir que se vayan. Francia se siente hoy m¨¢s amenazada por los marcos que por los boches; y a Alemania le han salido sus boches propios, detr¨¢s del Danubio.
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