Necesidades de la Alianza frente a "oferta" espa?ola
Voy a condensar en breve espacio todos los elementos de juicio reunidos durante una reciente visita a la sede de la OTAN en Bruselas, al objeto de contemplar esta proposici¨®n te¨®rica: a Espa?a le interesa considerar, como una alternativa seria de su pol¨ªtica Internacional, la entrada en la OTAN. Quede para otro d¨ªa la proposici¨®n contraria. porque para ¨¦sta, ciertamente. no me han dado elementos de juicio en Bruselas.? La OTAN tiene una postura defensiva que merece credibilidad?, sostiene el secretario general Luns. Sin embargo. detr¨¢s de esto se encierran ansiedades: ?m¨¢s que el tama?o del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, lo que nos preocupa es el crecimiento de su poder naval?. me dice un alto funcionario de la secretar¨ªa. Alemania comenz¨® la II guerra mundial con veintinueve submarinos. la URSS tiene hoy d¨ªa m¨¢s de 350. Un principio b¨¢sico de la OTAN es que hay que mantener una postura defensiva suficiente no frente a las intenciones del enemigo. sino frente a sus capacidades. Por lo tanto, la capacidad naval sovi¨¦tica debe ser confrontada por los medios adecuados, esto es, navales y a¨¦reos. El Mediterr¨¢neo es un rosario de crisis el Atl¨¢ntico es la l¨ªnea vital de Europa. Por las costas atl¨¢nticas de Africa ascienden hacia Europa un mill¨®n de toneladas de petr¨®leo al d¨ªa: los submarinos sovi¨¦ticos bajan del mar del Norte al Mediterr¨¢neo y al Atl¨¢ntico.
Las necesidades de la OTAN deben medirse en nuestro caso, con la capacidad de oferta espa?ola. Espa?a tiene una marina efectiva con creciente capacidad oce¨¢nica. la pen¨ªnsula y los archipi¨¦lagos son grandes portaviones colocados en el Mediterr¨¢neo, el estrecho. el Atl¨¢ntico y las costas africanas, con alcance hasta bien debajo del tr¨®pico de C¨¢ncer, ?l¨ªmite sur? de la OTAN; existe un excedente de capacidad en el ej¨¦rcito de tierra, demasiado grande para misiones defensivas de un pa¨ªs que se integra en una alianza.
?Qu¨¦ esperar¨ªa Espa?a ganar con su integraci¨®n en la OTAN? Ve¨¢moslo en el terreno pol¨ªtico: tendr¨ªa acceso a la masiva corriente de informaci¨®n que circula por los comit¨¦s y el consejo de la OTAN, informaci¨®n que es de todo tipo, hasta t¨¦cnica y econ¨®mica: ser¨ªa escuchada y consultada por los otros quince miembros; participar¨ªa en el proceso pol¨ªtico general, que unas veces lleva a tomar decisiones y otras a la formaci¨®n de pol¨ªticas y estrategias comunes; el problema de Gibraltar perder¨ªa su fusible militar (la verdadera hipoteca de Espa?a), ya que no tendr¨ªa sentido una presencia naval y a¨¦rea de Gran Breta?a donde Espa?a podr¨ªa cubrir con mayor eficacia y econom¨ªa el mismo papel; desaparecido este fusible, el problema se queda reducido a uno de expresi¨®n de la voluntad popular de los gibraltare?os, que es el mismo problema del resto de los espa?oles. Veamos ahora el terreno militar: habr¨ªa una evaluaci¨®n continuada de las necesidades y de las capacidades espa?olas. y su resoluci¨®n conjunta; se incrementar¨ªa el profesionalismo de las FF AA. por la elevaci¨®n del esp¨ªritu competitivo internacional y por la mutua experiencia, un ?approach? gradualista permitir¨ªa la transformaci¨®n rentable y no dolorosa de la estructura de las FF AA. La standardizaci¨®n de armamento y log¨ªstica producir¨ªa econom¨ªas, los contratos de infraestructura har¨ªan entrar capital, Espa?a desempe?ar¨ªa el comando naval del Mediterr¨¢neo y el de Gibraltar.
Una revisi¨®n del estado real (y no te¨®rico) del problema nos aporta los siguientes criterios: aunque en la sede de la OTAN aseguran que all¨ª no se han estudiado las posibles misiones que a Espa?a corresponder¨ªan, esto no debe ser cre¨ªdo, todo el mundo parece tener idea. Existe de hecho un cierto grado de integraci¨®n efectiva entre Espa?a y la OTAN, que pone en evidencia el tipo de misiones que corresponder¨ªan a Espa?a. Existe una zona de inter¨¦s com¨²n entre Espa?a y USA que se sobrepone a espacio f¨ªsico correspondiente a cinco comandos navales de la OTAN, la XVI fuerza a¨¦rea de lGs Estados Unidos, ?se?alada? para misiones de la OTAN en un conflicto, tiene su sede en Espa?a el Maritime Air Reccotiaissance Pool, de pr¨®xima creaci¨®n, se nutrir¨ªa probablemente, entre otras, de la red de alerta y control de Espa?a, y del patrullaje aeronaval desde Rota.
El estado mayor combinado Espa?a-USA ofrece el acceso a la doctrina OTAN, tal como la interpretan los Estados Unidos-, ?Si alguien sabe lo que es la doctrina de la OTAN, son los Estados Unidos?, ha dicho Luns recientemente: el punto neur¨¢lgico de este contacto se halla en Stuagart, sede del cuartel general americano en Europa: en Bruselas, sede de la OTAN, no tienen mucho que hacer, de cara a esta organizaci¨®n, los agregados militares espa?oles ante la corte belga.
Ciertos medios espa?oles ?resistentes? a la OTAN quisieran acogerse a un estatuto de asociaci¨®n con la organizaci¨®n. El tratado del Atl¨¢ntico Norte no contempla tal posibilidad; no obstante, medios de Bruselas me han asegurado que es m¨¢s facil la cooperacion en el terreno militar que en el pol¨ªtico. Esto es inaceptable para Espa?a, equivaldr¨ªa a que Espa?a cediese lo que m¨¢s le importa, que es su participaci¨®n pol¨ªtica en la alianza, para ceder sin contrapartidas el mejor activo espa?ol, su contribuci¨®n militar.
Tal como recomienda la Uni¨®n Europea Occidental (la ¨²nica organizaci¨®n pol¨ªtica que, aparte de los americanos. puede mediar entre Espa?a y la OTAN), la OTAN deber¨ªa abrir negociaciones con Espa?a para su eventual ingreso, tan pronto como Espa?a estuviese dotada de un Gobierno elegido tras de elecciones libres. Entretanto, el actual Gobierno, que no ha sido elegido libremente. har¨ªa bien, por lo menos. en desarrollar todo el potencial contenido en el tratado de Madrid (que contempla desembocar en la OTAN), a la espera de que un Gobierno democr¨¢tico acepte o no la negociaci¨®n, naturalmente, prirnerp har¨ªa falta que los partidos pol¨ªticos se tomasen la molestia de ir formando sus ideas sobre esta cuesti¨®n nada balad¨ª. y las formulasen como programa de Gobierno.
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