Hugo Von Hofmannsthal, un Calder¨®n vien¨¦s
En toda su obra, Hofmannsthal, reflej¨® el permanente contraste que es Viena: deslumbramiento sobrecogedor y vac¨ªo esplendoroso. Ante los palacios de Stharhemberg, Marrach y Mollard Clary, se comprende que la vida es un arrobamiento barroco del alma. Sin embargo, tras estas fachadas ofuscadoras, se esconde la nada polvorienta y los fantasmas del recuerdo.
Para escapar a esta oposici¨®n desgarradora, Viena nos ofrece rincones de alegr¨ªa o desesperaci¨®n. Entre el goce barroco y la tristeza crepuscular, se alza el Grinzig, barrio de peque?as callejuelas con tabernas escondidas bajo sus parras de uvas, a cuya sombra se canta en coro. All¨ª, en la fr¨ªvola distracci¨®n de las horas turbias del anochercer, olvidamos la muerte. Entre los ¨¢rboles del Prater, se pod¨ªa escuchar una m¨²sica suave y ligera, el vals, que encandilaba los o¨ªdos y atolondraba el ¨¢nimo en un v¨¦rtigo de bober¨ªa feliz. La vida era muy placentera en la ¨¦poca que los vieneses llaman W?rmarz, antes de la revoluci¨®n de 1848. Despu¨¦s, la lucha de clases interrumpi¨®, para siempre, aquella mel¨®dica existencia. En fin, Viena es musical y barroca: a la dicha sublime, mozartiana de armon¨ªa rigurosa, se une la melod¨ªa desgarradora, tierna, y a la exaltaci¨®n triunfante de sus oropeles, la decadencia estrepitosa. En este ambiente creci¨® Hofmamnnsthal, hijo ¨²nico de una familia de la alta burgues¨ªa. Al entrar en la Universidad, ya era un poeta famoso.
Poes¨ªa y peque?os dramas
Sus poemas juveniles expresan el asombro ante el mundo, como si lo viese por primera vez. En la poes¨ªa Erlebnis (Vivencia), se hunde en las profundidades marinas, para recrearse con la profuci¨®n de las flores acu¨¢ticas. Y pese a una m¨²sica melanc¨®lica, que le recuerda la existencia de la muerte, dice: Der ist Musik geworden ?Se ha convertido en M¨²sica?, renace el ansia de vivir y volver otra vez, desde las tinieblas submarinas, al aire gr¨¢cil de la vida. En otro poema, Balada de la vida, el poeta expresa una irreprimible melancol¨ªa juvenil, pues los ni?os crecen con ojos profundos, maduran como hombres y caen, al igual que los frutos, para pudrirse en la hierba. Sin embargo, nos invita a vivir en extensi¨®n, profundamente Einmal und das andere Mal (Una y otra vez), porque el amor, el odio, la esperanza y el tormento, todo lo puede soportar el coraz¨®n humano.Despu¨¦s de estos poemas, no escribi¨® m¨¢s poes¨ªa. Terminado el servicio militar, estudia filolog¨ªa romana y en 1901 se doctor¨® con una tesis sobre la evoluci¨®n po¨¦tica de V¨ªctor Hugo. Antes de fin de siglo compuso sus peque?os dramas. El primero y m¨¢s sorprendente, Ayer, exalta y justifica la traici¨®n amorosa de una mujer, como ejemplo de la fugacidad de la vida. El amante comprende que el secreto de la infidelidad femenina consiste en dejarse seducir por la magia del instante, del presente, de la belleza de la hora, porque el ayer es mentira y s¨®lo hoy es verdad. En La muerte de Tiziano, asistimos a la agon¨ªa gozosa del gran pintor, quien se levanta de su lecho de muerte a contemplar su obra, y regresa a su cama satisfecho: sabe que enriqueci¨® el mundo al pintarlo, piensa que hasta lo ha transformado.
Un misterio medieval ingl¨¦s, le inspira su primer drama, Jerderman, una leyenda modernizada sobre la Danza de la Muerte, que sorprende al rico en el disfrute pleno de su vida y la significativa dilaci¨®n que le otorga, para que se prepare a morir. Para Hofmannsthal, la muerte no es un accidente fortuito que venga a sorprendernos, sino un examen de conciencia, como una rendici¨®n de cuentas de la propia vida y la ¨²nica ocasi¨®n que tenemos de verla completa. ?Es la obra -da a entender el poeta-, o las obras que justifican al hombre ante el juez imnominado. Frente a la visi¨®n medieval y cristiana, justicia implacable que nos hermana a todos, en la interpretaci¨®n moderna de Hofmannsthal la muerte nos separa de por nuestros actos, juzga, ilumina y nos dice quien es quien al personalizarnos. Todos iguales, pero distintos en esa gran sombra de la identidad de cada uno, de Cualquiera.
Con El gran teatro del mundo Salzburgu¨¦s, inicia la reelaboraci¨®n del teatro de Calder¨®n. Como sabemos, el Auto Sacramental es una teolog¨ªa dramatizada, que se basa en la presencia de Cristo en la Eucarist¨ªa. El fil¨®sofo Garc¨ªa Bacca afirma que la esencia del cristianismo es eucar¨ªstica, porque en la hostia consagrada se ve realmente otra cosa de lo que es: pan, cuerpo de Cristo y el vino su sangre. La esencia del teatro barroco es el arte de hacernos posible lo inveros¨ªmil, mudar unas cosas por otras, enga?arnos sin confundirnos. El Milagro s¨®lo puede producirse por la ilusi¨®n emocionada popular, tal ocurre con el temblor de la corrida de toros y este teatro barroco del que participaba el pueblo y, cre¨ªa a pies juntillas en las m¨¢gias escenicas. Ya Bergamin nos explic¨® como se realiza esta trasmutaci¨®n.
Es un teatro el barroco que nos aproxima alej¨¢ndonos y, despu¨¦s de agitarnos, termina por serenarnos; ley barroca de las ant¨ªtesis conjugadas. ?En El gran teatro del mundo, de Calder¨®n, no hay personajes concretos, hombres con los que simpatizar u odiar; s¨®lo existen el rico, el pobre, la malicia, el labrador, el mundo. El gran teatro del mundo Salzburgu¨¦s, del poeta vien¨¦s, es la interpretaci¨®n de un acontecimiento tambi¨¦n inveros¨ªmil, abrupto e inesperado: la Revoluci¨®n de Octubre. Herbert Steiner calific¨® este drama como una respuesta a la amenaza bolchevique. No creemos que sea exacto. Es evidente que el poeta se esfuerza por comprender la raiz de la oposici¨®n entre el pobre y el rico y tambi¨¦n refleja una preocupaci¨®n por la apocalipsis revolucionaria. El pobre tiene acentos y palabras mesi¨¢nicas encendidas, anunciadoras de un nuevo mundo. Hofmannsthal no es un revolucionario, pero, tampoco un reaccionario despavorido ante la posibilidad del fin de un mundo. Por el contrario, intenta analizar la irrupci¨®n de la Historia, pues, hasta 1917, todo parec¨ªa sosegado y feliz en el imperio austro-h¨²ngaro. Este drama termina con la destrucci¨®n del mundo real, puro teatro barroco, una ficci¨®n, un sue?o que viv¨ªamos.
Despu¨¦s de trabajar durante a?os con Richard Strauss y Max Reinhardt termina La torre, una versi¨®n de La vida es sue?o de Calder¨®n. La trama es casi id¨¦ntica a la calderoniana, pero hay un cambio fundamental: Segismundo reina y gobierna; despu¨¦s de vencer al rey, su padre, ejerce la justicia sin violencia y, con candor pueril, deja intactos a los grandes se?ores, los monopolios hist¨®ricos, el Voivoda de Lublin y el de Cracovia. En consecuencia, le derriba una contrarrevoluci¨®n. Y, en una escena prodigiosa, cuando est¨¢ muriendo, se le acerca un rey-ni?o que, compasivo, le consuela: Descansa, en el tiempo ser¨¢s como la imagen de una estrella. Al sue?o de Segismundo, Bergamin lo llama libertad aventurada o libre albedr¨ªo del so?ar. Creemos que es, tambi¨¦n, la libertad revolucionaria de destruir el orden natural preestablecido para realizar su sue?o. En esta obra, la revoluci¨®n representa el s¨ªmbolo de la posibilidad de cambio de la vida y del hombre. Pero la soluci¨®n final no es clara: si las revoluciones fracasan, no hay movimiento y volveremos a lo de siempre. Entonces cabe preguntar: ?Es posible la historia?
Otro de los temas constantes de Hofmannsthal, en ?sus ¨²ltimos a?os, fue la muerte de la individualidad. En 1926 escrib¨ªa: ??Sabe usted de lo que tiene que liberarse nuestra ¨¦poca? Del individuo, del concepto europeo del individuo...?. Hofmannsthal muri¨® en 1929 de una congesti¨®n cerebral, despu¨¦s de asistir al entierro de su hijo, que se hab¨ªa suicidado.
Una peque?a narraci¨®n Los caminos y los encuentros, nos revela el sentido total de su obra y de su vida. El protagonista confiesa, que prefiere el contacto ef¨ªmero con los seres, al abrazo duradero, pues el encuentro es la pantomima er¨®tica verdaderamente decisiva. As¨ª evita todo compromiso, no corre el riesgo de la entrega total y huye de toda definici¨®n. De esta indefinible esencia, nace el secreto encanto de su poes¨ªa incons¨²til a la vez grave, que se derrama en penetrantes sugerencias m¨²ltiples y, tambi¨¦n, la sublime abstracci¨®n de sus dramas quim¨¦ricos y simb¨®licos sobre el destino del hombre y su libertad creadora.
Babelia
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