Los vigilantes jurados prefieren donar sangre a perderla en un atraco
?Mam¨¢, ?ese indio es malo?? ?No es un indio, hijo, es el vigilante. Dice uno de los vigilaintes-empleados de empresas de seguridad que se manifestaron ayer, que tal di¨¢logo lo escuch¨® refiri¨¦ndose a ¨¦l en el banco donde presta servicio.?Nos toman a chufla y preferimos dar nuestra sangre a la Hermandad antes que nos acribillen por un sueldo ¨ªnfimo.?
Con este lema se congregaron ayer por la tarde unos trescientos vigilantes en la plaza de Castilla, y desde all¨ª emprendieron una marcha de protesta hasta la Residencia Sanitaria de la Seguridad Social La Paz, para presentarse ante las dependencias de la Hermandad de Donantes de Sangre de la Seguridad Social y ofrecer la de todos y cada uno de ellos.
Fruto de esta donaci¨®n se recaudaron anoche ocho litros y cuatrocientos cent¨ªmetros c¨²bicos. Dieron la sangre treinta de los vigilantes, y el resto se ofreci¨® para hacer lo mismo en d¨ªas sucesivos. Normalmente, en La Paz se recaudan unos dos litros diarios y unos cien en Madrid.
Reivindicaciones
Estos empleados de las distintas empresas dedicadas a la seguridad de empresas, reivindicaron diferentes cuestiones, a saber:- La diversidad de sindicatos en que se encuadran les dificulta cualquier tipo de acci¨®n encaminada a una mejor estructuraci¨®n profesional.
Consecuencia de ello ha sido, por ejemplo, que ¨²ltimamente han tardado cerca de un mes en conseguir disponer de un local donde poder reunirse todos en asamblea, y al final les fue cedido un local del PPO en la carretera de Barajas, a siete kil¨®metros de Madrid.
Dentro de esta diversidad de encuadramiento optan ser admitidos en el sindicato correspondiente a la empresa donde son destinados. Por ejemplo, los vigilantes jurados contratados para prestar servicio de seguridad en un banco desear¨ªan ser incluidos en el Sindicato de la Banca.
Esta aspiraci¨®n choca con el inconveniente de que tales vigilantes jurados no son empleados del banco, sino de una determinada empresa de seguridad.
- Otra de las reivindicaciones es el salario, de unas 14.000 pesetas mensuales para los vigilantes de a pie y unas 15.000 para los conductores de veh¨ªculos blindados. Carecen de plus de peligrosidad.
- En otro orden de cosas no desean ir uniformados cuando su servicio se desarrolle en locales donde puedan ser f¨¢cil y r¨¢pidamente identificados por presuntos atracadores. pues consideran que su funci¨®n resulta de este modo ineficaz. ?Un vigilante jurado en un banco no es m¨¢s que un mu?eco de tiro al blanco. Lejos de infundir temor o respeto al atracador ¨¦ste se r¨ªe porque sabe que no tiene enemigo frente a ¨¦l. pues lo tiene identificado y localizado en todo momento.?
- En este mismo sentido de la propia seguridad del vigilante, estiman que su preparaci¨®n y pertrechos son m¨ªnimos para la funci¨®n que est¨¢n obligados a desempe?ar: confiesan que casi ninguno de ellos sabe disparar que hay muchos que no han ido a practicar tiro en m¨¢s de seis meses. Tambi¨¦n dicen que deber¨ªa prove¨¦rseles de chaleco antibalas. ?Si nosotros no nos sentimos seguros, ?qu¨¦ seguridad podemos ofrecer a los dem¨¢s??, explican.
Hay quienes aseguran que en caso de muerte violenta sus herederos cobrar¨ªan un seguro de vida suscrito por su empresa. Otros dicen no saber nada de esto, a pesar de haber solicitado informaci¨®n en la empresa de la que dependen.
- La mayor parte manifiestan no haberles facilitado en sus empresas respectivas el reglamento de trabajo interior. ?No estar¨¢n hechos?. dicen.
La marcha-manifestaci¨®n realizada ayer por estos vigilantes no repercuti¨® en detrimento del servicio habitual, nos informan, pues a ella acudieron aquellos que se encontraban libres de servicio a la hora en que se llev¨® a cabo.
Los vigilantes hicieron hincapi¨¦ en que segu¨ªan dispuestos a seguir cumpliendo con su misi¨®n. siempre que se les garantizara un salario digno unas seguridades a tono con su cometido.
La empresa de seguridad Esabe Express. SA. en torno a este conflicto. nos informa que ha dirigido una carta a sus empleados en servicio de vigilancia en Madrid con fecha del pasado d¨ªa 6 en la que les comunica que ?el incremento de remuneraci¨®n para usted tiene que ir precedido de un aumento de tarifas a nuestros clientes (...) Si recordamos que en enero ustedes estaban en 166.500 pesetas anuales, el incremento en un solo a?o es del 32%, lo cual nos indica que aunque hemos partido de muy abajo vamos subiendo muy r¨¢pidamente (...) Su remuneraci¨®n est¨¢ compuesta por un sueldo base de 11.500 pesetas, una gratificaci¨®n complementaria de 4.000, otra por desplazamiento de 1.400 y otra por vestuario de quinientas, que totaliza un sueldo bruto mensual de 17.400, que despu¨¦s de aplicar los descuentos del trabajador quedan en 15.568 (...) En cuanto a las pagas extraordinarias se aumenta una, por tanto, para el a?o 77 disfrutar¨¢ usted de tres?.
El decreto del 74
Fue el 2 de marzo de 1974 cuando se public¨® en el BOE el decreto del Ministerio de Gobernaci¨®n sobre medidas de seguridad en bancos y cajas de ahorro y otras entidades de cr¨¦dito, como consecuencia de una fuerte escalada de atracos. Por este decreto se obligaba a las empresas afectadas dispusieran de vigilantes jurados, que ser¨ªan nombrados por la Direcci¨®n General de Seguridad, a propuesta de la empresa.El art¨ªculo 8 del decreto dice que ?la funci¨®n de vigilantes jurados tendr¨¢ el car¨¢cter de servicio p¨²blico, y los funcionarios que, previa la oportuna autorizaci¨®n, pasen a desempe?ar tales cargos quedar¨¢n en la situaci¨®n que les corresponda, seg¨²n su respectiva legislaci¨®n?.
Los manifestantes de ayer hicieron saber que pondr¨¢n en conocimiento del ministro de Gobernaci¨®n su situaci¨®n actual a fin de que sus reivindicaciones sean tenidas en cuenta en todos los estratos, y dado que su funci¨®n naci¨® como consecuencia del mencionado decreto de Gobernaci¨®n.
Balance desde 1974
El balance que arrojan los atracos cometidos desde marzo de 1974 es el siguiente:Un n¨²mero de 61 atracos se ejecutaron desde marzo del 74, consiguiendo un bot¨ªn de casi cincuenta millones de pesetas (49.947.694). Dos casos fueron frustrados por vigilantes jurados. Un atracador fue herido por un vigilante jurado. Un vigilante jurado fue herido.
En 1975 se cometieron 76 atracos por un montante de 47.354.450 pesetas. Dos fueron frustrados por vigilantes. Un atracador result¨® herido por un vigilante. Tambi¨¦n fue muerto un perturbado por otro vigilante. Dos vigilantes resultaron heridos.
En 1976, hasta la fecha, se han cometido 53 atracos, por un bot¨ªn de 72.569.945 pesetas. Un atraco fue frustrado por un vigilante. Un atracador fue muerto por un vigilante. Murieron tres vigilantes, dos resultaron con lesiones y otro herido.
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