La Iglesia, a favor de los partidos de inspiraci¨®n cristiana

?Pero si no es conveniente que existan partidos confesionales, con el apellido cristiano, por las razones expuestas, si es l¨ªcito, conveniente y hasta puede ser necesario la constituci¨®n de partidos de inspiraci¨®n cristiana?, dice el cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n en la octava carta cristiana de la serie Los cristianos y la pol¨ªtica, hecha p¨²blica el pasado domingo.

El arzobispo de Madrid-Alcal¨¢ dice en su carta:?Los cristianos han de ser fieles al Evangelio en su actuaci¨®n p¨²blica. Pueden serlo en cualquier grupo o asociaci¨®n que no contradiga su fe, que no est¨¦ en oposici¨®n al Evangelio. Ideolog¨ªas ateas o materialistas, que pretendan imponer, por medio de su acci¨®n pol¨ªtica esa orientaci¨®n, aunque manifiesten su respeto para las creencias de los dem¨¢s, no son compatibles con el cristianismo. Partidos pol¨ªticos que acepten la violencia, que practiquen el terrorismo o la intransigencia a ultranza no son aptos para la acci¨®n pol¨ªtica de un cristiano.

La libertad pol¨ªtica del cristiano tiene, pues, unos limites, que no debe traspasar, ni aun con excusas de un mayor bien: el fin no justifica los medios en buena moral cat¨®lica.

Fuera de esas limitaciones que imponen no s¨®lo la fe, sino la misma naturaleza humana y el sentido com¨²n, el cristiano es libre para dar su nombre a cualquier partido pol¨ªtico y puede alinearse en cualquier postura que respete la dignidad de la persona humana y trabaje en pro del bien com¨²n.

Pero si no es conveniente que existan partidos confesionales con el apellido cristiano por las razones expuestas, si es l¨ªcito, o del cristianismo en el terreno necesario la constituci¨®n de partidos de inspiraci¨®n cristiana. No para servirse de la Iglesia o del cristianismo en el terreno espec¨ªficamente pol¨ªtico, sino para conjugar las fuerzas de los que tienen una concepci¨®n cristiana de la vida, a fin de que se puedan defender con m¨¢s eficacia los derechos de las personas y pueda implantarse la aut¨¦ntica justicia social y el respeto a la ?libertad?.