El retraimiento de la iniciativa privada puede romper los objetivos ministeriales
El Ministerio otorga la calificaci¨®n de vivienda social a aquellas viviendas que re¨²nan determinados requisitos de superficie, dise?o, calidad y precio. Puede otorgar esta calificaci¨®n no s¨®lo a viviendas ya construidas, sino a aquellas que se encuentran en fase de construcci¨®n.La denominada calificaci¨®n subjetiva es el reconocimiento del Ministerio, del derecho de una familia a obtener los beneficios de una vivienda social, que son b¨¢sicamente los beneficios fiscales de las viviendas de protecci¨®n oficial y la ayuda econ¨®mica del Instituto Nacional de la Vivienda para la devoluci¨®n del pr¨¦stamo de manera m¨¢s prolongada.
Otro de los t¨¦rminos utilizados por el Ministerio en su plan, que ha despertado una inusitada expectaci¨®n entre miles de espa?oles, es el de ¨®rdenes de calificaci¨®n. El Ministerio establecer¨¢ anualmente en cada provincia un l¨ªmite al n¨²mero de viviendas que puedan acogerse a la nueva forma de financiaci¨®n, como forma de orientar la oferta de viviendas sociales.
Urge una clarificaci¨®n
Una de las partes m¨¢s confusas de toda la normativa se presenta cuando cualquier ciudadano se pregunta qu¨¦ hacer con el t¨ªtulo de beneficiario de vivienda social. El t¨ªtulo da la posibilidad de obtener una vivienda social, pero este tipo de viviendas, en su gran mayor¨ªa, no han comenzado a¨²n a construirse, dado que los plazos fijados para solicitar la calificaci¨®n objetiva han comenzado de forma simult¨¢nea a los establecidos para obtener el t¨ªtulo de beneficiario.Es absolutamente necesaria una clarificaci¨®n por parte del mismo Ministerio de la Vivienda, al objeto de no crear interpretaciones equ¨ªvocas. La publicidad lanzada ha soslayado este punto. Se han creado falsas ilusiones y se aprecia bastante confusionismo entre las personas que hacen cola para solicitar vivienda social.
Adem¨¢s es el propio peticionario, con su calificaci¨®n subjetiva en el bolsillo, el que debe realizar el resto de las gestiones encaminadas a conseguir una de esas viviendas calificadas como sociales por el Ministerio; debe buscar el promotor que ofrezca el tipo de vivienda a los que, seg¨²n el t¨ªtulo, tiene derecho; debe formalizar con la entidad de cr¨¦dito el pr¨¦stamo correspondiente y un largo etc¨¦tera de gestiones m¨¢s.
Forzosamente se plantean una serie de interrogantes: ?qu¨¦ pasa si el n¨²mero de beneficiarios es mayor al de viviendas calificadas como sociales en el mercado?, ?pueden las- entidades de cr¨¦dito establecer su propia selecci¨®n de beneficiarios? Lo que hasta ahora ha ofrecido el Ministerio en su lanzamiento de publicidad han sido los aspectos m¨¢s atrayentes; pero, en absoluto ha informado ni anunciado soluciones a los problemas que la normativa lleva consigo. Es absolutamente imprescindible que los destinatarios de estos t¨ªtulos de calificaci¨®n subjetiva tengan una cierta garant¨ªa de obtenci¨®n de vivienda social y conozcan el plazo en que pueda llevars*e a cabo. A nadie se le oculta que para garantizar la eficacia de esta operaci¨®n, y para exigir responsabilidades, se precisa una estabilidad en la pol¨ªtica ministerial, estabilidad dif¨ªcil de asegurar en los momentos actuales.
Consideraciones criticas
Muchas personas de las que est¨¢n haciendo cola para solicitar la calificaci¨®n subjetiva se preguntan sobre la posibilidad de poder llegar a alcanzar una vivienda social. La pregunta tambi¨¦n nos la hacemos nosotros, por las siguientes razones:- En primer lugar, sabemos que en la actualidad existen varios miles de viviendas construidas o pr¨®ximas a ser terminadas, que esperan comprador. Por varios motivos -lejan¨ªa, precios altos, f¨®rmulas de pago inadecuadas- no satisfacen las necesidades de vivienda de las familias m¨¢s necesitadas.
Si, adem¨¢s, analizamos el conjunto de caracter¨ªsticas de calidad y equipamiento que se van a exigir a las nuevas viviendas de tipo social resulta que dif¨ªcilmente van a poder obtener la tal fijaci¨®n objetiva, a menos que la Administraci¨®n est¨¦ dispuesta a hacer la vista gorda y acepte calificar como viviendas sociales las que carecen de escuela, guarder¨ªa, transporte p¨²blico o con precios m¨¢s altos que los fijados en el decreto del 24 de noviembre.
Lo que se deduce de aqu¨ª es que dif¨ªcilmente las inmobiliarias van a lanzarse a la construcci¨®n de nuevas viviendas acogi¨¦ndose a la calificaci¨®n objetiva sin tener clara una salida a las inversiones que hasta ahora han hecho.
- En segundo Itigar, el Ministerio de la Vivienda fundamenta su plan en interesar a la iniciativa privada (inmobiliarias y grupos financieros) en la construcci¨®n de viviendas sociales.
Para ello ha fijado unas caracter¨ªsticas de calidad y servicios realmente loables que suponen una conquista importante, ya que a partir de ahora no se deber¨¢n contruirl,viviendas de baja calidad e insuficiente equipamiento complementario. Pero, al mismo tiempo, ha fijado unos precios m¨¢ximos para las distintas zonas del pa¨ªs, que a nuestro entender, no se corresponden con la exigencia del cumplimiento de estas calidades ni con la carga especulativa que supone el coste del terreno sobre la vivienda. As¨ª, por ejemplo, para Madrid se fija un m¨¢ximo de1.219.680 pesetas para una vivienda de 70 a 75 metros cuadrados construidos, precio de vivienda que dif¨ªcilmente puede encontrarse en la actualidad si no es en municipios como Aranjuez, Valdemoro o Alcal¨¢ de Henares.
Dada la importancia que tiene la relaci¨®n vivienda-trabajo, en la hip¨®tesis de que la iniciativa privada se animara a construir viviendas .en estos municipios, en gran escala, muchas familias dudar¨¢n en desplazarse varias decenas de kil¨®metros todos los d¨ªas,-y quiz¨¢ preferir¨¢n seguir sacrific¨¢ndose a vivir en malas condiciones, antes de someterse al suplicio de dedicar varias horas del d¨ªa a trasladarse, para obtener un sueldo con el que pagar la nueva vivienda.
Como es l¨®gico, esta duda la percibe asimismo la iniciativa privada, lo cual se traduce en un retralmiento antes de hacer nuevas inversiones. Como lo prueba el que, en contraste con las multitudinarlas colas de necesitados -de vivienda, no se est¨¢ produciendo ninguna avalancha de promotores solicitando la calificaci¨®n objetiva, sino todo lo contrario.
Retraimiento de la iniciativa privada
Indudablemente la presencia f¨ªsica de tantos necesitados de vivienda puede favorecer un cambio de actitud, pero no hay que enga?arse. Las familias tienen necesidad de vivienda, pero no de una vivienda en cualquier sitio. En la actualidad el sitio viene gravado por una carga muy importante, que es el precio del suelo sobre el que se asienta; este precio, debido a la especulaci¨®n, entra en contradicci¨®n con la necesidad social de vIvienda.- En tercer lugar, el plan del Ministerio basa la financiaci¨®n econ¨®mica de toda la operaci¨®n en sus propios recursos presupuestar¨ªos y en el capital que aporten la banca privada y las Cajas de Ahorro.
El Ministerio conoce sus recursos, y sabe que, en el caso de Madrid tiene capacidad para atender la financiaci¨®n de hasta 14.000 viviendas. Dado que las solicitudes de calificaci¨®n subjetiva de beneficiario de vivienda social puede alcanzar las 100.000 para la provincia, ?qu¨¦ va a ocurrir?, ?se van a dar calificaciones subjetivas solamente a 14.000, y el resto a esperar el pr¨®ximo a?o para solicitarlas de nuevo?, ?van a d¨¢rselas a todas las familias que realmente re¨²nen las condiciones de necesidad de vivienda, que pueden ser varias decenas de miles, sin tener ninguna f¨®rmula que garantice que esas viviendas van a poder empezar a construirse este a?o
Por otra parte, incluso para la fir¨ªanciaci¨®n de estas 14.000 viviendas se necesitan unas inversiones muy importantes de la banca privada y de las Cajas de Ahorro ?Est¨¢ plenamente garantizado est volumen de inversi¨®n, cuando- seg¨²n se ha dicho anteriormente- las sociedades inmobiliaria pueden tener serios reparos par lanzarse a estas operaciones? No hay que olvidar la dependencia de estas sociedades respecto del capital financiero. ?No debiera haberse sellado, antes del lanzamiento publicitario, un acuerdo serio entre la banca y la Administraci¨®n que ga rantizara todo el plan, que diera mayor credibilidad a toda la operaci¨®n ?No debiera haberse utilizado, en primer lugar, la prensa y lo medios de comunicaci¨®n en general para difundir las bases de est¨¢ acuerdo? ?O es qu¨¦ la Administracion piensa utilizar las miles de solicitudes como instrumento de presi¨®n ante el capital financiera para materializar este compromiso? ?No es arriesgado haber creado expectativas sin una total seguridad de cumplimiento?
En nuestra opini¨®n se pretend un imposible. Pensar que el pro blema de alojamiento que tiene cientos de miles de personas de bajos ingresos puede solucionarse en el marco de un sistema econ¨®mico y social que no ha resuelto el problema de la especulaci¨®n del suelo que no ha sabido imponer restricciones al proceso de acumulaci¨® capitalista, que no ha sabido estructurar el crecimiento de las ciudades de forma menos ca¨®tica pensar esto es esperar que se produzca un milagro.
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