El f¨²tbol, en Madrid, cada vez es peor
El f¨²tbol de Primera Divisi¨®n, que semana a semana se ofrece a los aficionados madrile?os, cada vez es peor. Se mire por donde se mire esa es la conclusi¨®n m¨¢s clara que cualquiera puede sacar ¨²ltimamente. La ¨²nica diferencia esencial es que el Atl¨¦tico de Madrid lo hace al menos mejor y gana. Su afici¨®n, entonces, no protesta, pero el espect¨¢culo de juego resulta lamentable por el estilo.La primera impresi¨®n que dio el Atl¨¦tico-Celta del domingo, a los pocos minutos de iniciarse, es que se trataba de un partido raro, sin ¨¢ngel. Quiz¨¢ tanto como ese color celeste, azul casi perdido, que los vigueses llevan en su camiseta. Por el bando rojiblanco, descontado Heredia, suplente de nuevo, Ayala y Panadero -especialmente el primero- s¨ª estaban presentes, pero todo el mundo recordaba sus ganas declaradas de irse. Ya empieza a cansar la cantinela morri?osa, cuando desde que el f¨²tbol es f¨²tbol profesional -y el hombre es hombre y tiene que comer- nadie desprecia la posibilidad de labrarse un porvenir lleno de billetes ganados a base de patadas m¨¢s o menos bien dadas al bal¨®n.
En fin, la cuesti¨®n es que el Celta, que vino a defenderse, no mostr¨® excesivas ganas de reducir en Madrid su saldo de negativos. Jug¨® con m¨¢s miedo que otra cosa y, lo que es m¨¢s grave, con un esp¨ªritu conformista realmente asombroso. Ya en el segundo tiempo, con 2-0 favorable al Atl¨¦tico en el marcador, un detalle casi acab¨® por echarnos del campo. Se produjo una falta contra el Atl¨¦tico cerca del c¨ªrculo central y el bal¨®n qued¨® junto a un c¨®rner. Result¨® inconcebible para unos profesionales -del Celta en este caso- que ninguno se molestase ni hiciese la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de ir por el bal¨®n. Ayala, amablemente, se lo trajo a Santom¨¦. Por muchos penalties injustos que se le piten a un equipo eso no implica la p¨¦rdida del pundonor profesional. Quien m¨¢s y quien menos ha jugado al f¨²tbol y s¨®lo por afici¨®n ha sudado m¨¢s la camiseta.
Con estos planteamientos, pues, y con el golazo afortunado de Robi, primero que marca en la temporada, y que por lo visto ten¨ªa reservado para comienzo de? aburrimiento, el partido no promet¨ªa demasiado, precisamente. Manolo cubr¨ªa a Rub¨¦n Cano -despu¨¦s pasar¨ªa sobre Ayala-, B¨²a a Aguilar, tan r¨¢pido alocado y desaprovechado y Santom¨¦ a Ayala -m¨¢s tarde sobre Rub¨¦n Cano- Juan era el defensa libre y de esta forma se perd¨ªa el mejor centrocampista c¨¦ltico. La mara?a de los G¨®mez, Sanrom¨¢n, Castro y F¨¦lix no hac¨ªan rn¨¢s que estorbar,lo justo y desatender, eso s¨ª, a los desvalidos y solitarios Poli y Mart¨ªnez. Este sobre todo parec¨ª¨® un alma en pena todo el encuentro, pues Pereira o Eusebio jugaron a placer con ¨¦l s¨®lo.
De todas formas, lo que termin¨® con el partido y de insulso lo convirti¨® en rid¨ªculo fue el concierto de decisiones desacerta¨¢as dado por el se?or Oliva. Durante el primer tiempo, en.especial hasta, el primer gol, al menos existi¨® movilidad, porque el Atl¨¦tico busc¨® huecos por las bandas. En la segunda, sin embargo, con el seudopenalti a los dos minutos se empez¨® a aguar lafiesta. El Celta, que deber¨ªa haber empujado m¨¢s, no empuj¨® nada y eso que Del Cura dio alguna muestra de su peligrosidad.
Naturalmente el Atl¨¦tico si que se conform¨® y de ah¨ª que el desfile de espectadores fuera nutrido bastante antes de terminar el encuentro. Las entradas de Heredia y Bermejo no aportaron nada y Cap¨®n, libre de marcaje por el lado izquierdo, continu¨® perdido en el rastro de F¨¦lix sin profundizar como era su obligaci¨®n. Aguilar hab¨ªa perdido velocidad y Ayala tambi¨¦n andaba sin rumbo. Robi hab¨ªa hecho suficiente con su gol y con ocuparse de Castroy Alberto, no ten¨ªa a quien pasar. Aquello ya no era f¨²tbol, sino un peloteo para matar el tiempo. Menos mal que el ¨¢rbitro, por si ten¨ªa que pitar otro penalti en el ¨²ltimo momento, no descont¨® ni un segundo. Eso ganamos todos.
Si el Barcelona no ofrece espect¨¢culo el domingo en el Bernab¨¦u estaremos apa?ados.
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