La polic¨ªa borr¨® las huellas de sangre
Despu¨¦s del asesinato de Arturo Ruiz, en el lugar de la muerte se produjeron fuertes incidentes entre la polic¨ªa y los manifesitantes, al intentar ¨¦stos expresar su protesta por el incidente e impedirlo la fuerza p¨²blica. Seg¨²n las declaraciones de los vecinos, la polic¨ªa no se present¨® en la zona durante el incidente del asesinato, y s¨®lo despu¨¦s de que unos j¨®venes pusieran unos ladrillos en c¨ªrculo alrededor de la sangre del muchacho muerto, y una cruz con dos palos y una cuerda que les tiraron los vecinos, aparecieron tres olic¨ªas de las brigadas antidisturbios. ?Empezaron a quitar los ladrillos, tiraron la cruz y restregaron la sangre con sus botas.?
Minutos despu¨¦s aparec¨ªan tres coches-patrulla con algunos inspectores de Polic¨ªa y un chico que les llevaba a donde hab¨ªan matado a Arturo Ruiz. ?Empezaron a preguntarle al muchacho que d¨®nde estaba el muerto, que all¨ª no hab¨ªa nada. Nosotros les dijimos que si no hab¨ªa nada era porque los guardias hab¨ªan quitado todo?.Sobre las dos de la tarde, unos c?en j¨®venes que se hab¨ªan enterado de la noticia, se presentaron en el lugar, algunos de ellos con flores. Tras dibujar una figura en el suelo pusieron en medio del coraz¨®n dibujado dos casquillos de bala. La polic¨ªa que continuaba en la zona orden¨® disolverse a los concentrados, motivo por el que dos de ellos, uno con un pa?uelo blanco, intent¨® pedir permiso para poder quedarse ?donde hab¨ªa muerto un compa?ero?. Los dos j¨®venes volvieron y comunicaron a los dem¨¢s la decisi¨®n policial.
Instantes despu¨¦s una lluvia de botes de humo rompi¨® algunas ?unas de la citada calle al tiempo que los polic¨ªas antidisturbios realizaban una carga. ?Aunque muchos de los j¨®venes corrieron hacia la calle de Los Libreros, unos veinte o treinta se quedaron de rodillas y en silencio alrededor de la figura que hab¨ªan dibujado. Todav¨ªa estamos impresionados por la escena. Uno de los j¨®venes que estaba de rodillas levant¨® los brazos en cruz y grit¨® matadnos a todos?.
Seg¨²n los vecinos, las fuerzas antidisturbios empezaron a golpear a los j¨®venes y, al parecer, ?se llevaron al que hab¨ªa gritado, bastante grave?.
Desde esa hora, y hasta las tres de la tarde, se produjeron carreras, gritos de ?aqu¨ª estamos, nosotros no matamos? y cargas de la polic¨ªa que incluso us¨® los caballos para vigilar las calles existentes detr¨¢s del edificio de la Telef¨®nica.
Por la tarde, intentos de poner claveles, velas y lazos se sucedieron ante la prohibici¨®n de las dotaciones de dos coches-patrulla y cuatro jeeps que retiraban inmediatamente todos los objetos e invitaban a los presentes a que se fueran.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.