El acuerdo Espa?a-CEE podr¨ªa demorarse hasta despu¨¦s de las elecciones

Las diferencias entre los nueve para concluir un compromiso de oferta, a Espa?a, para la adaptaci¨®n del actual acuerdo comercial preferente Espa?a-CEE, siguen en pie. El Comit¨¦ de Embajadores Representantes Permanentes (Coreper) no logr¨® en su reuni¨®n del jueves ir m¨¢s all¨¢ de la simple confrontaci¨®n de tesis, sin alcanzar un acuerdo de futuro proyecto de mandato. El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la CEE, del 7 y 8 de este mes en Bruselas, s¨®lo podr¨¢ escuchar el cl¨¢sico informe de los trabajos de los expertos y, a lo sumo, dar prisa al Coreper y a la Comisi¨®n Europea para solucionar el asunto.

El ¨²nico elemento nuevo que entra cada vez m¨¢s en las teor¨ªas de los comunitarios es de car¨¢cter pol¨ªtico. Visto que el actual Gobierno espa?ol dir¨¢ no a una adaptaci¨®n, t¨¦cnica del acuerdo que no comporte ventajas suplementarias agr¨ªcolas, ?por qu¨¦ no esperar la llegada de un nuevo Gobierno y negociar despu¨¦s del verano el camino que deber¨¢ conducir hasta la integraci¨®n total de Espa?a a la CEE?Es evidente que si el Consejo de la CEE no aprueba un proyecto de mandato para negociar con Espa?a en el curso del pr¨®ximo mes de abril, ser¨¢ muy dif¨ªcil -por no decir imposible- que el Gobierno espa?ol pueda negociar en mayo, en plena campa?a electoral.

Los comunitarios, que tienen en cuenta la cita electoral espa?ola, trabajar¨ªan en la puesta a punto de una propuesta que consistir¨ªa en lo siguiente:

- Ofrecer a Espa?a la r¨¢pida extensi¨®n t¨¦cnica del acuerdo, sin ventajas suplementarias, para salvar la fecha fat¨ªdica del 1 de julio, en que la extensi¨®n del acuerdo deber¨¢ aplicarse a Gran Breta?a, Irlanda y Dinamarca.

- Acompa?ar la oferta con la promesa formal de negociar una posterior adaptaci¨®n econ¨®mica, con nuevas ventajas agr¨ªcolas e industriales, para despu¨¦s de las elecciones.

La tesis tiene sus atractivos para los comunitarios. Entre otras supone guardar la extensi¨®n econ¨®mica del acuerdo para un nuevo Gobierno, salido de las elecciones, que tenga representatividad pol¨ªtica ante el pueblo espa?ol. Por otra parte, teniendo en cuenta que en Bruselas esperan que el primer gesto pol¨ªtico extemo del futuro Gobierno hispano sea la presentaci¨®n del acta de candidatura a la CEE.

La negociaci¨®n tendr¨ªa un car¨¢cter m¨¢s amplio.

El problema para los comunitarios es que Espa?a, a juzgar por los contactos diplom¨¢ticos del embajador Raimundo Bassols en medios de la CEE, dir¨¢ no a todo intento de simple adaptaci¨®n t¨¦cnica que no suponga ventajas agr¨ªcolas suplementarias. Por lo menos tal es la tesis oficial del momento, por parte de Madrid.

?C¨®mo salvar la fecha tope el 1 de julio de 1977, en que deber¨¢ extenderse obligatoriamente el acuerdo Espa?a-CEE de los seis a la realidad actual de la CEE de los nueve? Denunciar el acuerdo parece impensable. Ni Espa?a ni ning¨²n pa¨ªs de la CEE querr¨¢ tener la paternidad de frenar un proceso de acercamiento hispano-comunitario, a las puertas de la adhesi¨®n.

Lo que no pueden olvidar los comunitarios, y menos a¨²n los dos pa¨ªses duros de la CEE (Francia e Italia) que se oponen a concesiones suplementarias para Espa?a en el cap¨ªtulo agr¨ªcola, es que un Gobierno surgido del sufragio universal tendr¨¢ todav¨ªa mayor validez moral y pol¨ªtica para exigir contrapartidas a la CEE.