?Libertad para todos?

El conjunto de instrumentos jur¨ªdicos aprobados por el Consejo de Ministros en la sesi¨®n del pasado viernes, si bien no satisface formalmente las peticiones de amnist¨ªa total, que tan hondo eco popular han despertado en el Pa¨ªs Vasco, permitir¨ªa llegar, en la pr¨¢ctica, y por distintas v¨ªas, a ese mismo resultado. Desde ahora mismo, la ampliaci¨®n de la amnist¨ªa de julio de 1976 a supuestos antes excluidos de su ¨¢mbito y el indulto general para quienes hayan participado de manera no directamente necesaria en actos no amnistiables reducir¨¢ considerablemente la poblaci¨®n penal condenada o procesada por delitos pol¨ªticos. El indulto general de hasta doce a?os por delitos pol¨ªticos cometidos hasta el 15 de diciembre de 1976 apunta, presumiblemente a las acciones cometidas antes de esa fecha y despu¨¦s de la amnist¨ªa de julio. Finalmente, el indulto de la cuarta parte de la pena cubriria hechos posteriores al 15 de diciembre de 1976.Fuera de estos mecanismos de aplicaci¨®n autom¨¢tica quedan (adem¨¢s de la parte de las penas no cubiertas por los beneficios de los indultos antes aludidos) los delitos excluidos de la amnist¨ªa de julio de 19761 esto es, los llamados delitos de sangre. Sin embargo, un hecho nuevo respecto a la situaci¨®n anterior es que el Gobierno se ha dejado las manos libres para aplicar medidas particulares de gracia tambi¨¦n a todos esos condenados.

Decimos que el Gobierno puede hacerlo; no que forzosamente lo vaya a hacer.

Sin duda, la petici¨®n de amnist¨ªa total pone en carne viva la sensibilidad de los familiares, amigos, compa?eros, y correligionarios de quienes perdieron la vida a manos de los hombres de ETA. A su vez, los que se sienten solidarios con los etarras muertos los consideran idealistas pol¨ªticos ca¨ªdos en la lucha y no delincuentes, y contin¨²an pidiendo la liberaci¨®n de todos los presos pol¨ªticos.

Tal es el c¨ªrculo que el Gobierno debe romper. S¨®lo la gran pol¨ªtica puede cortar el nudo gordiano de ese tr¨¢gico conflicto emocional e ideol¨®gico; s¨®lo la raz¨®n de Estado debe ser tenida en cuenta a la hora de solucionarlo. Porque el deterioro de la situaci¨®n delPa¨ªs Vasco podr¨ªa arrastrar tras de s¨ª a la incipiente democracia espa?ola.

Y a esa tarea deben colaborar todos los que deseen un futuro pac¨ªfico y democr¨¢tico para nuestro pa¨ªs. El Gobierno necesitar¨¢ ayuda para que los recalcitrantes de la violencia depongan las armas, y es ¨¦sta una petici¨®n que debe hacerse a ETA a la hora de ejercer el perd¨®n. Eso y una declaraci¨®n p¨²blica de ETA de renuncia a la lucha armada permitir¨ªa al Gobierno vaciar sin esc¨¢ndalo, las c¨¢rceles de presos pol¨ªticos, permitir el retorno de los exiliados y pacificar finalmente el Pa¨ªs Vasco. Condici¨®n ¨¦sta indispensable para cornenzar a negociar con sinceridad el futuro pol¨ªtico de Euzkadi y terminar de afianzar el futuro de la democracia y la Corona.