Semana de cine de los Pa¨ªses Catalanes
La Comisi¨®n de Madrid del Congr¨¦s de cultura catalana organiza una semana de cine, del 21 al 26 de marzo, en el Auditorium del C¨ªrculo Catal¨¢n, en Madrid plaza de Espa?a, n¨²mero 6. El programa comprende diversos actos, proyecciones y conferencias, que intentan recoger la problem¨¢tica planteada por la existencia misma de un cine que pueda llamarse catal¨¢n, en su proyecci¨®n hist¨®rica y tambi¨¦n en su realidad actual. Miguel Porter analizar¨¢ la etapa m¨¢s antigua en una exposici¨®n titula da Introducci¨®n y expansi¨®n del cine en Catalu?a, 1896-1905, con trozos seleccionados de filmes de la ¨¦poca (d¨ªa 21, ocho tarde), Ricard Blasco contemplar¨¢ la historia del cine en Valencia desde el 1909 al 1968, en un acto (d¨ªa 22, diez noche), en el que ser¨¢ proyectada la primera pel¨ªcula hablada en valenciano, El Fava de Ramonet, de Joan Andreu y Lluis Mart¨ª, de 1933. F¨¦lix Fan¨¦s va a analizar el ?cine y vida cotidiana en la posguerra?, con proyecci¨®n de fragmentos de filmes (d¨ªa 24, ocho tarde) y Carles Dur¨¢n se ocupar¨¢ del cine barcelon¨¦s durante los a?os sesenta con fragmentos de obras representativas, como Fata Morgana, de Vicente Aranda, 1966, y Cada vez que..., del mismo conferenciante. El acto est¨¢ programado para el 25 a las ocho.Adem¨¢s de los trozos antol¨®gicos que servir¨¢n de ilustraci¨®n a las diversas charlas, est¨¢n programados largos y cortos representativos, como Biotopo, de Carlos Mira (1974), Aproximaci¨®n a Mallorca, de Vicente Mata, ambas el d¨ªa 23, a las diez de la noche, y, sobre todo, la versi¨®n catalana de El Judas, de Ignacio F. Iquino.
Se podr¨ªa objetar que faltan algunas obras, no demasiado relevantes -por otra parte-como Verd Madur, de Rafael Gil, o, En Baldiri de la Costa, a mayor gloria de Joan Capri, por no citar a Laia, de Vicente Lluch, o a las rodadas normalmente en lengua catalana, como La ciutat cremada o La nova can?¨®, actualmente en exhibici¨®n comercial en el pa¨ªs, pero no cabe duda que la muestra ofrecida es bastante completa y, sobre todo, ambientada en el marco socio-cultural que permitir¨¢ comprender todas sus implicaciones.
El cine sonoro es, lo queramos o no, un hecho diferencial importante, una cala cultural que exige un determinado compromiso, una asociaci¨®n indisoluble de palabras e im¨¢genes, en pie de igualdad. Cada pueblo, cada comunidad o autor individual debe, tiene que expresarse, en su lengua propia. Reprimir por la fuerza este anhelo m¨¢s que leg¨ªtimo no conduce m¨¢s que a situaciones rid¨ªculas y surrealistas como la que ha afectado -y sigue pesando todav¨ªa-, sobre los pueblos catalanes. Para muchos habitantes de esta extra?a Celtiberia puede ser incomprensible el hecho de que los catalanes hablen en catal¨¢n, por una necesidad imperiosa, y no por fastidiar a los que no comprendan esta hermosa lengua, pero la existencia del gallego, vasco, catal¨¢n y castellano no es el resultado de un ins¨®lito azar, sino la culminaci¨®n de un largo proceso hist¨®rico enraizado y enviscado con el ser cultural m¨¢s profundo y aut¨¦ntico de cada comunidad. Ni los hombres ni las lenguas deben luchar entre s¨ª y as¨ª como la vieja querella de la belleza o superioridad de una lengua sobre otra es algo que, afortunadamente, carece de sentido, surge hoy, de forma incontenible, el derecho a usar la propia lengua, ¨²nica forma de garantizar una expresi¨®n po¨¦tica sincera y fecunda.
El cine catal¨¢n empieza a emerger y es f¨¢cil pronosticarle una existencia jubilosa y espl¨¦ndida, una capacidad de entendimiento que hasta ahora le han negado instrumentos e instancias opresivas. Este hecho no s¨®lo afecta a los catalanes, no es algo local ni reducido a unos cuantos millones de hablantes, sino que nos enorgullece y enriquece a los que compartimos -o estamos en situaci¨®n de compartir- la experiencia de la cultura de los pa¨ªses catalanes, hecha para todos los espa?oles, ya que, as¨ª como el castellano se habla en casi toda la pen¨ªnsula, tambi¨¦n los hombres que presumen de cultos deber¨ªan -deber¨ªamos-, conocer, hablar y entender la lengua de Llul, Verdaguer, Maragall y Espr¨ªu, tanto si nos llega en las obras literarias como en la fuerza viva de sus hablantes y, ?por qu¨¦ no?, en las pel¨ªculas habladas en catal¨¢n.
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