El programa nuclear espa?ol puede sufrir importantes paralizaciones
Espa?a podr¨ªa verse obligada a reconsiderar su ambicioso plan de construcci¨®n de centrales nucleares -en su gran mayor¨ªa de patente norteamericana- si contin¨²an las actuales trabas impuestas por Estados Unidos al suministro y reprocesamiento del combustible at¨®mico empleado en dichas centrales.
El temor norteamericano a la proliferaci¨®n at¨®mica y la falta de una pol¨ªtica clara y coherente sobre los controles que deben aplicarse a las ventas de uranio enriquecido y a su reprocesamiento, est¨¢n creando serios problemas a la industria espa?ola. Tales problemas fueron expuestos en una reciente reuni¨®n del Atomic Industrial Forum, celebrada en Nueva York, por un alto cargo de la empresa ?Centrales nucleares del Norte? (Centronor).Jos¨¦ L. S¨¢nchez, de la citada compa?¨ªa, resalt¨® en su intervenci¨®n que nuestro pa¨ªs ha firmado acuerdos sobre control de material at¨®mico con Estados Unidos y con la Agencia Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (IAEA). Dichos acuerdos son suficiente garant¨ªa de que Espa?a no piensa utilizar el combustible at¨®mico para la construcci¨®n de armas nucleares, pero los problemas comenzaron en 1974, cuando India hizo estallar su primera bomba at¨®mica, y aumentaron cuando Francia y la Rep¨²blica Federal de Alemania anunciaron su intenci¨®n de vender tecnolog¨ªa de reprocesamiento a pa¨ªses que, como es el caso de Espa?a, no han firmado el tratado de no proliferaci¨®n nuclear.
Nueva legislaci¨®n USA
Estados Unidos mantiene un estrecho control sobre el uranio enriquecido que vende a Espa?a y debe conceder un permiso especial para que los residuos de dicho material sean reprocesados en un tercer pa¨ªs. Durante el reprocesado del uranio es cuando se obtiene el plutonio, base de la bomba at¨®mica.Recientemente, Norteam¨¦rica dio permiso para que el uranio vendido a Espa?a fuera reprocesado en Francia y Gran Breta?a. Esta decisi¨®n provoc¨® grandes protestas entre algunos congresistas, que piensan que Estados Unidos pierde as¨ª el control del material at¨®mico y que ello puede derivar en una proliferaci¨®n de armas nucleares. Una nueva legislaci¨®n at respecto, mucho m¨¢s r¨ªgida, est¨¢ siendo estudiada actualmente por el Congreso norteamericano, y la nueva Administraci¨®n dem¨®crata parece decidida tambi¨¦n a fortalecer dichos controles.
Peligro para tres centrales espa?olas
Mientras se crea esa nueva legislaci¨®n, existe una situaci¨®n confusa y se producen grandes retrasos en la concesi¨®n de licen cias de exportaci¨®n de combustible nuclear, lo que perjudica a las centrales espa?olas, tres de las cuales se hallan ya en pleno funcionamiento y siete en avanzado estado de construcci¨®n. Seg¨²n el plan nuclear espa?ol, para 1985 debe haber diecisiete centrales at¨®micas operando.Por lo menos trece de estas centrales ser¨¢n construidas por empresas norteamericanas y el precio aproximado de cada una de ellas es de 2.000 millones de d¨®lares (casi 140.000 millones de pesetas). Obviamente, las empresas norteamericanas concesionarias temen que una excesiva rigidez en los controles impuestos, por el Departamento de Estado y la Agencia de Control de Armamentos sobre el Combustible Nuclear pueda obligar a Espa?a a reconsiderar su plan de energ¨ªa at¨®mica y, quiz¨¢, a volver la mirada hacia otros vendedores.
?El retraso en las licencias de exportaci¨®n -dijo el se?or S¨¢nchez ante el Atomic Industrial F¨®rum-, afectar¨¢ setiamente el comienzo de las operaciones comerciales de las nuevas centrales y tendr¨¢ repercusiones econ¨®micas sobre nuestro pa¨ªs.? Refiri¨¦ndose al caso concreto de la central Jos¨¦ Cabrera, el se?or S¨¢nchez dijo que, de seguir as¨ª, no podr¨ªa funcionar a finales de este mes, mientras que la de Santa Mar¨ªa de Garo?a quedar¨ªa sin combustible despu¨¦s de abril, lo que podr¨ªa llevar a ?cerrar la planta indefinidamente?.
El representante de ?Centronor? dijo que Espa?a no entend¨ªa el por qu¨¦ de estos retrasos y dilaciones, ni por qu¨¦ Norteam¨¦rica impon¨ªa condiciones al funcionamiento de las plantas nucleares, dado que ?Espa?a siempre ha cumplido escrupulosamente sus compromisos comerciales internacionales y respetado las garant¨ªas acordadas con el Gobierno de Estados Unidos y con la IAEA?.
El se?or S¨¢nchez pidi¨® que Norteam¨¦rica defina claramente de una vez su pol¨ªtica alrespecto y que, al mismo tiempo, indique qu¨¦ soluciones podr¨ªan encontrar los pa¨ªses afectados. ?En nuestra opini¨®n -concluy¨®- no existe justificaci¨®n al crear un problema tan serio y con tan serias consecuencias, sin sugerir, al mismo tiempo, una urgente e inmediata soluci¨®n. ?
Recientemente, un miembro de la C¨¢mara de Representantes norteamericana pidi¨® que el presidente Carter anulara el permiso concedido por la anterior Administraci¨®n para el reprocesamiento del uranio comprado por Espa?a, Jap¨®n y Suiza en terceros pa¨ªses. Asimismo, las presiones para que Espa?a firme el tratado de no proliferaci¨®n nuclear se han venido incrementando y contin¨²an previsiblemente con mayor fuerza, con la nueva Administraci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.