Equipo Realidad, cuadros de historia
En revistas y cat¨¢logos me hab¨ªa llamado la atenci¨®n ese cuadro de historia del Equipo Realidad, en que la sede de la Telef¨®nica barcelonesa y el comisario de Orden P¨²blico, Rodr¨ªguez Salas, comparten el lienzo. Uno, que en tiempos ley¨® con cierta emoci¨®n Hommage to Catalonia y que sigue compartiendo la desesperanzada esperanza de Orwell hacia lo que en 1937 representaban los hombres que ten¨ªa enfrente el estalinista Rodr¨ªguez Salas, pensaba que un cierto aire de aquellas ramblas, de aquel combate, flotar¨ªa por la estampa.L¨®gica desilusi¨®n la que se deriva de una visita a la exposici¨®n de Cuadros de Historia que los Realidad han montado en Madrid. La pintura dif¨ªcilmente ?cuenta ? algo, y menos, precisamente, cuando se lo propone. Cualquiera de las fotos utilizadas por los pintores, es en s¨ª mucho m¨¢s compleja que su transcripci¨®n pict¨®rica. Y es mucho decir esto de pict¨®rica, pues no acaba de estar muy claro a qu¨¦ nivel est¨¢ aqu¨ª presente la pintura: tal vez sea como un barniz que recubre el lienzo, un barniz que imita la fotograf¨ªa. Por otro lado, tampoco el material fotogr¨¢fico -todo ¨¦l girando en torno a la guerra civil- est¨¢ articulado en un sentido que llamar¨ªamos brechtiano, de manera a constituir una trama narrativa. Tan s¨®lo testimonios ?objetivos?, pretendidamente v¨¢lidos de por s¨ª.
Galer¨ªa Inguanzo
Antonio Ma¨²ra, 12.
Puede que haya quien le encuentre al ceremonial, al menos, oportunidad pol¨ªtica. Est¨¢ dentro del g¨¦nero de recuperaciones del pasado cercano, un g¨¦nero que en todos los campos florece abundantemente en estos tiempos pre-democr¨¢ticos. La cuesti¨®n ser¨ªa entonces ponerse a hablar de mayo del 37, del pacto de San Sebasti¨¢n o de las brigadas internacionales. Pero ?hace falta para ello la pintura? Creo que las pocas obras narrativas que operan en un sentido radical son aquellas (Fahlstrom, Err¨®, James Nutt) en que se subvierten los emblemas y los dispositivos sobre los que se opera. Todo lo dem¨¢s es, bajo otra fachada, la vieja historia del realismo social.
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