El general Eanes refuerza su presidencialismo en Portugal
El nombramiento del teniente coronel Loureiro dos Santos como segundo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas portuguesas y las reacciones suscitadas entre oficialidades superiores siguen ocupando en la prensa semanal.
Los comentaristas de todas las corrientes de opini¨®n consideran un¨¢nimemente que esta decisi¨®n es un acto de autoridad por partes de Eanes (para O Jornal, independiente de izquierda, se tratar¨ªa incluso de la primera decisi¨®n adoptada por el presidente, a pesar de la opini¨®n contrario de sus consejeros y amigos m¨¢s pr¨®ximos). Este acto de autoridad se incluye en una creciente intervenci¨®n del presidente en la direcci¨®n de los asuntos del pa¨ªs. Pero en lo que difieren los analistas es en lo que se refiere a la eventual orientaci¨®n ?de izquierda? o ?de derecha? de este reforzamiento del ?presidencialismo? del nuevo r¨¦gimen portugu¨¦s. Para los ?rganos moderados o conservadores, generalmente, y hasta para el semanario Expresso (independiente) el nuevo n¨²mero dos de las Fuerzas Armadas portuguesas es n¨ªtidamente no meloantunista, es decir, un miembro de las m¨¢s moderadas y, en la actualidad, ¨²nica tendencia activa de la ?izquierda militar?.
Por su parte, la prensa diaria centra su atenci¨®n en lo que pasa en el Alentejo, con el nuevo enfrentamiento —verbal por el momento— entre el Ministerio de Agricultura y los sindicatos y unidades colectivas de producci¨®n de la zona de reforma agraria. Las acusaciones mutuas son las habituales: el ministro acusa a los sindicatos de ser manipulados por el Partido Comunista y de plantear una guerra deliberada a los peque?os agricultores, hostiles al colectivismo. Los sindicatos replican acusando al ministro de hacer el juego de los latifundistas expropiados.
Como tel¨®n de fondo, existen sin embargo datos objetivos: el a?o agr¨ªcola se presenta francamente malo, quedando por definir la parte de responsabilidad que incumbe en esta situaci¨®n a las condiciones atmosf¨¦ricas (lluvias e inundaciones) o a la incuria de los responsables de la explotaci¨®n en unidades de producci¨®n.
En el plano social, tambi¨¦n hay que se?alar un ?nuevo fen¨®meno? en el Alentejo: la aparici¨®n de un n¨²mero creciente de peque?os agricultores que solicitan del Estado que les sean atribuidas tierras de las zonas expropiadas para probar fortuna, bien como propietarios independientes o bien trabajando en r¨¦gimen de cooperativa.
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