En Mosc¨² se delinea una nueva estrategia para Africa
Mientras el presidente Sadat, de Egipto, conversa con su colega norteamericano, Carter, en tono m¨¢s bien de circunstancias, progresa en Mosc¨² un nuevo criterio de ?lucha anticolonialista?. La agencia Tass extrae la esencia de las conversaciones que celebran con car¨¢cter de ?semiconjunci¨®n? Fidel Castro, el l¨ªder palestino, Arafat, y la troika sovi¨¦tica. Al tiempo, y sobre una perspectiva netamente mediterr¨¢nea, tambi¨¦n dialoga en Mosc¨² el jefe del Gobierno tunecino, Hedi Noiura.
Seg¨²n la Tass, ?cada vez es m¨¢s estrecha la vinculaci¨®n de una consolidaci¨®n de la paz y la lucha por la libertad y la independencia de los pueblos, hasta el punto de que ambos factores unidos caracterizan hoy el combate por el desarrollo?. Esta posici¨®n, explicitaba ahora, y la dudosa efectividad de la visita de Sadat a Washington mueven a la prensa conservadora alemana a preguntarse qu¨¦ busca realmente el presidente egipcio en Estados Unidos, tras su paso por Bonn y Par¨ªs.Para el Allgemeine Zeitung, de Francfort, conservador, no se entiende muy bien c¨®mo Sadat pueda defender a los palestinos -?terroristas? insisle en calificarlos este peri¨®dico- cuando ¨¦stos decidieron en su congreso de marzo, en El Cairo, proseguir la lucha, y cuando el propio Sadat se puso de parte de la izquierda libanesa durante la guerra civil que asol¨® este pa¨ªs el a?o pasado.
Mientras los alemanes le¨ªan ayer este comentario se daba a conocer que el presidente Carter niega la entrega de nuevas armas a Egipto. Esta decisi¨®n de la Casa Blanca ha suscitado nuevas espe ranzas en Mosc¨² respecto de una reaproximaci¨®n de Egipto. La presencia de Arafat en el Kremlin, a donde no acud¨ªa desde hace m¨¢s de un a?o, significa no s¨®lo una ocasi¨®n de informar a los sovi¨¦ticos sobre el congreso palestino, sino tambi¨¦n la de recibir una nueva visi¨®n de la pol¨ªtica que desarrollar¨¢ Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo y en el Tercer Mundo, en general.
Cuba, otro s¨ªntoma
El que Castro se encuentre inesperadamente tambi¨¦n en Mosc¨² y se entreviste tambi¨¦n con Arafat se ve como otro signo m¨¢s de que se ha producido un cambio sensible en la distribuci¨®n del mundo en base a zonas de influencia americana y sovi¨¦tica. Las primeras reacciones en torno a esta nueva pol¨ªtica no se han hecho esperar: el presidente del Banco Mundial, McNamara, encargado en principio de ?financiar? la operaci¨®nde mantener al Tercer Mundo al lado de Occidente, se ha apresurado a viajar a Bonn para entrevistarse con Brandt, jefe socialdem¨®crata y candidato al puesto de mediador entre pa¨ªses pobres y ricos. China ha denunciado el viaje del presidente sovi¨¦tico, Podgorny, por Africa y sus conversaciones ahora con Fidel Castro,porque ve en todo ello ?una escalada socialimperialista? en el continente negro.
Un grupo de pa¨ªses occidentales, entre ellos la RFA, han apremiado para que, cuanto antes, se celebren elecciones libres en Namibia y se agilice el proceso democratizador en Rodesia y Sur¨¢frica. Mientras tanto el primer ministro, Kosiguin, ha recalcado al jefe del Gobierno tunecino que ?las relaciones amistosas de la URSS con T¨²nez, Argelia y Libia son un factor decisivo para la paz en el Mediterr¨¢neo?.
En este contexto se intensifica la impresi¨®n de que Africa y el mundo ¨¢rabe se, encuentran cada vez m¨¢s cerca de decidir sobre la opci¨®n que presentan sus antiguas metr¨®polis y los pa¨ªses socialistas. De las primeras les separa la avidez de las grandes compa?¨ªas multinacionales, dentro de un contexto neocolonialista. De los segundos, el temor a que la URSS condicione su ayuda a la cesi¨®n de demasiadas bases navales en las costas africanas, con lo que Africa perder¨ªa sus perspectivas de neutralidad.
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