Malraux pero menos
Debray, Regis: "El indeseable"Libros de Monte Avila. Barcelona 1977. 291 p¨¢ginas.
El nombre de Regis Debray quedara ligado para siempre a una determinada oportunidad hist¨®rica fallida (la de la conquista por la v¨ªa armada, del poder pol¨ªtico en Am¨¦rica Latina), y a un nombre, el del Che Guevara, con quien comparti¨® parcialmente los avatares de la desdichada aventura boliv¨ªana. Debray -hoy consejero pol¨ªtico de Fran?ois Mitterrand, y, por tanto, militante del socialismo democr¨¢tico en Francia- intent¨® sintetizar la ?teor¨ªa foquista? de Fidel Castro en su pol¨¦mica obra Revoluci¨®n en la revoluci¨®n. Aquel texto parece, hoy por hoy, un tanto penclitado, algo as¨ª como un objeto arqueol¨®gico. Y, sin embargo, algunos culpan a Debray de haber llevado a la muerte a miles de personas que durante un tiempo consideraron sus hip¨®tesis -como dogmas de fe.
Debray cree que la escritura es un arma y hasta ahora su obra, que comienza a ser extensa, ha querido estar siempre al servicio de algo: al principio como justificaci¨®n te¨®rica del castrismo insurgente, despu¨¦s como instrumento propagand¨ªstico de la Unidad Popular chilena (Conversaciones con Salvador Allende), ¨²ltimamente como fermento cr¨ªtico de una de-terminada estrategia revolucionaria (Cr¨ªtica de las armas). Su novela El indeseable es tambi¨¦n una expresi¨®n de combate que recuerda sobre todo a Malraux en su Condici¨®n humana o en La esperanza. Claro que entre uno y otro autor las diferencias de calidad y contenido son enormes. Para un cr¨ªtico benevolente esta novela de Debray podr¨ªa ser algo as¨ª como un homenaje al maestro desaparecido. Un severo comentarista no tendr¨ªa m¨¢s remedio que calificarla de mediocre imitaci¨®n o de aproximaci¨®n defectuosa a un g¨¦nero perdido.
Todos los condimentos para. este tipo de manjares est¨¢n presentes en El indeseable, el extranjero que: va a un pa¨ªs tropical para hacer la revoluci¨®n, la bella revolucionaria criolla que lo ama y es amada, las diferencias entre los comunistas locales y el frente guerrillero, la omnipresente mano del imperiwlismo, los centuriones corruptos y represores, el agente provocador, y naturalmente, la muerte en combate del generoso extranjero. Debray ha querido ali?ar semejante vulgaridad con una forma literaria brillante, cierto oficio de escritor y no pocas reflexiones pol¨ªticas. Pero estos valores mal pueden justificar el tono moralista y maniqueo del relato. Y sobre todo, su frivolidad. Una frivolidad que subyace en todo el texto y que se manifiesta a cada instante. El autor, fascinado por sus safaris revolucionarios a trav¨¦s de Am¨¦rica tempetuosa, no ha sido capaz de construir un mundo propio ni de testificar siquiera con veracidad una situaci¨®n vivida.
Con la publicaci¨®n de El indeseable ¨ªnicia sus actividades en Espa?a Editorial Monte Avila, nacida en Caracas y trasplantada s¨®lo parcialmente a Barcelona, gracias al talento de un espa?ol del ¨¦xodo, Benito Milla. La impresionante labor cultural realizada en Venezuela por Monte Avila editorial que goza de protecci¨®n oficial, y que en pocos a?os se ha colocado a la cabeza de las publicaciones hispanoparlantes- tal vez tenga en tierras catalanas un correlato de igual fuste y parecida ambici¨®n.
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