El almirante Pita da Veiga
Con el almirante Pita da Veiga se ha marchado un buen pol¨ªtico: un pol¨ªtico que encarnaba una de las mejores acepciones de la pol¨ªtica, aqu¨¦lla que consiste en la representaci¨®n de las necesidades e intereses de un colectivo. La Marina ha tenido, durante estos cuatro a?os en que Pita ha sido ministro, a un puntual cumplidor de su tarea de gobierno: la administraci¨®n, al d¨ªa; la rendici¨®n precisa de cuentas, al final del a?o; la se?alaci¨®n de objetivos y el repaso de resultados, desde la primera hora. Para los que siguen con inter¨¦s los cambios en el estado de preparaci¨®n de nuestras; Fuerzas Armadas ha sido siempre confortador el re paso, anal¨ªtico y cr¨ªtico, a la situaci¨®n militar de la Mar?na, mantenido en regulares discursos con motivo de la Pascua Militar, en los que el ministro se presentaba, junto con el jefe del Estado Mayor de la Armada, a presentar sus cuentas.Bajo el gesto adusto y, a veces, antip¨¢tico, Pita ha sabido infundir un esp¨ªritu de entrega a la causa de la Marina, que ha supuesto sacrificios personales enormes para la mayor¨ªa de la oficialidad, y aun renuncias de ambiciones profesionales y vocacionales que se considerar¨ªan leg¨ªtimas en tantas carreras. Igualmente mantuvo una tesonera campa?a de alerta sobre la dependencia vital que Espa?a sufre respecto del mar.
En cuanto a su responsabilidad p¨²blica sobre la Marina de Guerra te ha tocado encajar dos golpes graves a los planes navales: la elevaci¨®n de los precios de los combustibles, recortando las horas navegables de las unidades, y el aumento fulminante de los Costos de producci¨®n, infligiendo reducciones sobre las previsiones del plan de modernizaci¨®n naval.
En el terreno doctrinal hay que se?alar que ha conseguido la homologaci¨®n de los patrones de organizaci¨®n, t¨¢ctica y log¨ªstica de la flota, con los predominantes en las m¨¢s avanzadas potencias navales, esto es, con los de la OTAN. En este orden de cosas, la Revista General de la Marina ha mantenido, en general, un elevado tono intelectual. Tambi¨¦n se debe a Pita el desarrollo de una doctrina pol¨ªtico-estrat¨¦gica por la cual la dimensi¨®n naval de Espa?a se potencia en el contexto de una alianza de naciones mar¨ªtimas. Y ello a pesar de que su fidelidad pol¨ªtico-ideol¨®gica al pensamiento de Carrero Blanco le pod¨ªa inducir a buscar soluciones en un marco estrictamente nacional.
Durante su mandato, la Marina ha mantenido y aumentado su capacidad oce¨¢nica, ha defendido su participaci¨®n en el esfuerzo defensivo global de Espa?a y ha seguido aumentando la l¨ªnea de perfeccionamiento profesional de sus hombres. Con Pita no s¨®lo se marcha un buen jefe. Se marcha tambi¨¦n un excelente representante de los intereses de la Marina. En este momento de Espa?a en que la pregunta crucial es la de qui¨¦nes pueden ser los buenos representantes del pueblo, no es mala cosa poder decir: ?Ese ha sido un buen representante de sus camaradas.?
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