Pocas posibilidades de aumentar la participacion espa?ola en aguas comunitarias

Decididamente nada marcha en materia de relaciones Espa?a-CEE. Hay problemas en la adaptaci¨®n del Acuerdo, siderurgia, pesca, textiles, quesos, chapas esmaltadas y otros productos en perspectiva.

Raimundo Bassols, embajador de Espa?a ante las Comunidades Europeas, regres¨® este fin de semana de una corta estancia en Madrid. Se opina que vuelve con instrucciones para intentar evitar el naufragio de los pesqueros del Cant¨¢brico. Trae tambi¨¦n propuestas para salvar la cara en materia de adaptaci¨®n t¨¦cnica del Acuerdo Comercial de 1970.Adaptaci¨®n que los comunitarios proponen, en dos etapas, aceptada primero por el Ministerio de Asuntos Exteriores y, aparentemente, rechazada despu¨¦s por los ministerios econ¨®micos. Todo un ¨¦xito para la buena imagen de la seriedad de la Administraci¨®n espa?ola ante los temas comunitarios.

En pesca, la situaci¨®n est¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Los comunitarios parecen dispuestos a que se apliquen, contra viento y marea, las normas de 124 licencias para barcos espa?oles. Madrid responde con la natural oposici¨®n de los pescadores espa?oles, que ven negros nubarrones en el interior de las doscientas millas de aguas de pesca CEE.

Las razones de Bruselas para limitar el acceso de barcos hispanos en aguas de la CEE son conocidas. ?Todos los pa¨ªses han extendido sus aguas de pesca a doscientas millas. Los pescadores comunitarios han debido abandonar parcialmente las zonas de pesca tradicionales de Islandia o Noruega. Es l¨®gico que se refugien en el interior de las doscientas millas CEE y que repartamos con prioridad los cupos de pesca?, dicen los espertos comunitarios.

A?aden que el sistema de licencias no es discriminatorio para Espa?a, teniendo en cuenta que Madrid no ofrece contrapartidas pesqueras a la CEE. Recuerdan que las licencias se aplican tambi¨¦n a rusos, polacos, alemanes del Este, portugueses, suecos y americanos, por citar los casos m¨¢s significativos.

Los argumentos socioecon¨®micos que Bassols pueda explicar a Simonet, director de Pesca en la Comisi¨®n Europea, o a los embajadores representantes, permanentes de los Nueve en Bruselas, no constituir¨¢n ninguna novedad. Ullastres lo hizo ya con los resultados que hoy sufrimos.

La aplicaci¨®n de las doscientas millas de pesca en casi todos los pa¨ªses del mundo provoca tambi¨¦n tensiones entre los propios comunitarios. La limitaci¨®n de acceso a otras zonas del Atl¨¢ntico Norte obliga a muchos pesqueros de pa¨ªses comunitarios a ieplegarse en el interior de la zona.

Ante tal situaci¨®n es comprensible -desgraciadamente para los pescadores espa?oles- que cada Gobierno de los nueve defienda los intereses de sus propios pescadores-electores. Incluso en el caso de nuestros padrinos franceses ante las instancias comunitarias..., que propon¨ªan s¨®lo 63 licencias para pesqueros espa?oles. La cifra de 124 les parec¨ªa ?exagerada?.

Tambi¨¦n llegamos los ¨²ltimos en el pelot¨®n de candidatos a la adhesi¨®n. En una carrera en la que Espa?a podr¨ªa haberse adelantado en momentos en que la expansi¨®n econ¨®mica hac¨ªa m¨¢s f¨¢cil la entrada en el club comunitario. Club que proteje a sus socios ante todo. O se es miembro o te quedas discriminado. De ah¨ª que las tensiones hispano-comunitarias de hoy -que ir¨¢n aumentando- no sean m¨¢s que el desgraciado producto de demasiados a?os de Spain is different.