La princesa Irene, expulsada de Espa?a
A las 8.30 de la ma?ana del domingo, el Partido Carlista expres¨®, en una rueda de prensa celebrada en Pamplona, que el castillo de Javier ser¨ªa la soluci¨®n ?de repuesto?. Se sab¨ªa ya entonces que Estella y Montejurra hab¨ªan quedado ?aisladas? del resto de la provincia por f¨¦rreros controles policiales que imped¨ªan el acceso a la local¨ªdad con excepci¨®n hecha de residentes y Deriodistas. M¨¢s de una docena de controles se situaron en las carreteras que unen Estella con Zaragoza, Logro?o, Vitoria y Pamplona, en un radio de veinte kil¨®metros.Las informaciones cifraban en cerca de 3.000 -entre Guardia Civil y Polic¨ªa Armada- los hombres utilizados en este dispositivo de ?sitio? utilizado ya con ¨¦xito con motivo de la ?cumbre? de alcaldes vascos de Echarri Aranaz y del ¨²ltimo ?Aberri Eguna? celebrado en Vitoria. En esta ocasi¨®n, no obstante, la Guardia Civil entreg¨® a los automovilistas afectados un plano con las posibles soluciones al problema que el ?bloqueo? de Estella pudiera producirles. Los carlistas calculan que cerca de 8.000 automovilistas fueron afectados por estas medidas restrictivas.
En los d¨ªas anteriores a la celebraci¨®n de Montejurra se comprob¨® la presencia de una compa?¨ªa de escaladores en lo alto del monte. En sus faldas, miembros de la Guardia Civil vigilaban cualquier tipo de movi.miento. Hasta diecis¨¦is camiones de caballos se llevaron a Estella previendo iniervenciones de la fuerza p¨²blica montada. La vigilancia era tal que incluso se prohibi¨® llegar hasta la campa de Irache en la v¨ªspera a un cantero que se desplaz¨® all¨ª con el fin de grabar los nombres de Aniano Eni¨¦nez y Ricardo Garc¨ªa Pellejero, en un monolito colocado all¨ª en su memoria.
A la misma campa llegar¨ªan s¨®lo en la ma?ana del domingo el procurador guipuzcoano Gabriel Zubiaga y Salvador Nadal, de sesenta a?os, que desde hace veinte acude puntualmente cada a?o a Montejurra, vestido con su uniforme ra¨ªdo y condecorado.
Expulsi¨®n de do?a lrene
Desafiando la prohibici¨®n, la plana mayor del carlismo sali¨® de Parriplona. camino de Estella a las 9.30 de la ma?ana del domingo. A las diez de la ma?ana Jos¨¦ Mar¨ªa Zabala llegaba al control situado a la salida del pueblo de Puentelarreina.
Diez minutos m¨¢s tarde, y a bordo de un Seat 132, matr¨ªcula MA-0684-D, conducido por el arquitecto rnalague?o Guillermo Garc¨ªa, llega al control la princesa Irene. Vest¨ªa luto riguroso. El secretario del Partido Carlista le comu.nica la prohibici¨®n de seguir y le hace entrega de una carta Personal dirigida a ella por Carlos Hugo antes de partir para Suiza.
La princesa Irene insiste en continuar viaje a Irache y se produce el primer enfrentamiento verbal entre Zabala y el capit¨¢n de la Guardia Civil. El oficial comunic¨® a Zabala que por orden del goberndor de Navarra do?a Irene deb¨ªa quedar retenida en tanto se le enviaba una escolta. Se presiente que Irene va a ser expulsada del pa¨ªs. Este dato hace creer el asedio de los informadores en torno a la esposa de Carlos Hugo, que declaraba: ?El pueblo espa?ol sigue amordazado. Es un atropello.?
Un teniente coronel y un comandante llegan a Puentelarreina a las 11.15 de la ma?ana. Poco despu¨¦s, el coche de la princesa Irene, escoltado por cuatro coches de la Guardia Civil, sale con destino a la frontera. Zabala queda detenido en el cruce, igual que Zufia y Arraiza, que ser¨ªan puestos en libertad hora y media despu¨¦s.
La escolta conduce a la princesa Irene a trav¨¦s de un tortuoso recorrido por carreteras secunda las, hasta la frontera de Ibardin (Navarra). Por el camino, todo un montaje de pel¨ªcula se desarrolla en torno al s¨¦quito. Sistem¨¢ticamente en cada cruce, a su vista un coche conducido por un capit¨¢n se adelanta quedando cruzado rara tratar as¨ª de evitar una ?fuga! Desde una distancia prudencia vigila el helic¨®ptero de la Guard¨ªa Civil.
En Ibardin -puesto fronterizo navarro- y entre grandes medidas de seguridad y despliegue policial, la princesa Irene -a la que no se le hab¨ªa dado tiempo a recoger su equipaje- se ni¨¦ga a cruza - la frontera si no les son devueltos sus efectos personales. Su abogado, se?or Arraiza, retenido en el cruce de Puentelarreina, ser¨¢ finalmente quien hacia la 1.45 de la tarde lleve su equipaje hacia la frontera El mismo relat¨® a EL PA?S la seguada parte de una expulsi¨®n poco clara.
?La princesa se neg¨® a pasir a Francia hasta que de forma escrita no se le dieran las razones de su expulsi¨®n, que era ilegal, puesto que ella hab¨ªa entrado en Espa?a por la frontera de Ir¨²n con su pasaporte de s¨²bdita holandesa. "Son ¨®rdenes verbales las que tenemos", nos dec¨ªan. Exigimos entonces un documento en el que certificaran que hab¨ªa recibido tales ¨®rdenes verbales y de qui¨¦n. ?
?Por fin -a?ade- un capit¨¢n orden¨® que un ch¨®fer de la Guar" dia Civil condujera el coche de la princesa Irene hasta el l¨ªmite fronterizo, a lo que se neg¨® el conductor del coche -responsable del partido en Andaluc¨ªa-, quien al final decidi¨® realizar ¨¦l mismo el paso. Cuatro veh¨ªculos de la Guardia Civil acompa?aron al coche hasta la ?zona de nadie?, en donde se echaron a un lado. All¨ª, ya pr¨¢ct¨ªcamente en Francia, le dejaron. Do?a Irene decidi¨® ya seguir a Francia.?
Concentraci¨®n en Javier
El peregrinaje carlista por las carreteras navarras terminaba a la una de la tarde en el castillo de Javier, a unos setenta kil¨®metros del prohibido Montejurra. Bien es cierto que el camino de Javier no fue cerrado en ning¨²n momento y la Guardia Civil s¨®lo hizo su aparici¨®n cuando iba a dar comienzo la misa-funeral por don Javier de Borb¨®n-Parma y en ning¨²n momento lleg¨® a intervenir.
Poco antes llegaba al castillo la princesa carlista Mar¨ªa Teresa, fuertemente protegida por los servicios de seguridad carlistas, que en todo momento dieron muestras de eficacia.
Banderas de las distintas nacionalidades del Estado espa?ol, junto con pancartas de amnist¨ªa y legalizaci¨®n de todos los partidos, presidieron el acto pol¨ªtico que se celebr¨® a las puertas del templo. El secretario general del Partido Carlista de Euskadi, Mariano Zuf¨ªa, recalc¨® que en ning¨²n modo estaban dispuestos a volver a las catacumbas y que su decidida voluntad de participar en las elecciones estaba pendiente ¨²nicamente de la concesi¨®n de la amnist¨ªa, ?no como una gracia que pueda conceder el Gobierno -explic¨®-, sino porque estos hombres han luchado por la libertad, contra una v'olencia institucionalizada?.
Despu¨¦s de guardar un minuto de silencio por don Javier y por los dos hombres muertos el pasado a?o en las faldas de Montejurra, Jos¨¦ Mar¨ªa Zabala se?al¨® que los tres hab¨ªan muerto v¨ªctimas de la ultraderecha franquista. ?Ricardo y Aniano cayeron bajo las balas fascistas, nuestro viejo rey Javier por la maniobra de la ultraderecha que ha intentado manchar la imagen pura de un hombre venerable. No lo han conseguido, pero lo ha pagado con su vida, porque anteayer mismo le dec¨ªa a don Carlos: Vete a Montejurra, que es tu deber, no te preocupes por m¨ª.?
El se?or Zabala subray¨® luego que el Gobierno no ser¨¢ dem¨®crata mientras quede un partido por legalizar o un preso en la c¨¢rcel. Este planteamiento coincid¨ªa tambi¨¦n con el mensaje de Carlos Hugo. que fue le¨ªdo al t¨¦rmino del acto. En ¨¦l se negaba al Gobierno. surgido de una dictadura, la virtualidad de convertirse en l¨ªder de una evoluci¨®n democr¨¢tica. Calific¨® las pr¨®ximas elecciones de trampa pol¨ªtica que va a imposibilitar una aut¨¦ntica participaci¨®n popular.
En este mismo sentido se manifest¨® al final Mar¨ªa Teresa de Borb¨®n-Parma, que declar¨® a EL PAIS: ?Una democracia no puede tener otro presupuesto que la libertad de todos los partidos y principalmente de aquellos que han luchado por traer la democracia.? La expulsi¨®n de la princesa Irene fue calificada como ?un acto de represi¨®n inadmisible?. Mar¨ªa Teresa declar¨® tambi¨¦n que las maniobras de su hermano Sixto hab¨ªan afectado profundamente a su padre. ?Desde los acontecimientos del a?o pasado -a?adi¨®- no ha habido ninguna relaci¨®n con Sixto. No pod¨ªa haberla.?
Al margen del funeral, celebrado en tierras navarras, el Partido Carlista informa que los restos mortales de don Javier ser¨¢n enterrados, en estricta intimidad familiar, en la abad¨ªa benedictina de Solesmes (Francia), donde profesan dos heririanas del finado.
Con asistencia de unas 2.000 personas se celebraron, por otra parte, ayer en Estella, los funerales por Ricardo Garc¨ªa Pellejero y Antonio Jim¨¦nez, muertos durante los sucesos ocurridos el pasado a?o en Montejurra. Con ocasi¨®n del primer aniversario, la localidad estellesa vivi¨® una jornada de luto, con cierre de bares, comercios y muchas de las principales industrias.
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