Fotonovela para adultos
?Cu¨¢ntas pel¨ªculas se han estrena do a lo largo de esta temporada cuya acci¨®n sucede en un internado de muchachas? Cuatro o cinco todas cortadas por el mismo patr¨®n, todas fiando el ¨¦xito al inter¨¦s que un p¨²blico maduro debe sentir por el despertar sexual de las adolescentes.Todas comienzan el d¨ªa en que se inicia el curs¨®. la mayor¨ªa se cierra con el final de las clases y casi todas, sin excepci¨®n, responden a esquemas parecidos, con sus profesores conscientes o no, necios o confidentes. en ambientes tradicionales o modernos, que esta vez se sit¨²an en Estados Unidos. Hay una fiesta, hay clases de gimnasia. hay primeras experiencias sexuales que no se muestran al p¨²blico a quien estos filmes van dirigidos. porque tal p¨²blico no gusta de que se vean tales cosas aunque s¨ª de los detalles, palabras, confidencias. que le confieren una especial condici¨®n de ?voyeur? mirando, o mejor, escuchando a trav¨¦s de la cerradura de una vedada e invisible puerta.
Nuestro tiempo
Gui¨®n de Jane C. Santon. Direcci¨®n: Peter Hyams. M¨²sica: Michel Legrand. Int¨¦rpretes: Pamela Sue Mart¨ªn. Betsy Slade. Parker Stevenson, George Ohanlon. EE.UU. Dram¨¢tica. 1976. Local de estreno: Cine Paz.
Esta t¨¦cnica repetida, y que pudiera perecer de testimonio, no es sino una variedad torpe y burda. a la vez, del af¨¢n por mantener el inter¨¦s a costa de un erotismo vacuo. que ni aun as¨ª consigue, a veces, sus prop¨®sitos. Cuando tal fin no llega a alcanzarse, se carga la mano, como en esta ocasi¨®n, con un aborto, contado, elaborado y presentado con todo lujo de detalles superficiales, sin dramatismo alguno, como en los seriales radiof¨®nicos, sin una raz¨®n a favor o en contra. pues ya se sabe que en estos casos es preciso jugar todas las cartas a fin de quecualquiera que sea la opini¨®n del espectador, ¨¦ste salga. por supuesto, complacido.
Para los partidarios del abort¨® se nos presenta al m¨¦dico que lo lleva a cabo, como un semiprofesional, joven y hasta comprensivo. Para aquellos otros que est¨¢n en contra. se hace morir a la muchachacon lo que, adem¨¢s de condenarla a un castigo ejemplar, se supone que escarmentar¨¢n todos aquellos que se arriesgan a experiencias parecidas.
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