Con "La Traviata" se clausura el Festival de la Opera

Hay que felicitar a los organizadores del Festival de la Opera. Encontrarse, de pronto, con una Traviata de clausura en la que fallan los dos protagonistas no es grano de an¨ªs. Sin embargo, fueron sustituidos por dos primer¨ªsimas figuras de la l¨ªrica: el espa?ol Kraus, sobre el que toda ponderaci¨®n resulta ociosa, y, la soprano Elena Mauti Nunziata, que tanta sensaci¨®n causara con su Micaela de 1975 en la Arena de Verona. Con lo que tuvimos un cierre de festival excelente, como correspond¨ªa a la entera trayectoria del ciclo.La Nunziata posee una voz de bell¨ªsimo timbre, consistente, mullida, de f¨¢cil emisi¨®n y buena potencia. Medios que la cantante gobierna con gran inteligencia musical para establecer una inmediata comunicaci¨®n con el p¨²blico. El que llenaba la Zarzuela respondi¨® con justificado entusiasmo. De Kraus s¨®lo pueden escribirse juicios positivos. La perfecci¨®n de su l¨ªnea, la elegancia con la que nos hace llegar el gran mensaje rom¨¢ntico, la noble impostaci¨®n de su esencialidad l¨ªrica est¨¢n tocadas, adem¨¢s, por un algo cordial y humano que, sin excesos teatrales, penetra muy hondo en el ¨¢nimo de quienes escuchan al fabuloso tenor canario. As¨ª, la Violeta Valery y Alfredo fueron encarnados -nunca mejor empleada la palabra- con realismo po¨¦tico y estilizaci¨®n art¨ªstica. Juntos se nos daban los personajes y los mitos en que vinieron a convertirse gracias a la elevaci¨®n melodram¨¢tica de Verdi en uno de sus grandes climax: el que corona, acaso, su primer estilo. Hacer del teatro intimidad y del sentimiento cosa teatral es algo tan dif¨ªcil que s¨®lo talentos como el de Verdi pueden proponer y m¨¦ritos como el de la Nunziata y Kraus realizar.

Al lado de la sorprendente pareja, Vicente Sardinero exhibi¨®, una vez m¨¢s, su Giorgio Germont. Sardinero es la seguridad. No existen problemas con ¨¦l. Al contrario, su solo nombre garantiza -en lo general y en los matices- no s¨®lo firmeza, sino belleza de l¨ªnea, nobleza de timbre, emoci¨®n contenida y comprensibilidad exacta del personaje. Sardinero fue tambi¨¦n protagonista del ¨¦xito.

El resto del reparto -la Burger, la Fontdevila, Pons, Catania, Carta, Manzaneda- se comport¨® dentro de una buena t¨®nica, con mayores luces seg¨²n el inter¨¦s de los personajes a su cargo. Seguro, brillante, el Coro de la ABAO y excelente la orquesta Ciudad de Barcelona, cuya aportaci¨®n al festival madrile?o ha resultado decisiva. El p¨²blico ha mostrado su admiraci¨®n y gratitud a los m¨²sicos barceloneses rode¨¢ndolos de ovaciones, especialmente significativas. El maestro Francis Balagna dej¨® bien sentado su oficio y yo dir¨ªa que su devoci¨®n por los pentagramas verdianos. El resto -escenarios, figurines, ballet-, tradicional y hereditario.