Fernando Onega
De todo este metesaca del Gobierno de centro-izquierda, centro-derecha, centro-centro y derecha-derecha, hay una cosa o un se?or que a m¨ª me tiene en un grito, porque no s¨¦ qui¨¦n es ni qu¨¦ rayos hace, pero que al parecer tiene mucha mano: Fernando Onega.
- S¨ª, hombre -me dice Luis Otero, que es algo as¨ª como mi conciencia period¨ªstica- Este es aquel que hac¨ªa en Pueblo una secci¨®n parecida a la de Pedro Rodr¨ªguez.
Bueno, entonces no entiendo por qu¨¦ el presidente, siendo el presidente, no ha llamado a Pedro Rodr¨ªguez para las altas funciones de escriba de la Moncloa.
-Es, que Pedro Rodr¨ªguez hab¨ªa escrito eso de que ?Franco tiene todav¨ªa un coraz¨®n de teniente?.
Y esas cosas marcan, claro. Pero Rodr¨ªguez tiene buena pluma, es el ¨²ltimo estilista del huecograbado del Arriba, antes de que quitasen el yugo, las flechas y la cosa. Me llama Paloma Avil¨¦s, del Arriba:
-Que alguien me ha cogido el libro tuyo que me enviaste dedicado y te han hecho una cr¨ªtica destructiva.
No importa. Hay quien conserva el yugo y las flechas en el coraz¨®n, aunque se las hayan quitado de la mancheta. Digo que el presidente ten¨ªa que haber llamado a Pedro Rodr¨ªguez corno perito cal¨ªgrafo para los discursos, pero a quien realmente ten¨ªa que haber llamado es a m¨ª.
-?Qu¨¦ tiene el estilo literario del se?or Onega que no tenga el m¨ªo? -le pregunto a Luis Otero.
Pero Luis fuma lleno de retranca galaica y no dice nada. ? Franco hab¨ªa unos se?ores que, e escrib¨ªan muy bien aquello de la conspiraci¨®n judeomas¨®nica y la conjura internacional, que eso a m¨ª no me habr¨ªa salido tan redondo, pero Su¨¢rez, que es de nuestra generaci¨®n, un hijo e Kennedy como nosotros, ten¨ªa que haber cont,ado con los escritores de su tiempo, con los contempor¨¢neos y, sobre todo, conmigo, que soy el m¨¢s contempor¨¢neo de todos.
-Onega tambi¨¦n es bastante contempor¨¢neo -galleguea Luis Otero.
Detr¨¢s de la Revoluci¨®n Francesa estaban Voltaire y Rousseau. Detr¨¢s de la Revoluci¨®n rusa est¨¢n Marx y Engels. Detr¨¢s de la reforma democr¨¢tica espa?ola est¨¢ Fernando Onega. Y eso se nota. El hombre que realmente ha ganado el refer¨¦ndum (dicen que escribi¨® aquel discurso de Su¨¢rez) y luego ha ganado las elecciones (dicen que tambi¨¦n escribi¨® este discurso) es un ep¨ªgono de Pedro Rodr¨ªguez. Pienso que Pedro Rodr¨ªguez lo habr¨ªa hecho mejor literariamente, y en cuanto, a lo del yugo y las flechas que dec¨ªamos antes, a los dos se les nota lo mismo.
Entre Onega e Ignacio Camu?as, me parece que Su¨¢rez -insisto- viene ignor¨¢ndonos a los hombres de la palabra que ha dado su generaci¨®n, que es la nuestra. Ignacio Camu?as, siendo editor, me explicaba una vez que el libro es a la televisi¨®n lo que la carreta al aeroplano, o sea, que fuera libros. Y me pregunto aqu¨ª lo que me preguntaba y se preguntaba Larra en el caf¨¦ del Pr¨ªncipe, mientras tom¨¢bamos chocolate con picatostes en compa?¨ªa del actor Pepe Mart¨ªn, que se fijaba mucho para hacer de Larra en la Teleans¨®n:
-?Entre qu¨¦ gente estamos?
Pilar Urbano ha escrito que orillas de la Moncloa cantan los grillos politicastros, que es una greguer¨ªa que habr¨ªa Firmado yo en nombre de Ram¨®n. Tambi¨¦n ha escrito Pilar Urbano cosas muy l¨ªricas sobre la lucecita nocturna de la Moncloa, en paralelismo con el citado y elogiado Pedro Rodr¨ªguez y en paralelismo con otra lucecita o candela hist¨®rica que ard¨ªa en la noche de la sierra -hace tanto tiempo-, o sea, en El Pardo. No s¨¦ s¨ªes iron¨ªa soltera de mujer casta o que estamos empezando a mitificar y caudillizar a Su¨¢rez.
La Moncloa, en fin, necesita un estilista y ese ten¨ªa que seryo. Se lo voy a pedir a Rafael Ans¨®n el d¨ªa que coma con ¨¦l. Fernando Onega, la pluma del refer¨¦ndum y las elecciones, la pluma que mueve hoy la historia de Espa?a, no es una gran pluma, y eso a la larga se paga. Por eso digo que me ten¨ªan que llamar a m¨ª.
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