El impuesto sobre el patrimonio, nuevo instrumento fiscal
De todas las medidas econ¨®micas anunciadas por el Gobierno, la m¨¢s espectacular y comprometida sin duda alguna es la creaci¨®n de un impuesto sobre el patrimonio.Por primera vez en la historia fiscal de este pa¨ªs se va a exigir una contribuci¨®n s¨®lo a los ricos, sea dicho esto sin ninguna connotaci¨®n peyorativa de lucha de clases ni cosa que se le parezca.
Entre nosotros, nunca fueron los impuestos plato de gusto, ni para las clases modestas ni para las poderosas. Ahora bien, por lo general s¨®lo estos ¨²ltimos pod¨ªan sacudirse en parte la presi¨®n Fiscal, bien escamoteando en las Cortes los proyectos de ley, bien escamoteando en sus despachos los beneficios. Esta satisfacci¨®n, sin embargo, le era negada a la gran masa de contribuyentes modestos, que son los que tradicionalmente han soportado un m¨¢s alto porcentaje tributario. Su ¨²nica compensaci¨®n freudiana era el hacer chistes sobre el fisco, en lo que, indudablemente, han debido batir marcas mundiales.
Un acierto sicol¨®gico
En estos momentos en que se piden sacrificios laborales y econ¨®micos a todo el mundo., la creaci¨®n de este impuesto, aparte su innegable justicia distributiva, supone un acierto desde el punto de vista psicol¨®gico. Si hay que apretarse el cintur¨®n, como nos dicen, que lo hagan tambi¨¦n ?los que usan tirantes?, como dijo muy gr¨¢ficamente Felipe Gonz¨¢lez. Porque en pa¨ªses como el nuestro es, precisamente, donde el impuesto sobre el patrimonio debe cumplir su misi¨®n compensadora. Como las rentas de trabajo, cobradas mediante n¨®mina y normalmente declaradas por las empresas, suelen llegar a conocimiento de? fisco, la presi¨®n fiscal sobre ¨¦stas se est¨¢ intensificando a gran velocidad en estos ¨²ltimos a?os, cosa que no ocurre con otros ingresos, entre ellos los de sociedades. V¨¦ase, al efecto, la evoluci¨®n de ambos impuestos en el cuadro siguiente:
Esto nos lleva al hecho de que al ser m¨¢s dif¨ªcil la evasi¨®n de impuestos en las rentas de trabajo sean las capas medias de la sociedad las que soportan, proporcionalmente, mayor parte de la carga fiscal. Seg¨²n ?in estado aparecido en la revista Hacienda P¨²blica Espa?ola, n¨²mero 26 ' confeccionado por L. P¨¦rez. resultaba que los contribuyentes con rentas inferiores a 60.000 pesetas, en 1970, soportaban un tipo real de gravamen del 36,44%; los que ten¨ªan ingresos entre 60.000 y 120.000, el 26,93%, y as¨ª, iba disminuyendo el porcentaje a medida que ascend¨ªan los ingresos, llegando, en las cabezas, aun 17% a partir de cuatro millones.
El corolario obligado de esta situaci¨®n fiscal es que una imposici¨®n que tienda a gravar m¨¢s fuertemente de arriba a abajo, como es el caso en el nuevo ?mpuesto, equilibrar¨¢ un poco esta curva descendente de presi¨®n tributaria, sobre todo si se combina adecuadamente con un reforzamiento de los tipos impositivos sobre las herencias y sobre las plusval¨ªas de la propiedad inmobiliaria.
Es de esperar que en nuestro pa¨ªs, este impuesto sobre el patrimoni¨® levante fuerte polvareda entre las oligarqu¨ªas hasta ahora omnipotentes. Porque es indudable que dicho impuesto ha de llevara un m¨¢s exacto conocimiento de las grandes fortunas, y esto tiene numerosas implicaciones pol¨ªticas. Si, como es de esperar, el inventario de los bienes pose¨ªdos por los poderosos no va a ser hurtado, mediante alguna otra ley de ?propiedad intelectual?, a los ojos del ignaro contribuyente medio se van a conocer cosas muy inesperadas y sabrosas.El impuesto sobre el patrimonio en EuropaNo s¨¦ si al ser este impuesto ?mal de muchos?, ser¨¢ menor la pena de los pudientes del pa¨ªs. Sepa el contribuyente aut¨®ctono que el impuesto sobre el patrimonio existe en todos los pa¨ªses del occidente europeo, excepto ,enGran Breta?a, Francia, Italiay Espa?a,au nque en Ics dos primeros se encuentra ya en proyecto oficial. En Alemania, por ejemplo, creado nada menos que en 1893, se exige a partir de un capital de 70.000 marcos, al tipo fijo del 0,7% y produjo una recaudaci¨®n en 1975 de unos
130.000 millones de pesetas. En Inglaterra se proyecta gravar las fortunas a partir de 100.000 libras, con un tipo progresivo que ir¨ªa desde el 1 al 5%.En Francia, las circunstancias que rodean a los estudios preliminares son bastante conocidas. Las cuestiones laborales, tributarias y sociales del vecino pa¨ªs se parecen en muchos aspectos a las nuestras. Es sintom¨¢tico que la implantaci¨®n, del impuesto sobre el patrimonio haya sido recibido con satisfacci¨®n por gran parte de la poblaci¨®n -60% seg¨²n un sondeo particul.ar; 89% seg¨²n.encuesta hecha. por el Partido Comunista- Tambi¨¦n en la naci¨®n hermana se destaca con disgusto que la presi¨®n fiscal sobre los sueldos aumenta, mientras disminuye la de las sociedades.
~ En Francia se proyecta sujetar
a tributaci¨®n los patrimonios a
partir de dos millones de francos,
e 1 on un tipo fijo del 0,5% y un ren
dimiento probable de unos
140.000 millones de pesetas.El impuesto en nuestro pa¨ªsNo ser¨ªa exagerado comenzar a gravar las fortunas a partir de diez millones de pesetas, teniendo en cuenta que las actuales valoraciones de fincas r¨²sticas y urbanas est¨¢n muy por debajo de la realidad. Entre tipo fijo o progresivo, yo me inclinar¨ªa por lo segundo. Quiz¨¢ desde un 0,5% a un 1,5% o 2%. Si el impuesto se va a basar sobre los datos en poder de la Administraci¨®n ello exigir¨ªa una centralizaci¨®n en el Ministerio de Hacierida de todos los datos provinciales, lo cual es m¨¢s un deseo que una realidad- Existen listados de bienes a nivel provincial, muy dell'ectuosos, por cierto, pero el banco de informaci¨®n centralizada es s¨®lo un lejano proyecto. Tambi¨¦n puede iniciarse el impuesto mediante declaraciones'de bienes, contrastadas con la informaci¨®n oficial y completadas con la proveniente de Bancos y con los valores sobre los que se han contratado sejuros. En Francia, las estimaciones y precios dec?arados por el contribuyente deber¨¢n tomarse como cifras m¨¢ximas en caso de exproptaci Sn. En uno u otro caso, el rendimiento del impuesto podr¨ªa alcanzar unos 50.000 millones de pesetas en un par de a?os (el impuesto sobre la renta apenas pasa de 10.000 millones).
Esto es, a grandes rasgos, lo que conviene saber sobre el impuesto en cuesti¨®n, por el momento. La forma en que ¨¦ste se configure va a ser la piedra de toque respecto a la veracidad de la reforma fiscal y la credibilidad democr¨¢tica de la Uni¨®n de Centro. Habr?'~ sus m¨¢s y sus menos, pero no cabe duda que lajuerga fiscal de estos ¨²lti -mos a?os est¨¢ a punto de terminar. A las nost¨¢lgicas e interesadas voces que claman por un pasado irrepetible no dejar¨¢n de unirse las de una oligarqu¨ªa a?orante de los para¨ªsos perdidos -fiscales y (le otra laya- ?Con Franco defraud¨¢bamos mejor?, dir¨¢n sobre sus declaraciones de impuestos.
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