El sistema financiero
Programa econ¨®mico del Gobierno/1
DOS ORDENES del Ministerio de Econom¨ªa, publicadas en el Bolet¨ªn Oficial del Estado de ayer, inician lo que puede ser una important¨ªsima transformaci¨®n de nuestro sistema financiero. La referencia del Consejo de Ministros del s¨¢bado indicaba que el Gobierno se propone fomentar la competencia, como medio para conseguir la flexibilidad en el funcionamiento del mercado. Desde este punto de vista, las medidas del Bolet¨ªn Oficial han de acogerse con un tono de moderada satisfacci¨®n; se est¨¢ en el buen camino, pero el paso parece demasiado sosegado para lo que los tiempos exigen y se observa alguna laguna importante.Como primera medida, se eleva en un punto el tipo de descuento del Banco de Espa?a. El pre¨¢mbulo de la orden justifica la medida aduciendo la necesidad de dome?ar, por un lado, las presiones inflacionistas y de revisar, por otro, la estructura y nivel de los tipos de inter¨¦s. Respecto al primer punto, el alza de un punto es desde?able cuando los tipos de inter¨¦s reales -es decir, teniendo en cuenta la inflaci¨®n- son superiores en m¨¢s de diez puntos, por t¨¦rmino medio, a los legales. En cierto modo, la medida es, adem¨¢s, irrelevante porque el tipo b¨¢sico del Banco de Espa?a ha perdido, desde hace tiempo, casi todo su significado; hoy en d¨ªa el tipo b¨¢sico nada significa para la comunidad financiera y el propio Banco de Espa?a har¨ªa bien en olvidarse de ¨¦l. Sin ir m¨¢s lejos, son en la actualidad mucho m¨¢s relevantes sus tipos de intervenci¨®n diaria en el mercado monetario.
Estas observaciones llevan de la mano al tema de la liberalizaci¨®n de los tipos de inter¨¦s. Desde agosto de 1974 eran libres los tipos activos y pasivos de las operaciones a m¨¢s de dos a?os practicados por la banca, aunque un ?acuerdo entre caballeros? de los grandes bancos convirti¨® esa libertad en una curiosa ?coincidencia?, la libertad exist¨ªa. Ahora nuestras autoridades han dado un t¨ªmido paso; en lugar de ir a la libertad total han actuado salom¨®nicamente y se han quedado en el justo medio: en adelante ser¨¢n libres los tipos de las operaciones superiores a un a?o. Es de temer que su prudencia d¨¦ lugar a otro ?acuerdo entre caballeros?, am¨¦n de a operaciones confusas cuyo resultado m¨¢s tangible ser¨¢n los conocidos extratipos.
En la buena direcci¨®n caminan las disposiciones que reducen los coeficientes obligatorios de bancos y cajas. El coeficiente de inversi¨®n de la banca se reduce en cuatro puntos -del 25 actual al 21%- a raz¨®n de un cuarto de punto mensual a partir de enero del pr¨®ximo a?o. Al tiempo, las cajas de ahorros ven disminuir inmediatamente sus dos coeficientes, el de fondos p¨²blicos y el de pr¨¦stamos de regulaci¨®n especial.
El aire liberalizador se hace notar tambi¨¦n en otras medidas, de las cuales la m¨¢s notable es la supresi¨®n de la Junta de Inversiones del Ministerio de Hacienda. Nada hay que objetar al ingreso en el ba¨²l de las antiguallas de una instituci¨®n tan in¨²til como esa- Junta, que deber¨ªa haber desaparecido hace muchos a?os.
Tambi¨¦n es elogiable la referencia a la ampliaci¨®n del mercado monetario del Banco de Espa?a. Es de suponer que las cajas de ahorro participen inmediatamente en ¨¦l, pero ser¨ªa deseable que les siguieran otras instituciones (bancos oficiales, compa?¨ªas de seguros, etc¨¦tera).
La gran laguna de este primer paquete de medidas liberalizadoras es la ausencia de una reforma en profundidad del sistema de cr¨¦dito oficial. Estos bancos, que actualmente se financian mediante dotaciones del Tesoro deben transformar radicalmente su funci¨®n dentro de nuestro sistema financiero. Se les deber¨ªa haber permitido -o forzado a- allegar fondos del mercado emitiendo certificados, bonos, o cualquier otro instrumento y reservando las subvenciones del Tesoro, que deber¨ªan ser expl¨ªcitas para algunas actividades muy especiales. No se ha hecho as¨ª, quiz¨¢ por no atacar demasiado a la banca privada, que podr¨ªa encontrar en ello un competidor peligroso.
Las medidas que ayer empezaron a aparecer en el Bolet¨ªn anuncian un prop¨®sito reformador serio de una de las piezas b¨¢sicas de la econom¨ªa espa?ola; precisamente una de las que hab¨ªa estado sometida a mayores y m¨¢s frecuentes manipulaciones. Las cortapisas a la libertad y los circuitos privilegiados de financiaci¨®n pudieron justificarse cuando hab¨ªa que desarrollar el pa¨ªs a toda costa; desde hace a?os hemos entrado en una etapa de recursos financieros escasos y toda precauci¨®n es poca para asegurarse que el empleo de los mismos es el m¨¢s rentable.
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