El Banco de Vizcaya propugna el reparto de la carga equitativa
La respuesta del segundo Gobierno del presidente Su¨¢rez a la crisis que viene atravesando la econom¨ªa espa?ola desde 1974 es una respuesta de corte tradicional: devaluaci¨®n acompa?ada de plan de austeridad, y medidas fiscales destinadas a la contribuci¨®n del saneamiento financiero del propio sector p¨²blico, as¨ª como a la distribuci¨®n con mayor justicia de la carga social de la austeridad programada, dice el Noticiario Econ¨®mico del Banco de Vizcaya correspondiente al mes de julio.La novedad que ofrece la actual pol¨ªtica econ¨®mica estriba en el talante de negociaci¨®n del Gobierno y la sensibilidad del mismo ante los costes sociales que implica. Existe adem¨¢s una visi¨®n reformista a medio plazo de las transformaciones que es preciso introducir en el funcionamiento de la econom¨ªa espa?ola y en la distribuci¨®n del producto de la misma.
Las medidas fiscales y los efectos de la subida de los tipos de inter¨¦s permiten asignar una disminuci¨®n del ritmo de la demanda global. El mayor problema en la lucha contra la inflaci¨®n, sin embargo, lo constituyen las medidas encaminadas a reducir la progresi¨®n de las rentas monetarias, reducci¨®n que el Gobierno estima debe llevarse a efecto a trav¨¦s de topes m¨¢ximos a las subidas lineales de salarios.
Estas medidas deben de alguna manera pactarse, y el ¨²nico acuerdo negociable, por el momento, es que las centrales sindicales muestren una posici¨®n cooperadora con la acci¨®n gubernamental en tanto ¨¦sta. produzca los efectos de un reparto equitativo de la carga social de la estabilizaci¨®n.
Si se llega a alcanzar un consenso social de este tipo, los resultados ser¨ªan claramente favorables. Ganar¨ªa la justicia fiscal y la capacidad del sector p¨²blico para satisfacer las necesidades colectivas. Se consolidar¨ªan los avances de los ¨²ltimos a?os en la distribuci¨®n de la renta y permitir¨ªa la continuaci¨®n posterior de este proceso, pero no basado ya en la inflaci¨®n de costes sino en la redistribuci¨®n de rentas y de riquezas desde el sector p¨²blico. Se dar¨ªa, en fin, a las empresas el margen de maniobra necesario para reordenar los costes y restablecer el margen de beneficios antes de impuestos.
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