Conclusiones del Coloquio de Quito
I. Definici¨®n de centros hist¨®ricos
Este coloquio define como centros hist¨®ricos todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura f¨ªsica proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evoluci¨®n de un pueblo.Corno tales se comprenden tanto los asentamientos que se mantienen ¨ªntegros, desde aldeas a ciudades, como aquellos que a causa de su crecimiento constituyen hoy parte o partes de una estructura mayor.
Los centros hist¨®ricos, por s¨ª mismos y por el acervo monumental que contienen, representan no solamente un incuestionable valor cultural, sino tambi¨¦n econ¨®mico y social. No son s¨®lo patrimonio cultural de la humanidad, sino que pertenecen en forma particular a todos aquellos sectores sociales que los habitan.
II. Situaci¨®n actual
El coloquio, frente a los problemas que afectan a los centros hist¨®ricos de Am¨¦rica Latina y particularmente de la regi¨®n andina, considera que los problemas de la sociedad latinoamericana contempor¨¢nea, inherentes a sus estructuras socioeconomicas, repercuten sobre las ciudades y en particular sobre los centros hist¨®ricos, produciendo junto con otros fen¨®menos: procesos de inmigraci¨®n masiva desde las zonas rurales; fuerte movilidad y segregaci¨®n social con alternativas de hacinamiento; abandono de esas ¨¢reas, que se manifiestan en: progresiva obsolescencia f¨ªsica y funcional de los inmuebles; conflicto entre las estructuras y dimensiones de las v¨ªas p¨²blicas y las de los nuevos sistemas de transporte; realizaci¨®n de obras p¨²blicas inadecuadas; inmoderada expansi¨®n de las actividades terciarias.Todo lo cual crea una destrucci¨®n de la calidad del h¨¢bitat y la ruptura de la arm¨®nica relaci¨®n de los hombres entre s¨ª y con el medio ambiente.
Esta situaci¨®n afecta a los centros hist¨®ricos en forma aguda, ya que est¨¢n sujetos a m¨²ltiples tensiones y presiones, internas y externas, que causan su progresivo abandono por parte de ciertos sectores sociales y provocan la transformaci¨®n de. uso de sus inmuebles, con finalidad puramente especulativa. Situaci¨®n que afecta no solamente a las viviendas, sino tambi¨¦n a los propios monumentos en un proceso de tugurizaci¨®n que se manifiesta en los centros hist¨®ricos, con igual o mayor intensidad y similares caracter¨ªsticas que los que se registran en las ¨¢reas perif¨¦ricas de las grandes ciudades.
Ha habido hasta ahora conciencia universal de los que llamados centros hist¨®ricos deb¨ªan preservarse por su valor cultural y tur¨ªstico; a ese efecto, los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y privadas han hecho esfuerzos considerables en materia de restauraci¨®n y conservaci¨®n (aislados ¨¦stos a veces, por razones tur¨ªsticas, de coyuntura pol¨ªtica o conmemorativa y de cat¨¢strofes naturales) aplicando criterios limitados que van desde la conservaci¨®n de monumentos aislados hasta maquillajes escenogr¨¢ficos.
En muchos casos esta orientaci¨®n ha sido el resultado de una posici¨®n cultural de ¨¦lite, concretada en medidas y acciones aisladas que no resolvieron en definitiva el problema de los centros hist¨®ricos, por no haber estado orientadas a procurar el bienestar de la comunidad que los habita.
Tampoco la pol¨ªtica tradicional de congelaci¨®n, sin inversi¨®n alguna de los poderes p¨²blicos, sirvi¨® a la preservaci¨®n; por el contrario, contribuy¨® a la destrucci¨®n de los centros hist¨®ricos.
Documentos internacionales como la Carta de Atenas, de Venecia y las Normas de Quito (que incorporaron progresivamente el concepto de centros hist¨®ricos dentro de un contexto humano y ambiental y que han tenido en su tiempo importancia) en su aplicaci¨®n pr¨¢ctica han resultado en ese aspecto tambi¨¦n insuficientes.
III. Hacia una pol¨ªtica de conservaci¨®n integral
Ante la amenaza de un modelo de vida alineante, los centros hist¨®ricos albergan reservas de una escala de vida donde los valores humanos predominan con sus tradiciones culturales todav¨ªa vigentes, y son capaces de oponerse a los efectos de dicha amenaza. Por lo tanto, debe promoverse la rehabilitaci¨®n de dichos centros hist¨®ricos respetando y potencializando la milenaria cultura andina.La revitalizaci¨®n de los centros hist¨®ricos exige un entronque de planeamiento, integr¨¢ndola a los planes directores de desarrollo urbano y territorial.
Las acciones sobre los centros hist¨®ricos deben fundamentarse en un especial reordenamiento de la t¨¦cnica y uso del suelo, con miras a mejorar de vida de sus habitantes. Deber¨¢n ser previsivas y contemplar los recursos humanos y financieros de ellos, manteniendo una pluralidad funcional sin desmadre de la habitacional.
De acuerdo con los motivos expuestos, es necesario formular medidas de acci¨®n operativas, entre las cuales sobresalen:
1) La tarea de rescate del patrimonio art¨ªstico, cultural y social de Am¨¦rica Latina tendr¨¢ corno protagonistas prioritarios a los habitantes de los pa¨ªses interesados con la cooperaci¨®n inmediata de los organismos internacionales de cultura y financiamiento, siendo necesaria la organizaci¨®n comunitaria de los habitantes de los centros hist¨®ricos para alcanzar los principios de acci¨®n se?alados.
2) Incorporaci¨®n a las pol¨ªticas oficiales de vivienda, de programas espec¨ªficos para rehabilitaci¨®n, como forma de mantener el patrimonio habitacional del pa¨ªs.
3) Para el financiamiento de los programas de revitalizaci¨®n de los centros hist¨®ricos, debe poder disponerse de las l¨ªneas de cr¨¦dito nacional e internacionales destinadas a proyectos de rehabilitaci¨®n de viviendas, infraestructura y equipamiento humano, desarrollo comunal y turismo.
4) La reformulaci¨®n de la legislaci¨®n vigente para la preservaci¨®n de los centros hist¨®ricos debe tomar en cuenta las medidas tendentes a incrementar el poder de decisi¨®n de los organismos calificados, capaces de permitir no s¨®lo la preservaci¨®n del centro hist¨®rico, sino tambi¨¦n de las modificaciones del entorno urbano y natural.
5) Toda acci¨®n de revitalizaci¨®n debe estar fundamentada en estudios multidisciplinarios del ¨¢rea.
6) Es necesario, por tanto, incrementar la formaci¨®n de arquitectos urbanistas y otros especialistas afines paralelamente a la adecuaci¨®n de los cuadros profesionales cualificados en las t¨¦cnicas de restauraci¨®n existentes y a los lineamientos de acci¨®n enumerados
7) Se advierte la necesidad de una amplia campa?a de concienciaci¨®n acerca no s¨®lo del valor cultural, sino del car¨¢cter social viviente de los centros hist¨®ricos, a trav¨¦s de los medios masivos de comunicaci¨®n y los sistemas educacionales en todos sus niveles.
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