Robledo de Chavela: el sereno acusado de homicidio vuelve a ocupar su puesto
Alejandro Herranz, sereno municipal de Robledo de Chavela, forzado a abandonar este puesto a ra¨ªz de una querella criminal por presunto delito de homicidio en la que se le acusaba de haber causado la muerte de Isidro Aldea, el 14 de septiembre del pasado a?o, va a ser restituido a su anterior cargo por el Ayuntamiento de este pueblo, seg¨²n vecinos de Robledo de Chavela aseguraron ayer a EL PAIS.
Puestos al habla con el alcalde en funciones de Robledo, se?or Barbarena -que sustituye a Claudio Camargo, actualmente enfermo-, se neg¨® a confirmar o dementir la vuelta de Alejandro Herranz como sereno municipal. Ante la insistencia de EL PAIS por conocer los motivos por los que el se?or Herranz se encuentra en libertad, el se?or Barbarena respondi¨®: ?No tengo por qu¨¦ contestar a sus preguntas.??No estamos dispuestos a consentir que un hombre, presunto responsable de la muerte de un vecino del pueblo y que durante muchos a?os ha sembrado el p¨¢nico entre nosotros a golpes de pistola, como ya demostr¨® contra un muchacho que realizaba una pintada en la que se ped¨ªa la dimisi¨®n del alcalde, vuelva otra vez a encargarse de la vigilancia del vecindario.? Esta es la impresi¨®n general entre los veci nos del pueblo que, seg¨²n anunciaron piensan presionar ante el Gobierno Civil y ante todos los organismos competentes para que se aclare el tema.
La confusi¨®n vecinal se debe no s¨®lo a las intenciones del Ayuntamiento de readmitir al sereno, sino que no se explican c¨®mo es posible que un hombre sobre el que pesa una acusaci¨®n de tal envergadura haya podido recuperar su licencia de armas y pueda pasearse tranquilamente por el pueblo con la pistola en el bolsillo.
Seg¨²n estos vecinos, Alejandro Herranz permaneci¨® en la prisi¨®n de Carabanchel hasta el pasado mes de enero despu¨¦s de que fuera pagada una fuerte suma en concepto de fianza para que el se?or Herranz quedara en libertad. Esta suma, siempre seg¨²n los vecinos, fue sufragada por el mismo Ayuntamiento. Una vez en el pueblo y hasta el pasado mes de julio, el se?or Herranz estuvo trabajando como alba?il en una peque?a empresa de construcci¨®n de un familiar suyo. Hasta entonces, el puesto de sereno no hab¨ªa sido ocupado por nadie. En el mes de julio, la Corporaci¨®n municipal propone que Alejandro Herranz se reincorpore a su puesto, y el alcalde del pueblo presenta su dimisi¨®n, seg¨²n parece en desacuerdo con la medida, dimisi¨®n que no le es aceptada. Ante esta situaci¨®n, el Ayuntamiento encarga al se?or Henanz que ocupe el puesto de guarda en la presa del pueblo y realiza este trabajo durante un mes, pero los vecinos ya empiezan a manifestar su desacuerdo cuando el se?or Herranz pide que otra persona le ayude en su trabajo y no hay ning¨²n vecino que se preste a ello. Al no poder realizar solo este trabajo es cuando se plantea su vuelta como sereno y se originan las protestas masivas de los vecinos del pueblo.
Los habitantes de Robledo de Chavela que visitaron la redacci¨®n de EL PAIS insistieron en que todo esto es consecuencia del caciquismo reinante en el pueblo desde hace muchos a?os y se?alaron como dato que los cargos de la Corporacion municipal est¨¢n todos en manos de un par de familias.
La querella criminal por presunto homicidio fue interpuesta en octubre del a?o pasado por Antonia Carmona, esposa de Isidro Aldea, contra cuatro funcionarios de la localidad entre los que se encontraba el se?or Herrariz. Seg¨²n esta querella, el se?or Aldea muri¨® a consecuencia de los golpes recibidos por los cuatro funcionarios.
Posteriormente a la muerte de Isidro Aldea, un nuevo suceso ocurri¨® en Robledo de Chavela, cuando un joven estudiante de diecinueve a?os, Enrique de la Huerta, result¨® herido de bala cuando realizaba una pintada en el centro del pueblo en la que ped¨ªa la dimisi¨®n del alcalde. Los disparos fueron producidos por Alejandro Herranz que se encontraba en el interior del edificio sobre el que se estaban realizando las pintadas. A consecuencia de esto, el sereno municipal pas¨® a disposici¨®n judicial.
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