El sinfonismo "pop" se debate entre lo sublime y lo rid¨ªculo
El fen¨®meno del sinfonismo pop, o lo que es igual, la supuesta simbiosis entre formas cl¨¢sicas de rancio abolengo y la agresividad, contenidos y misse en scene del rock, no es nuevo, ni mucho menos. La base del proceso se encuentra en un falso intento de hacer respetable una m¨²sica que, evidentemente, no era respetada. Cuando todas las formas de ataque y descalificaci¨®n de la m¨²sica moderna se vieron agotadas (obscenidad, guarrer¨ªa, melenas, gamberrismo, etc¨¦tera) comenzaron a circular en los medios de comunicaci¨®n estudios pretendidamente imparciales, en los cuales se comparaba la enorme riqueza musical de Beethoven con el ritmo simpl¨®n y los gritos desaforados de los j¨®venes conjunteros.
El bombardeo fue intensivo y sin contrapartida, ya que la mayor¨ªa de los cr¨ªticos j¨®venes carec¨ªan de la preparaci¨®n necesaria y suficiente para rebatir los argumentos t¨¦cnicos empleados. Durante los a?os sesenta, algunas voces tan autorizadas como Luciano Berio escribieron art¨ªculos en defensa de elementos como los Beatles, pero dichas opiniones no pasaron de un c¨ªrculo de iniciados.Sencillez acomplejada
Desde luego, todas aquellas sesudas consideraciones no ten¨ªan m¨¢s valor que el de una comparaci¨®n entre el Quijote y la prensa diarla. Objetos de diferente consumo y contenido, el establecer una relaci¨®n entre sus est¨¦ticas no pasa de ser un ejercicio f¨¢cil para plumas superficiales. Pero es innegable que la campa?a caus¨® su efecto y que los j¨®venes sent¨ªan una especie de complejo no confesado cuando bailaban un rock o un twist en sus guateques sabatinos.
Sin embargo, esta situaci¨®n hab¨ªa de cambiar r¨¢pidamente. A principio de los a?os sesenta, algunos j¨®venes m¨²sicos descubrieron una posible fuente de renovaci¨®n del rock en las armon¨ªas de Bach, Mithler o Debussy. Ayudados en su intento por una nueva generaci¨®n de instrumentos el ectr¨®nicos, tales como el sintetizador, el String Thing (sintetizador . de cuerdas), el mellotr¨®n (cuyo funcionamiento se realiza a base de cintas previamente grabadas), o el clavec¨ªn electr¨®nico, estos nuevos profetas de la complejidad musical, se aprestaron para asombrar al mundo.
Pretenciosidad sadomasoquista
Dentro de este espectro aparecen nombres sin fin. As¨ª, Nice, Kansas, Triuinvirat, Focus, Nektar, Renaissance, Moody Blues, y seg¨²n para qui¨¦n Yes, G¨¦nesis, King Crimson, Gentle Giant, etc¨¦tera. Pero el paradigma de esta actitud ante la m¨²sica puede , resumirse a dos teclistas: Keith Emerson y Rick Wakeman. Ambos han tenido una bien montada propaganda de supervirtuosos de su instrumento. El primero de ellos, Emerson, vino a romper el fuego hace tiempo con un ¨¢lbum de Nice, el Five Bridges Suite. Aunque Vanilla Fudge ya hab¨ªa incluido en sus discos unos arreglos terriblemente recargados, el ¨¢lbum de Nice fue el verdadero bombazo. Emerson volcaba su ¨®rgano, lo. acuchillaba, montaba un gran show sadomasoquista que, junto a su rapidez en la digitaci¨®n, le convirtieron en una figura comercial de primera clase. Sus devaneos con el clasicismo continuaron con su siguiente grupo. Emerson, Lake & Palmer. Uno de los puntos claves fue la versi¨®n que realizaron del Cua dros en una exposici¨®n, de Mussorgsky, tan brillante como carente de sentido. En su ¨²ltimo lanzamiento, Works, Emerson se lanza descaradamente a un auto denominado Piano Concerto, justificado por su autor con palabras que expresan su deseo de llegar a ser un compositor respetado. Dicho concierto no pasa de ser un ejercicio de principiante, y su monumentalismo no logra cubrir las graves deficiencias t¨¦cnicas del creador. Pero Ernerson ha escrito un concierto para mucha orquesta, y eso es lo importante.
Wakeman, un ingenuo desmadrado
Wakernan, por su parte, siempre ha sido mucho m¨¢s inofensivo. Es un hombre rubio y gordito que acostumbra a lucir hermosas capas de lam¨¦ dorado. En sus m¨¢s sublimes momentos de egolatr¨ªa, Wakernan acostumbraba a rodearse de espejos en los que su figura sin par pudiera verse reflejada. Comenz¨® a escalar la fama en un grupo medio sinf¨®nico llamado Strawbs (especializado en marchas), y m¨¢s tarde, en Yes. Lp's como Viaje al centro de la Tierra han recibido por parte de la cr¨ªtica comentarios como el que sigue: ?Ejercicios de un alumno de conservatorio neur¨®tico que intenta imitar desesperadamente a Lizst.? Su desmadrado espect¨¢culo Los caballeros del rey Arturo constituy¨® un rotundo fracaso, y el bueno de Wakernan se vio en la obligaci¨®n de licenciar a su grupo ante la falta de ingresos que pudieran soportar el inmenso montaje en que se hab¨ªa embarcado.
No todo es siniestro
He de precisar que el rock, para serlo, ha de permanecer directo, agresivo, ya que esa es su esencia, pero tambi¨¦n que el rock puro no es la ¨²nica posibilidad musical de losj¨®venes.
La pretenciosidad y b¨¢sica incompetencia de nuestros prot¨¢gonistas no ha sido demasiado beneficiosa para un desarrollo coherente de dicha m¨²sica. El caminar hacia formas m¨¢s complejas no ha de ser intr¨ªnsecamente negativo y a trav¨¦s de ellas se pueden alcanzar resultados excepcionales, como en el caso de King Crimson y algunas creaciones de Yes. Sin embargo, la fatuidad de unos personajes y la falta de cultura musical generalizada, permiten que pase como obra ser¨ªa, lo que no es sino un pobre delirio megaloman¨ªaco.
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