Coplaco, en el contexto de la transformaci¨®n democr¨¢tica del pa¨ªs
Delegado del Gobierno en CoplacoLa administraci¨®n de un ¨¢rea metropolitana con funciones de capitalidad del Estado como Madrid plantea numerosos y graves problemas que precisan de urgentes soluciones por la gran importancia que revisten para la vida de sus habitantes y para el normal desarrollo de las funciones que tienen su marco espacial en la misma. Existen situaciones heredadas y necesidades objetivas no resueltas, que es preciso afrontar y resolver en los campos en que se plantean y con los medios adecuados. Por un lado, por razones de actividad, econom¨ªa y urgencia, precisa aprovechar al m¨¢ximo las labores realizadas o que, estando en curso de ejecuci¨®n, responden a estas necesidades. Por otro, es necesario proceder a una reforma sustancial de la estructura heredada, basada en principios democr¨¢ticos y de eficiencia administrativa.
A continuaci¨®n vamos a exponer algunas de las ideas en las que actualmente se est¨¢ trabajando en la Coplaco, con la finalidad de materializar en el plazo m¨¢s breve posible los objetivos generales que acabamos de se?alar.
El gran crecimiento y desarrollo que Madrid ha tenido durante las ¨²ltimas d¨¦cadas ha sido indudablemente el factor b¨¢sico sobre el que se han producido los d¨¦ficits funcionales y ambientales que actualmente sufrimos. Es ya un t¨®pico hablar del crecimiento an¨¢rquico de Madrid, y no han sido pocos los trabajos de todo tipo que han analizado tanto sus causas como sus efectos. La mayor¨ªa de ellos suelen coincidir en se?alar la falta de una organizaci¨®n y autoridad adecuadas como una de las principales causas, que junto a la presencia de intereses y presiones contrarias a las del conjunto de la sociedad, han dado lugar a un conjunto metropolitano muy defectuoso.
Sin embargo, muchos de los trabajos que ha realizado Coplaco, tanto en planificaci¨®n como de gesti¨®n, son muy positivos y aportan soluciones que s¨®lo precisan de leves reajustes y de una instrumentaci¨®n adecuada. Espa?a no es un pa¨ªs rico que pueda permitirse el lujo de despilfarrar lo invertido en labores realizadas.
Entre estos trabajos se cuentan los que se realizaron para la redacci¨®n de los avances de plan, a nivel de esquema director, planes generales o normas complementarias y subsidiarias, los que actualmente est¨¢n en curso para la revisi¨®n del plan general del ¨¢rea metropolitana de Madrid, y los correspondientes trabajos de obtenci¨®n de la informaci¨®n urban¨ªstica necesaria, as¨ª como los planes especiales redactados en los dos ¨²ltimos a?os, y de los que se viene diciendo ?que est¨¢n olvidados en un caj¨®n del Ministerio?.
Cuatro planes especiales
De los 4 planes especiales que se han redactado, tres de ellos, el de protecci¨®n del medio f¨ªsico, el del gran equipamiento comercial y el de infraestructuras b¨¢sicas cuentan ya con la aprobaci¨®n definitiva. Unicamente el plan especial de infraestructura del transporte est¨¢ aprobado, s¨®lo inicialmente debido al gran n¨²mero de alegaciones justificadas, que suscit¨® en el per¨ªodo de informaci¨®n p¨²blica y que hacen aconsejable rehacerlo una vez revisado el plan general del ¨¢rea, ya que sus aspectos positivos, como pueden ser las redes de Metro y ferrocarril, se pueden llevar a la pr¨¢ctica con la aprobaci¨®n inicial de la comisi¨®n.
La transformaci¨®n que se ha producido en la organizaci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs exige cambios profundos en todas las esferas. Cambios que necesariamente ha de asumir la Coplaco. Tanto la nueva organizaci¨®n ministerial como la necesaria articulaci¨®n de la participaci¨®n p¨²blica en el planeamiento traer¨¢n consigo la modificaci¨®n de las actuales normas jur¨ªdicas relativas al ¨¢rea metropolitana de Madrid, tratando en ellas de llevar el ritmo de trabajo de la empresa a la Coplaco.
La reorganizaci¨®n ministerial implica cambios en la composici¨®n del pleno y de la comisi¨®n delegada, cambios que se considera conveniente extender para conseguir una adecuada representatividad de los ayuntamientos en dichos ¨®rganos. La actual representaci¨®n, dos alcaldes de ayuntamientos del ¨¢rea, es a todas luces insuficiente.
La experiencia de otros pa¨ªses y la propia expresi¨®n popular han demostrado que la adecuaci¨®n de la planificaci¨®n de los conjuntos urbanos a los verdaderos intereses de los grupos sociales afectados exige no s¨®lo un Gobierno de la entidad metropolitana representativa, elegido a trav¨¦s de los cauces directos e indirectos correspondientes, sino la participaci¨®n directa de los afectados por dicha planificaci¨®n, que ser¨¢ m¨¢s fruct¨ªfera cuanto m¨¢s intensa sea y m¨¢s se integre en el proceso total del planeamiento.
Participaci¨®n p¨²blica en la planificaci¨®n
La participaci¨®n p¨²blica en el proceso de planeamiento no es s¨®lo un derecho, sino un deber de todos. Todos somos responsables de unos resultados que van a determinar el medio en el que vivir¨¢n las generaciones venideras y ning¨²n individuo ni partido pol¨ªtico tienen disculpa si se abstienen de esta participaci¨®n.
El proceso de planeamiento deber¨¢ de ser continuo para responder fielmente a las cambiantes necesidades de cada momento y no convertirse en un elemento de rigidez que act¨²e en sentido contrario a los fines perseguidos por el plan.
La gran importancia de las competencias que supone el Gobierno local de los territorios comprendidos dentro de un ¨¢rea metropolitana, no debe suponer el olvido de la necesaria existencia de un Gobierno de ¨¢mbito metropolitano, que ha de reunir las que, por afectar a m¨¢s de una de esas zonas, deben de situarse en una esfera superior. Ya en los a?os 60 el informe de la comisi¨®n que estudi¨® la problem¨¢tica del Gobierno del ¨¢rea metropolitana de Londres se?alaba que al lado de la necesaria reagrupaci¨®n de los municipios en aquel momento existentes en el ¨¢rea de influencia de Londres, incapaces de gestionar ni llevar a cabo las funciones que ten¨ªan encomendadas por razones de tama?o, era necesario procurar mantener al m¨¢ximo el contacto entre los hab¨ªtantes y sus representantes municipales, no incrementando excesivamente los tama?os de los mismos, pero sin olvidar que s¨®lo creando un organismo metropolitano de rango superior a todos los municipios abarcados era posible mantener la existencia de aquellas unidades municipales y solucionar los problemas planteados por el conjunto del ¨¢rea metropolitana.
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